La Quinta Hija

Capítulo 26—Yellow

I swam across

I jumped across for you

Oh, what a thing to do

'Cause you were all yellow

Alex

Termino de atar mis botas, tomo la mochila y sigo a Alcíone afuera del carruaje. Tiene una bufanda que le tapa toda la cara, dejando a la vista sus ojos. 

Hemos bajado cerca de la ciudad, por lo tanto no demoramos tanto en caminar hasta el área de restaurantes y bares.

—¿Nos encontraremos con tu amigo aquí? —inquiere Als moviendo su camisa en señal de calor.

—Sí, pero no lo veo —respondo mientras echo un vistazo al bar donde entramos.

—Sentémonos y tomemos algo, mientras esperamos —pide y nos sentamos en unas sillas altas frente al bar. 

El lugar es cerrado, hay humo y seguramente alguna sustancia ilícita rondará por ahí. No es un lugar al que un rey asistiría, me tocó camuflarme para que no me reconocieran en un lugar de estos, no porque esté en peligro.

En Jamsflor soy intocable, soy el rey, el mayor mandatario.

Alcíone pide un jugo de mora y yo una cerveza. Minutos después una cabeza se asoma por el bar. Me levanto enseguida y no pasan más de diez segundos cuando ya tengo dos brazos alrededor de mí. Le doy una palmada en la espalda y una sonrisa se dibuja en mi rostro al reconocer a Rodrick. 

—Hermano, cuánto tiempo… —suspira, abriendo los ojos marrones con exageración.

—Córtate el cabello, gilipollas, pareces trapeador —lo molesto mientras observo la cola de caballo que llega hasta sus hombros.

—Discúlpeme usted realeza, no debería presentarme con estas fachas ante el rey de esta nación —sonríe y esta vez pasa la mirada a mi acompañante.

Als se levanta y deja el jugo a un lado.

—Mucho gusto, Alcíone Khione —tiende su mano.

—Rodrick White, el gusto es mío.

Pasamos a una mesa con cojines más cómodos y Rodrick pide un trago. 

—A lo que vinimos —pido y Rodrick asiente.

Saca unos papeles de su mochila.

—Cómo te dije en la carta, no es posible que Emma haya sido quién le dio el veneno.Y ya sé por qué, ese día Emma estaba en Lowside midiéndose su vestido de novia.

«¿Qué?»

—Espera, ¿Emma se va a casar? Pensé que entre Khande y Lowside era un acuerdo de dinero solamente.

Niega.

—Mario y Emma se van a casar, sino es que ya se han casado. Además tú mismo lo dijiste, Khande no está ganando mucho aquí, está perdiendo.

Alcíone tiene una mueca de extrañeza plasmada en la cara.

—Pero si sigue así va a conseguir manejar Crondiessel, todas esas ganancias no le harían mal, además de tener el poder absoluto —agrega ella.

No digo nada y nos quedamos en silencio.

—Lo siento, Alexander… pero deben seguir buscando. Khande debe estar involucrado sí o sí, y quizá si es por las razones que estaban pensando pero lastimosamente no pude encontrar pruebas que involucraran a Emma.

Alcíone toma mi mano y la aprieta mirándome directo a los ojos.

—Vayamos a la farmacia, la que me dijiste. Debemos encontrar algo.

Propone y supongo que es la única salida que tenemos.

—Los acompañaré —agrega mi amigo y pagamos para irnos. Subimos al carruaje de Rodrick, su chófer nos avisa que hay mucho tráfico.

—¿Así que eres papá? —mi amigo pregunta con cierta gracia en la oración.

—Quiero pensar que son míos —respondo mirando hacia otro lado, escondiendo la sonrisa. De inmediato siento la penetrante mirada de Als hacia mí. 

—¿Sabes Alcíone? Alexander me decía que no quería ser padre. 

—¿Ah, sí? —responde elevando las cejas.

—Te imaginarás la sorpresa que fue cuando me enteré.

La charla se corta cuando llegamos a la calle cerca de la farmacia. La calle no está abarrotada, por lo cual caminamos con normalidad y Als observa con detalles algunos lugares.

El letrero del lugar se muestra ante nosotros. Rodrick empuja la puerta y suenan unos cascabeles. Caminamos por el pasillo hacia el mostrador.

—¡Un momento! —gritan desde adentro de las estanterías—, Dígame.

Ricardo aparece limpiando sus lentes y colocándolas. Me quito el pañuelo y el sombrero, igual que Als.

—Alteza, buen día —saluda con normalidad—, ¿que necesita?...¿Señor White? Que grande está, hace mucho que no lo veía…

—Necesitamos respuestas, Ricardo —lo interrumpo y hace una mueca extraña.

—No entiendo, su majestad. ¿A qué se refiere?

Tomo la mochila y saco los papeles.

—Estas son las órdenes de compra y venta del Reino de Khande hacia su tienda. Necesito que me muestre la lista de artículos que usted pidió. 

El hombre se coloca las gafas nuevamente y revisa el papeleo. 

—Esto no puede ser.

Alcíone toma la palabra por mí.

—Señor, estas son las órdenes hacia los camiones de carga, usted pidió ciertos artículos esa vez. Necesitamos la lista de lo que trajeron.

—Me encantaría ayudarlos, pero esta órden tiene nombre desde hace casi 9 meses. 

—¿Y que tiene que ver? ¿No tiene los archivos?

—La verdad es que no. Mi esposa murió hace casi un año y me tomé unos meses fuera de la tienda. Me fui a Handace con uno de mis hijos.

—Lamento mucho su pérdida, señor Rodrigo —Alcíone agrega con sinceridad.

—Igualmente, Ricky —habla Rodrick—, pero necesitamos esa lista. ¿La tienda se mantuvo cerrada?

—No, mi sobrina se quedó al cargo. Ella trabajaba en el palacio, mire la casualidad.

—¿Era sierva? —inquiero.

—No, tengo entendido que trabajaba en la cocina.

Empiezo a tener sospechas pero antes de formar alguna hipótesis sigo la conversación.

—¿Trabajaba? 

—Correcto, me dijo que podía ocuparse de la tienda en la mañana, pues si turno en la cocina era en el ocaso, pero después que regresé a Jamsflor, me entregó las llaves de la tienda y me dijo que estaba desempleada. Le ofrecí trabajar conmigo pero no aceptó.



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En el texto hay: realeza, contenido +18, enemies to lovers

Editado: 14.03.2024

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