La protección de la luna.

Décima tercera parte.

Al entrar en su apartamento pone las bolsas de compras en el sofá, sacando una bebida para refrescarse comienza a preparar el almuerzo para Badir.

Cerca de 1 hora después Aysel sube por Badir, encontrando al joven dormido. Acariciando el rostro del joven le despierta.

Levantándose con una sonrisa Badir se apoya en Aysel para bajar a comer.

Justo al finalizar el almuerzo Aysel le muestra las compras a Badir, todas bolsas de marca.

Aysel- Esto es para ti, espero te guste.

Con nervios Badir revisa las bolsas, encontrando como sospechaba que cada prenda es de diseñador, todo es original, de marca. El joven no puede evitar palidecer, no puede evitar temer el que Aysel piense que está con él por interés. Recordando las palabras de sus padres arruga el entrecejo. '¡No es así, me agrada Aysel!' 

Las emociones de Badir se descontrolan nuevamente, ante esto Aysel se acerca a él con preocupación. Sabe que es debido a la edad en la que se encuentra Badir por lo que sus emociones son tan fluctuantes, pero también está consciente de lo afectado que puede estar el joven por vivencias pasadas. Incluso en el actual día, al tener tantos cambios, podría ser mucho para el joven. Tomando la mano de Badir le habla suavemente.

Aysel- Está todo bien, todo estará bien.

Badir- Es sólo que.. Estoy seguro que soy una molestia, si quieres que me vaya, yo..

Aysel- No. Ni siquiera lo pienses, por que no es así. Me gusta tenerte aquí. Ten, te falta esta bolsa.

Pasándole la última bolsa, Aysel sonríe.

Abriéndola con lágrimas en los ojos, Badir se sorprende, sacando con sumo cuidado el animal de felpa acaricia las orejas peludas del peluche. Sonriendo, abraza al zorro restregando su rostro contra el sedoso material, asomándose sobre el mullido muñeco mira a Aysel con un pequeño brillo en sus ojos.

Ante esto, Aysel no se resiste, abalanzándose contra el joven le abraza con el peluche en medio, haciéndole reír.

En armonía, pasaron 2 semanas, el pie de Badir estaba mucho mejor. Manteniéndose al día con sus tareas gracias a sus amigos, quienes no sabían que estaba sucediendo exactamente, sólo que la casa de Aysel se había convertido en su lugar de reuniones y que este ya no iba a recogerlos debido a Badir. Los jóvenes llegaban a la salida del colegio y se iban al atardecer, sin conocimiento de que Badir duerme con Aysel.

Los primeros días Badir se avergonzaba por las mañanas debido a su síndrome mañanero, pero esto fue ignorado olímpicamente por Aysel, quien ahora duerme pequeñas siestas al tenerlo junto a él, sin sufrir los mismos efectos debido al corto tiempo de sueño. 

El acoplamiento para vivir juntos es lento, aunque Aysel es feliz al poder hacer cosas por Badir, hay pequeños dilemas con los que no está cómodo y les han llevado a discusiones. Por ejemplo, Aysel está acostumbrado a tener sirvientes, por ello, cuando Badir deja un desorden de envolturas de snacks al terminar de estudiar y lo deja toda la noche para limpiarlo después, no puede evitar destruir aquella basura para liberar estrés.

Por otro lado, Badir enloquece con lo sobreprotector que puede llegar a ser Aysel. Siente que Aysel le trata de esta manera al verlo como un niño, haciéndoselo saber en más de una ocasión, sin embargo Aysel le deja en claro que no le ve de esa manera. En más de una ocasión a ambos se les ha escapado un 'te quiero' en sus discusiones, por lo que no ha habido ninguna discusión acalorada por el momento.

Sábado, despertando entre los brazos de un dormido Aysel, Badir se estira quitando las cobijas de sus cuerpos. Abrazándose a Aysel dormita unos minutos, hasta que suena la alarma de su celular. Deslizando su mano por el tórax de Aysel se sonroja, recordando la primera vez que le vio en pijama. 

Aysel suele usar un pantalón holgado para dormir, además de una camiseta sin mangas al cuerpo. Antes dormía solamente en ropa interior, algunas veces incluso sin nada, pero sabía de antemano que esto podría incomodar al joven. El primer día que durmieron juntos, al salir del baño lo hizo sólo con pantalón. Al verle, Badir se sonrojó violentamente y ocultó su rostro, por lo cual Aysel se colocó una camiseta.

Con múltiples imágenes de Aysel sin camisa en su cabeza, Badir se remueve de manera inquieta en los brazos de Aysel. Justo como se lo imaginaba, Aysel se ve más musculoso sin ropa. Tiene el cuerpo bien definido, con una piel tersa sin marca alguna, ni un sólo vello a la vista, se pueden ver algunas venas resaltando en la pálida piel. Sin llegar a exagerar, ya que no se ve como un físico culturista, se ve simplemente en forma, se nota su buen estado físico. Aunque con ropa se ve más delgado igual se distingue que es musculoso, pero verle sin camisa fue sorpresivo para Badir. Recopiló muchos detalles para los pocos segundos que lo vio, como los rosados pezones, la "V" que forman sus músculos hacia su pelvis o la manera que algunas gotas de agua bajaban por su cabello y su piel. Saliendo de los brazos de Aysel, Badir siente como es arrastrado nuevamente a la cama. Riendo ante esto Badir quita los brazos de Aysel de su cuerpo un par de veces. 

Aysel tiene un sueño pesado, ya que una siesta para él o su familia puede consistir en incluso un año humano, por lo cual, Aysel puede quedarse profundamente dormido de manera prolongada. Lo único que puede despertarlo es la sensación de peligro, ya sea por una presencia no deseada en lo que considera sus dominios o el que siquiera toquen a Badir. Por más dormido que se encuentre, ni un zancudo ha podido picar al joven con Aysel cerca. Abriendo los ojos con un deje de molestia, Aysel ve como Badir se mete al baño. Suspirando se levanta y baja a preparar el desayuno.

Ese día tienen una reunión con los amigos de Badir, Aysel, en todo el alboroto de lo que iba a ser su escritorio pero terminó siendo el de Badir logró ver el uniforme de Badir, este está en mal estado, por lo cual, en complicidad con Michael y Tim, logró convencer al joven para ir de compras. El día llegó, por lo cual espera poder renovar el guardarropas de Badir, ya que al pasar tanto tiempo juntos su aroma se pega al del joven, lo cual es peligroso. Ya el joven le ha regañado un par de veces por comprar ropas que no necesita, sin embargo Aysel sabe que es necesario. Hasta el momento no había podido renovar la ropa que le compró al joven, pero su aroma se vuelve más fuerte en la ropa de Badir y esta salida llega en el mejor momento.




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