La protección de la luna.

Primera parte.

La luna, venerada desde su creación ha sido un gran enigma para muchos.

Música. Tambores suenan en manos de una mujer, la cual danza en torno a una fogata. Cubierta en sudor canta a la luz de la luna, con su contoneante falda larga hasta sus tobillos. Alhajas en sus manos, frente, tobillos y cintura suenan al compás de sus calculados movimientos. Con una sonrisa en su boca deja caer en el fuego sus lágrimas de anhelo, a pesar de ser medianoche, su baile es igual de enérgico que al inicio de este al atardecer.

Dika, esta mujer con 20 años de edad se encuentra humillada por su pueblo ya que está soltera. En su cultura ella debió desposarse desde los 12 años, de tardarse a los 15 años; por esto se le considera una deshonra. Ella es descendiente de la matriarca de un pueblo nómada sinti, criada para ser una líder fuerte, desde niña añora su boda. 
Sin nada que perder, al cruzarse con otro grupo nómada habló con los ancianos de esta, los cuales le dieron consejos para ser una dama casadera. Hasta que una noche mientras caminaba por un sendero en el bosque vio una hermosa criatura.
Sobre una piedra en el río, se encontraba lo que parecía un hombre, una hermosa cara fina con cejas delgadas, una nariz perfilada, rasgos finos; una altura de 1.82 cm, cabello pelirrojo hasta su hombros con una flejo que casi cubre sus atrayentes ojos miel con matices naranja; 1 pluma larga color verde esmeralda sobresale de cada lado de su cabeza, estas 2 plumas asemejan grandes cuernos haciendo de su delgado y musculoso cuerpo aún más imponente; su piel sin una sola marca resplandece a la luz de la luna; una gran cola llena de escamas sobre sale de la parte trasera de su blanca toga.

Dika corrió hacia un árbol asustada y maravillada, su pueblo cuenta muchas leyendas, más le es difícil creer en algo que no ve.

Con un suave movimiento de su cabeza, la criatura dirigió su vista hacia Dika. Con una sonrisa le habló de manera dulce.

?- Humana, no deberías estar aquí. Es casi el cambio de estaciones, la luna casi está llena y las criaturas empiezan a sentir la fuerza de la presencia de los dioses.

Con un ligero temblor, la mujer salió de su escondite, sin duda era una mujer bella. Dika tiene el cabello negro, ondulado hasta la cintura, piel morena y ojos cafés, de 1.70 cm. de altura.

D- Mis disculpas, por favor perdóneme.

Quitándose su collar del cuello, se lo ofreció a la criatura mientras se arrodillaba en el suelo. Se decía entre los humanos que siempre que ves a una criatura mítica debes darle una ofrenda, o lo pagarás con tu vida. El collar de Dika le fue entregado por su abuela, se dice es un collar antiguo de la época de los dioses de antaño.
Entrecerrando los ojos, la criatura con una expresión desconfiada se acercó a la mujer, mientras gruñía suavemente sus plumas brillaron y su cola se prendió en llamas.

?- ¿Qué buscas? Habla humana. ¿Qué añora tu corazón? Yo, Adom. Sirviente de los dioses te daré el honor de mi conocimiento a cambio de tu ofrenda.

Asombrada, Dika levantó su mirada, una gota de sudor bajaba por su frente ante su nerviosismo. Ver a la criatura a distancia era una cosa, pero tenerla de frente le causaba un fuego en su interior.

D- Oh, hermoso ser. No soy digna, más agradezco a los dioses que han escrito este encuentro en mi destino. Lo único por lo que mi alma clama en este momento es una pareja, ya soy mayor y soy un peso para mi gente.

A- Ustedes humanos son tan apresurados, pobres criaturas con tan corto tiempo de vida.

D- Está usted en lo cierto, somos insignificantes. Ruego me disculpe por mi atrevimiento.

Tomando el collar en sus manos, Adom palpó las gemas, el peso del metal precioso y observó a Dika.

A- Escucha bien humana, harás todo tal cual lo diga. ¡Ningún otro humano debe saber esto! Ni siquiera tu futura pareja. Esto es lo que harás. ….


Así, la criatura y Dika hablaron toda esa noche.

Dika había esperado mucho por ese día. Mientras todos se ocultan, ella baila en la noche de cambio de estaciones. Algunas hadas y faunos la observan entre las sombras, atraídos hacia la magia. Dika empieza a llorar aún más desesperada, creyendo en su corazón las palabras de la criatura. Su sonrisa se esfuma a las 3 de la madrugada, sus pies le duelen, se encuentra exhausta y agobiada. Sintiendo como agua empieza a caer baja el ritmo de su baile, su pecho se llena de aire con ímpetu por el extenuante ejercicio. En ese instante todo se detiene. Las gotas de lluvia flotan en su lugar, el viento sopla errático y las criaturas del bosque hacen una reverencia. 
Una voz resuena tétrica en el ambiente, grave e imponente.

?- Humana, has invocado a mi hermano, el dios de la luna, más he sido enviado en su nombre. ¡Da gracias e inclínate ante el mayor de los dioses! Soy aquel al que llaman Apolo, Thor, Ra, Shiva.

La mujer se arrodilla rápidamente en el piso, colocando su frente contra la tierra mientras tiembla. Un hombre hermoso y terrorífico se muestra ante ella. 
Luego de unos momentos de regocijarse en la reverencia de la humana, el dios habla nuevamente.

A- Habla. ¿Qué es aquello tan importante para convocar la antigua magia? Mi hermano no quiere a los humanos en esta vida, pero me ha enviado, no me hagas perder mi tiempo.

D- Oh, gran dios. ¡Deseo un marido! Soy la siguiente matriarca de mi pueblo, aunque mi tiempo como dama casadera ha pasado, es mi anhelo poder ser útil para mi pueblo.

Con una mirada molesta, Apolo observa a la mujer. Dejando salir un suspiro, peina su largo cabello blanco intentando calmarse.

A- ¡¡Para eso ..!! … Bien, escucha. Espera aquí, si no vuelvo antes del amanecer, vete.

D- ¡Gracias! ¡Oh gran dios, muchas gracias!

En un parpadeo, el hombre desaparece. La lluvia cae sobre Dika, la cual espera al dios de rodillas.

2 horas después, Dika teme por su destino, el amanecer está cerca y el dios no ha vuelto. Con sus piernas entumecidas lágrimas llenan sus ojos.




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