Al siguiente día, durante la mañana, la santa decidió salir y explorar el palacio con la única intención de ver si podía haber algún lugar por el cual escapar.
Itfis iba detrás de ella, como su Leal sacerdotisa.
Los sirvientes las miraban de manera extraña por su vestimenta y los velos en su rostro, pero esto para ellas no tenía relevancia.
Antes de que pudieran seguir caminando, escucharon la voz de una mujer detrás de ella.
por su vestido opulento y su elegancia, Itfis pudo que era alguna noble del palacio, pero la santa supo todo sobre ella al instante.
-- ¿Así que es usted lo que su majestad deseaba con tanto esmero? ¿una mujer que no puede ni mostrar su rostro?.--
Itfis se puso delante de la santa y le dijo.
-- Nadie puede acercarse tanto a la santa, y menos hablarle de manera tan informal y sin un presente.--
-- ¿Santa?...interesante elección...--dijo la mujer.--
La santa apartó suavemente a Itfis y quedó frente a la mujer. Le hizo una pequeña reverencia e Itfis hizo lo mismo al ver a la santa reverenciar a una mujer.
-- Está bien.--le dijo la santa a Itfis.-- Supongo que en el palacio de Dalkos las reglas son diferentes que la tribu.--
-- Sí, mi santa.--
Itfis se puso detrás de la santa y miró a la mujer frente a ella, que miró extrañada el comportamiento tan sumiso de la sacerdotisa. pero desvío su atención de ella y lo puso sobre la santa.
-- ¿Una santa? ¿aún hay gente que cree en esas tonterías de los enviados de los dioses?.--
-- Amily de Dalkos, Esposa del rey. Un placer conocerla.--
Elaisa quedó sorprendida, pero supuso que ya no había persona en el reino que no la conociera.
-- Es bueno que sepas que soy la esposa de su majestad, y que sepas que tú solo eres su distracción pasajera.--
-- No estoy aquí para ser la distracción de nadie. si no pude evitar ser traída, es porque lo dioses así lo han deseado, y que su voluntad sea eterna durante mi vida.--
-- No creas que alguna vez podrías llegar a ocupar mi lugar en el reino y el corazón de su majestad.--
-- Nunca podría compararme. Su fortuna brilla como las estrellas. La abuela de la gran Eloise que logrará unir dos reinos, la madre de una generación de reyes justos e inteligentes. sólo cuide su camino, y honre a los dioses.--
La santa le hizo una pequeña reverencia y antes de irse le dijo.
-- Felicidades por su embarazo.--
La dejó atrás confundida y sin saber que decir. Notó algo diferente en la presencia de la santa, se sentía bien pero al mismo tiempo agotador.
Decidió que en tanto no tuviera ninguna cercanía con el rey, no pasaría nada.
pasaron algunos días sin verlo, y sin noticias de la tribu, pero la santa no estaba preocupada para nada. sabía que su voluntad o sus deseos no valían nada comparados con la voluntad y deseos de los dioses.
mientras Itfis y la santa estaban en el jardín, el rey las observaba atentamente desde arriba el balcón al lado de lado de su mano derecha, Julian.
-- Su majestad...¿en realidad crees que esta mujer sea una santa o esas cosas?.-- dijo Julian a Blaz mientras miraban por el balcón a la santa.--
-- No tengo ninguna duda.-- respondió.--
-- pero entonces es peligrosa tenerla sin la aprobación de los dioses. --
-- Su aprobación es la única que necesito.--dijo Blaz.-- no me importa en absoluto que tan peligroso pueda llegar a ser.--
Su mirada viajaba hasta la santa mirando cada movimiento que hacia mientras que ella miraba las flores.
-- Pero ni siquiera le ha hablado es estos días que la trajo, y nunca ha visto su rostro. eso, por no decir que destruyó gran parte de sus tropas.--
-- a que quieres llegar con esto?.--
-- No parece alguien que veneficie al reino, y usted luchó tanto para conseguir llegar a la corona, mi señor. ¿que tal si en realidad es una bruja.--
-- Una santa, una bruja. no me importa, la quiero tener en mis manos, eso es todo.--
Blaz sentía una devoción enorme por la santa desde que la vió. no sabía por qué razón no lo recordaba, y temía que si la forzaba a recordarlo, ella terminara por odiarlo.
decidió bajar al jardín para hablar con ella y ganar su amor de manera sana llevando algunos pastelillos para ella y como creía era correcta a pesar de que la había secuestrado.
Se acercó ella e Itfis de interpuso.
-- ¿Por qué está aquí? -- le dijo Itfis.--
El la miró y puso los ojos en blanco. se preguntaba si podría matarla, y así no iba a interfir entre la santa y él.
-- ¿puedo tener una conversación con la santa de manera tranquila?.--
-- No, no puede.-- respondió Itfis y el la hizo a un lado.--
-- No te estoy preguntando a ti.--
La santa le dio la orden a Itfis de esperarla en su habitación y ella obedeció no sin antes vacilar. la santa terminó cediendo a la invitación de Blaz de hablar y ambos se sentaron al lado del otro con cierta lejanía en el jardín. él la veía ajustarse el velo con una expresión neutra, y le dijo tomando la iniciativa.
-- Las sirvientas me han informado que no recibes la comida que se te envía a tus aposentos. ¿acaso te sientes incómoda aquí? ¿no te gusta?.--
la santa santa suspiró tranquila mientras miraba las flores. sabía que al ser de la tribu el no lo entendería. Blaz le mostró su canasta con frutas y pasteles, sacó uno y se lo acercó, pero ella no lo recibió.
-- Me pregunta si me siento incómoda, la respuesta es no, porque sentir no es algo que hace una santa, y si me gusta...la respuesta respuesta es que no lo sé y no lo llegaré a saber. No puedo alimentarme de comidas humanas.--
El la miró sorprendido y le preguntó.
-- ¿qué? ¿y entonces de te alimentas?.--
La santa se inclinó y tomó una rosa de los rosales en su mano, entonces la acercó a su nariz a travez de su velo, cerró los ojos y aspiró el olor de la rosa.
Blaz miró sorprendido como la belleza y el color desaparecían volviéndose polvo en las manos de la santa hasta quedar hecha nada por completo. cuando terminó de hacerlo, volvió su mirada hacia el, que tenía una expresión de sorpresa.