La arcada me hace levantarme del sofá de mi habitación, corro hacia el baño y devuelvo lo poco que he comido en los últimos días, limpio las comisuras de mi boca con un pañuelo, cepillo mis dientes y rebusco algún remedio en el botiquín.
Agosto es uno de los meses más fríos, por lo tanto la mayoría de actividades están en espera; desde que este empezó mi cuerpo me ha pasado factura por la falta de descanso.
Me alisto lo más rápido que puedo, salgo de mi habitación para encontrarme con Sonia.
—Princesa, que bueno que la encuentro.
—¿Cómo se encuentra? —le pregunto mientras caminamos y ella revisa una carpeta que tiene en la mano.
—Bueno, una coronación no se hace sola, un poco estresada.
Le sonrío y me hace algunas preguntas que necesita.
—Eso sería todo, gracias por el tiempo —se acomoda los lentes y guarda el bolígrafo.
Me muerdo la lengua.
—¿Ha sabido algo de Al...el duque Syntox? —tartamudeo y eleva una ceja curiosa y su semblante se forma serio.
—No.
Da la vuelta y se va.
«¿Y ahora qué pasó?»
No lo veo desde hace más un mes.
—Caillech, ¿puedes decirle al mensajero si puede ir a la sala de reuniones?
—Claro, le diré.
Le agradezco y me voy directo a la dirección.
Me siento y espero a que la puerta se abra. El hombre de quizá unos cuarenta años entra inclinándose, el pelo casi blanco se encuentra revuelto por el viento—supongo yo—ocupa el lugar cerca de mí.
—Señor London, hace tiempo no le veía.
—Princesa, igualmente.
—Me dijeron que estuvo hace unos días en Jamsflor.
—Correcto, princesa.
—¿Sabe usted algo sobre el duque Alexander Syntox?
—Lo siento señorita, pero no lo vi en mi visita, usualmente me envía cartas para el concejo, pero no se comunicó conmigo.
Tamborileo las uñas en la mesa, me muerdo la mejilla y despacho al hombre.
+
Ya tenemos fecha para la coronación oficialmente, después de aplazar y organizarla tanto, al fin tengo la fecha que cambiará el rumbo de la vida que llevo hasta ahora.
Septiembre llegará pronto, y el 28 será mi día.
Por otro lado, mis malestares no han cedido por lo que Sonia me recomendó hacerme un chequeo general, seguro solo debe ser un simple resfriado por los cambios de temperatura.
Me aprieto el abrigo de lana en el cuerpo, bajo del carruaje dirigiéndome al centro médico.
Me indican el cuarto y espero. Me hacen todo tipo de exámenes y después de ello me retiro
Hace días que no le dedico tiempo a rezar, y en estos momentos debo ir para agradecer a los dioses sus bendiciones..
Ya en el castillo entro al cuarto de adoración, por alguna razón siento como las velas de Hathor titilan con más fuerza que las demás. Me arrodillo ante ella.
—Hathor, diosa del amor, de la alegría, protectora de las mujeres, ilumíname y dime porque siento que falta algo en el rompecabezas.
Respiro profundamente tratando de analizar, mi mente se va a un estado de shock.
Una ráfaga de viento mueve mi cabello, la puerta se abre y todas las velas excepto las de Hathor se apagan. Me dejan leer mejor el escrito bajo la estatua.
Mi mente relaciona todo y me quedo pensando en cómo lo voy a hacer por mi cuenta.
Aparto el poco polvo del escrito asegurándome.
«Hathor, 'iilahat alhubi walfarah wal'umuma»
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Crondiessel tiene su propio idioma, pero podemos decir que es similar al árabe; mientras en otros reinos podemos asimilarlos con el hebreo y el persa.
Traducción: «Hathor, diosa del amor, la alegría y la maternidad»
Gracias por leer.
XOXO MARY.