Wishing on every one that you'll be mine, mine
And I see forever in your eyes
I feel okay when I see you smile, smile
Me recuesto en la almohada respirando agitada, tapo mi cuerpo.
—¿Estás consciente de que esto está mal, verdad? —le reclamo, mientras se levanta de la cama.
—Sí, pero mientras no nos atrapen no hay problema—abrocha su camisa, con el pantalón ya puesto—. Hoy hay consejo, nos vemos en unas horas —me da un pequeño beso en los labios y se va de la habitación, me arropo más dejando descansar mis ojos, me levanto cubriendo mi desnudez con la sábana.
Me baño y me arreglo para el concejo, desde ayer siento que de algo me he olvidado.
—Princesa, ¿desayunará?
—Más tarde, gracias —respondo al sirviente. Entro a la sala.—Buenos días.
—Buenos días majestad —responden la mayoría.
Así me gusta, bien portados. Mi coronación será dentro de poco.
—Madre, padre.
—Alcíone, hija prácticamente no te hemos visto desde hace días, ¿Dónde has estado? —pregunta mi madre para nosotros tres.
—Solo no he salido de mis aposentos, nada malo.
—Bien.
Damos inicio a la reunión, pasamos alrededor de tres horas dentro. Cuando salgo, como algo y voy con Ilesha a caminar.
—Hermana.
—¿Sí? —respondo mientras caminamos por los jardines.
—Últimamente te he visto diferente.
—¿Enserio?
—Si, no sé, te ves con una energía diferente.
—No sé la verdad, solo soy yo.
—¿Segura? ¿O quizá hay algún guapo por ahí?
—Ay, Ilesha, deja de decir tonterías.
—No son tonterías...no lo negaste.
Analizo en decirle o no, con Ilseha siempre he tenido mucha confianza, pero si le dice a mi madre o padre, Alex puede conseguir problemas y yo igual. El concejo me comería viva.
—¿Recuerdas cuando me dijiste que el tío Tom tenía un amigo duque?
Abre los ojos como platos.
—¿Duque Syntox?
—Si...
—No puede ser —me toma de los hombros—. ¡¿Son oficiales? ¿Te besaste con él? ¿Dónde fue la primera cita?!
Un leve—Ah—soltó mi boca en respuesta a su ataque de locura.
+
—Entonces son 8 mundos...
—¿Y se alinean como lo dijiste? —le pregunté—, dijiste una palabra...¿Conversión?
—Los planetas se mueven, y se pueden llegar a alinear. Cosa que sería prácticamente destructivo, en la cultura de Jamsflor se dice que cuando esto pase, vamos a poder verlos a todos al mismo tiempo, y ellos a nosotros, pero de todos modos es solo una teoría de nuestros antecesores.
—Los lidés son uno de los mundos ¿no?
—Si. Los demás quizá también controlen otros mundos, pero no lo sabemos, tenemos que crear algún tipo de transporte que nos permita viajar a otro mundo, sin que la gravedad haga de las suyas, o nos congelemos.
Las charlas con Alex, son increíbles, podemos hablar de cualquier tema y no nos aburrimos.
El lago congelado frente a nosotros, se ve precioso con la luz del sol, Agosto es muy frío, tengo como quinientas capas de ropa y aún tiemblo.
—¿Qué trajiste? —le pregunto cuando mi estómago ruge. Abre la canasta y va sacando las cosas.
—A ver, tenemos sándwiches de mermelada, tenemos fruta y lo que parece ser un brownie gigante.
Tomo la botella de agua igualmente porque mi boca está seca. Un olor extraño llega a mi nariz.
—¿Seguro que es agua de naranja?
Asiente.
—Huele a pescado viejo.
Se la entrego y la huele.
—Huele perfectamente bien, Als.
Me encojo de hombros y saco el agua real.
Comemos en silencio, apreciando el paisaje y los ruidos del medio ambiente.
—Tengo que ir a Jamsflor mañana.
—¿Y eso?
—Vivo allá.
Ruedo los ojos y sonríe.
—Mi padre...está un poco enfermo.
—Oh, lo siento mucho, Alex.
Sonríe un poco.
—Espero que mejore —presiono su hombro con delicadeza.
Se me viene a la cabeza algo que decirle.
—Sabes...aprendí a hacer tartas, si quieres podemos hacer una antes que te vayas.
—Solo si le ponemos arándanos.
—Yo le pensaba poner chocolate.
—Le pondremos los dos.
+
—Bien, tenemos los huevos, la harina, el polvo de hornear...¿la mantequilla?
—La puse a derretir.
—Perfecto —respondo mientras saco el bowl.
—¿Y porqué aprendiste a hacer las tartas?
—Últimamente mis ganas de comer dulces han subido, así que para no molestar a mis siervas cada dos minutos.
Empezamos haciendo la masa, ambos quedamos llenos de harina.
—¿¡No habías dicho que sabías hacerlos?!
—¡Dije que sabía, no que lo sabía hacer bien!
Suelto y en vez de molestarse, se parte a reír. Me llega un enojo de no sé dónde y tomo un puñado de harina tirándosela en la cara.
—¡Alcíone!
Reclama y me lo devuelve de las misma manera.
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Caillech
Gracias por leer.
XOXO MARY.