La puerta roja

01

Muchas veces le dije a Minha que se alejara de él, que era peligroso. 
 

Ahora lo pienso y no debí meterme en sus asuntos, fui la más perjudicada al fin y al cabo. 
 

Aquella negra noche en que mi tío Han recibió a Hoseok en su casa, por asuntos de negocios -así le decía él- ¡Maldita sea! yo no debí aceptar quedarme con Minha. Malos presentimientos bailaban en mi interior, sumado a un dolor de estomago espantoso.
 

Mi prima siempre era la de la ideas peligrosas, yo era la idiota, quién le seguía el juego. Recuerdo aquélla vez en que quiso que probáramos un cigarrillo -y apenas teníamos 13- o cuando le robó una botella de whisky a su padre y me obligó a beber con ella. ¿Era acaso yo un ser sin criterio propio? debí ser egoísta y dejar que se hundiera sola. Al fin y al cabo me importaba un carajo, aquella era mi verdadera personalidad. Pero no, por ser una maldita hipócrita y fingir que me importaba su bien estar, fui yo quién tuvo que pagar una deuda que no me pertenecía.
 

Esa noche, 03:00 am supongo, nos despertamos. Algunos gritos, seguido de un estruendo espantoso -al parecer un disparo proveniente de la cocina-comedor. Le rogué a Minha que no bajara, insistí en que era peligroso. Se deshizo de mi agarre de golpe, sólo repetía -Mi papá lo mató- con el llanto atorado en la garganta. En ese momento quise saber mas que nunca ¿por qué ella jamás me escuchaba? o ¿cómo estaba tan segura de que el autor de aquel aparente disparo era su padre y no Hoseok?

No llegábamos aún a la planta baja cuando la puerta se cerró de golpe, ésto mezclado con un grito de furia o dolor -quizá los dos- de quien acababa de salir, sumado a las sirenas policiales cada ves más cerca. Terminamos de bajar las escaleras con tanta prisa que creí que rodaríamos cuesta abajo. 
Nos paramos de golpe al encontrar la peor escena imaginada.

El pequeño Taehyung con una bala en el pecho, yacía sin vida en el suelo manchado de rojo. Recuerdo a mi tío Han de rodillas junto al cuerpo, aún con el arma en la mano derecha, inmóvil. Al vernos vocalizó un inaudible "huyan". Nuestros cuerpos no respondieron sino después de 10 segundos de shock absoluto. 
La policía amenazaba con echar la puerta abajo. Me pregunté quién la había contactado tan a prisa. Tomé a mi prima y la obligué a salir por la puerta trasera. Odié no haber tomado un abrigo, la fría ciudad nos envolvía. 
 

—¿Que sucede? no comprendo— solo opté por abrazarla, sabía que tenía miedo. A pesar de que era una maldita desgraciada, en los momentos difíciles actuaba como un cordero asustado. 
 

—Supongo que el mismo problema de siempre— dije sin dejar de estrecharla entre mis brazos. Mis palabras en aquel momento eran completamente vacías, yo tampoco comprendía. ¿Por qué ese animal de Hoseok permitió que su hermano menor lo acompañara? Su "trabajo" no era un juego, él era un maldito narcotraficante y Tae era casi un niño. ¡Mierda!
Aquello no se solucionaría como las veces anteriores, sobornado o quizá amenazando al juez. Era diferente, valla que lo era. Esa vez quien había muerto no era un deudor cualquiera. Era Taehyung, era él.
 


 


# # #
 


 

Nos quedamos en un banco, muy cerca del río. De golpe y sin mas, Minha hundió su rostro entre sus manos y comenzó a llorar con desesperación. No hice mas que mirarla, pues realmente quería hacer lo mismo. Yo era mayor, estaba a cargo ¿que haría?. Me puse de pie y extendí mi mano. -Vamos- le dije con firmeza. No preguntó a dónde iríamos y no se negó a seguirme, no era normal en ella. Debía estar realmente asustada. Fue extraño por un momento que fuera yo quien determinaba nuestras acciones.
 

El único lugar seguro en aquel momento era mi casa, la cual no estaba precisamente cerca. No podía llamar a mi madre pues mi teléfono se había quedado en casa de Minha, volver no era un opción. 
 

Caminamos mucho, quizá fueron dos horas. Minha daba pasos lentos detrás de mí sin dejar de aferrarse con fuerza a mi mano. Con la mano que le quedaba libre secaba sus lágrimas silenciosas. Sus ojos estaban completamente rojos e hinchados. Admito que en ese momento sentí pena por ella, no por esa situación en especifico, sino por todo lo que había tenido que vivir a causa de su padre. En esos momentos no valía de nada ser hija de uno de los hombres mas poderosos y peligrosos de la ciudad si al final, sólo se hundía más y más en su dolor. 
 

Antes de golpear la puerta de casa formulé una breve explicación en mi cabeza. Llegar a altas horas de la madrugada no era algo que yo hiciera a menudo. Para mi suerte mi hermano Jimin se encontraba aún despierto, ¿la razón? no sé, pero olía a alcohol y sus ojos estaban rojos. No hice más que suponer que ya sabía lo ocurrido con Taehyung. Intentó abrazarme o abalanzarse sobre mi, la verdad no se. 
Me pego tanto a él, casi al punto de asfixiarme. Yo sólo lo deje y correspondí el abrazo segundos después. 
 

Minha comenzó a caminar rumbo a mi a mi cuarto. Jimin, de golpe dejo de abrazarme y la detuvo tomándola de la muñeca. Observó su rostro hinchado por el llanto y luego clavó su mirada en mi. -Entonces fue él- soltó. Me dejó en completo silencio, sabía perfectamente de que hablaba. 
 

—Han, ése mal-nacido.— Sus piernas se doblaron débiles quedando de rodillas frente a mi. Comenzó a llorar cada vez con mas fuerza, sin importarle que nuestros padres durmieran.
 

Me acerqué a él y solo acaricié su cabeza, está vez fue Minha quién lo abrazó. Se puso de rodillas y quedando a su altura depositó un beso en su mejilla mojada.
 

—¿Que pasó?— habló con la cabeza aún hundida en el cuello de Minha —¿Por qué Taehyung?—
 

—Lo mismo quiero saber- habló Minha— pero te aseguro que me duele tanto como a ti, tal vez más por el hecho de saber que fue mi padre quien lo mató



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En el texto hay: amor no correspondido, lenguaje vulgar, bts

Editado: 27.04.2019

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