Capítulo 10: ¿Me quedo o me voy?

CHRISTIAN WILSON

Entré en el hospital, me puse la bata y los guantes. Llegó un paciente epiléptico y le mediqué con la medicación correspondiente.

A los 2 minutos llegó otro paciente, éste había sufrido un accidente automovilístico en la autovía. Por suerte los paramédicos llegaron pronto y pudo llegar al hospital rápido. El paciente, llegó algo inconsciente con cortes en el antebrazo, el pecho, la cara y también con la muñeca izquierda dislocada. Los cortes de la cara eran superficiales, provocados por el airbag que saltó al momento del choque. En cambio los cortes que traía en el antebrazo y el pecho eran más profundos. Lo pasamos a una habitación rápidamente, las enfermeras entraron juntos al paciente, le medicamos con anestesia general, desinfectamos todos los cortes que tenía por el cuerpo, también le queríamos hacer una transfusión de sangre ya que había perdido bastante de la suya, llamamos a quirófano para que le suturaran los cortes del pecho y el antebrazo.

Después de que lo llevarán a quirófano, vino otro paciente que parecía tener problemas mentales. Vino el doctor Fernández, especializado en psiquiatría y llevaron al paciente a una habitación con el doctor.

Seguido de este paciente le siguieron muchos otros detrás y era un no parar de casos totalmente diferentes. Cuando el doctor Fernández terminó la consulta con aquel paciente, salió y le indicó a las enfermeras unas órdenes de la medicación y revisiones que necesitaba el paciente según lo que él le diagnosticó.

Al mediodía, Carolina me quiso traer la comida al hospital y comer conmigo el rato que tenía de descanso y aprovechar para comer un poco, porque ya me había dado hambre atender tantos pacientes al día. Por el momento mis turnos duran todo el día, ya que sigo siendo residente, pero con algún que otro descanso.

Después de comer, Carolina se fue para ir a la universidad que quedaba más o menos cerca del hospital en el que trabajo. Ella de momento no encontró todavía un trabajo que le permitiera, poder estudiar y trabajar al mismo tiempo, por tanto todavía era yo el que llevaba dinero a casa para nosotros. Christopher por otro lado, se compra sus propias cosas por separado. Ya que él tiene su propio dinero.

Christopher, sigue investigando en casa a que se podrían deber aquellos golpes que siguen continuando cada día y parece que cada día están más cerca.

Cuando Carolina se fue, volví a ponerme la bata para ir a la parte inferior del hospital, donde está la zona de urgencias médicas. Cada día, cuando uno se va a comer o tiene descanso uno de nosotros entra para sustituirlo. A cada media hora, cambian los médicos que atienden. Ahora por ejemplo, yo entro y sale Marcus para su descanso, después ando Marcus entre de nuevo, Sandra saldrá y así todo el rato, pero también dependiendo del médico responsable que lleva a los residentes y los internos.

Después de otros varios pacientes, Nayla, la médica responsable me llamó para hablar.

-Christian, veo que te esfuerzas mucho y además de que ya estás en tus últimos días como residente, por tanto... -hace silencio, mirando mi expresión que le dice que continúe. -Creo que ya puedes elegir si quedarte en este hospital o si prefieres irte a otro. No hace falta que me respondas hoy y ahora, mañana te lo vuelvo a preguntar, ya puedes volver a tu puesto.

Estaba procesando las palabras que me había dicho Nayla. Volví a mi lugar a seguir atendiendo pacientes que llegaban a cada minuto que pasaba.

Por la tarde casi noche, me mandaron a revisar las constantes del paciente maníaco. Entré a la habitación a la que le habían asignado, cama 103. Cuando entré a la habitación, lo vi sentado en la cama mirando por la ventana. no parecía tener ningún problema mental, pero si el doctor Fernández, psiquiatra, diagnosticó que sí tiene momentos en los cuales pasa por episodios psiquiátricos, entonces sí que será verdad.