Capítulo_4

La santa lo miró con los ojos como platos y ahogó un grito. se puso pálida y parecía que iba a caerte pero Blaz la ayudó a mantenerse de pie. No había absorbido nada de esencia y se sentía agitada tanto que ya no podía gastar energía en nada más, o eso traería consecuencias devastadoras para su cuerpo humano, pero en lugar de decirlo, se apartó de Blaz y le dijo.

-- Ese día te salvé porque para los dioses la vida humana es lo más valioso, no los sentimientos...pero tú hiciste que acabara injustamente con la vida de cientos de ellos a pesar de ser tus soldados.-- 
-- ¿Que es la vida de un ser humano sin amor y sentimientos? ¿Que sería de la mía sin tí?...soporté demasiado para tenerte, no pienso dejarte ir, ¡no acepto que no me ames!.-- 
-- ¡¿Que debo hacer para que entiendas que no puedo sentirlo?! ¿cómo hago para entiendas que soy una santa y mi deber está con la tribu, no con su enemigo?.--

Blaz se arrodilló de repente a los pies de la santa y le dijo.

-- No soy tu enemigo, no quiero ser tu enemigo. te entrego mi reino y todo lo que tengo. cada rincón, cada pueblo, cada palacio te lo entrego...pero por favor no me consideres tu enemigo.--

La rendición del rey sería un triunfo para la tribu Gafgita, pero no podía aceptarlo, porque ya había alterado el destino una vez dejándolo vivir. no podía hacerlo de nuevo. 
su corazón palpitó duramente contra su pecho al verlo arrodillado delante de ella y entonces de pronto pudo ver su  destino por primera vez...rodeado de médicos, escupiendo sangre y con los ojos muy rojos...muerte. esa era su fortuna. 
lo hizo levantarse rápidamente y se fue casi corriendo a su habitación. 
Encontró a Itfis dentro y esta la atendió como de costumbre. quitó su velo, y peinó su cabello.  sentimientos de preocupación llenaban los pensamientos de la santa y de la nada una lágrima rodó por sus ojos. Itfis se dio  cuenta y se alarmó.

-- ¡mi santa!-- dijo Iftis.-- ¿que le sucede?.--

Un dolor incomprensible inundó el pecho de la santa y se vió obligada a seguir llorando en silencio para calmarlo.

-- No lo sé, realmente no lo sé. quiero entenderlo, ¿pero cómo puedo hacerlo?.--

Itfis notó la debilidad de la santa. sabía que no se había alimentado bien para no dañarla, pero ella está a dispuesta a soportar el dolor de un alma rota solo por honrar a la santa. la convenció de tomar algo de su esencia aunque fuera poco, y al ver que lo necesitaba, no pudo negarse. 
Se sentaron en el suelo en medio de la habitación y tomaron las manos de la otra entre las suyas. ambas cerraron los ojos y la santa empezó a absorber la esencia de Iftis, se descuidó y se dejó llevar, pero ella no le detuvo. Itfis no se había recuperado por completo de la última vez por lo que no tenía mucho que darle, pero estaba dispuesta a todo si la santa estaba a salvo, después de todo esa era su misión  como sacerdotiza. 
Itfis emitió un sonido de dolor al sentir como si le hubiesen atravesado el pecho con una daga y la santa la soltó de inmediato.

-- ¿te he hecho daño?..-- preguntó asustada.--
-- No, mi señora. por favor continúe..--

la santa se levantó y le dijo.

-- Está bien. solo ve a descansar, es suficiente por ahora.--

la verdad es que no había hecho mucha diferencia, pero era algo aunque fuese poco. soportaría unos días antes de escapar.
Itfis lo sabía, pero no quiso decirle. le había quebrado el alma levemente. si era fuerte, lo soportaría por algunas semanas, y estaba decidida a hacerlo.
La santa no se atrevía a ver el rostro de Blaz. empezaba a sentir que tenía la necesidad de hacerlo, y quería contenerse para no sentirse así. en tanto a él, supuso que después de decirle todo eso, necesitaría de unos días, y quiso dejarla en paz solo por un corto tiempo.
Lo que la santa no sabía es que la lejanía sólo refuerza el amor, el cuál es contagioso cuando alguien te ama de manera tan pura fuerte como Blaz la amaba a ella, que estaba dispuesto a entregar su reino solo para no ser considerado su enemigo. 
Él no estaba loco...solo estaba enamorado.

Amily visitó los aposentos de Blaz durante la noche, y lo esperó con la mesa servida mientras el estaba fuera. 
cuando regresó la Encontró esperándolo y decidió cenar con ella para no lastimarla más de lo que lo había hecho.

-- ¿Cuál es el motivo de todo esto? debes saber que no cambiaré de opinión. ¿quieres que te suplique lo entiendas?.--

Amily suspiró y forzó una sonrisa obligando sus ojos a no derramar lágrimas.

-- Debe saber que usted es a quien más amo en el mundo, y no me es fácil aceptar que haya alguien en su corazón...pero usted antes que mi esposo es mi señor, y no puedo poner mis sentimientos por encima de los suyos. soy alguien sensata, su majestad.-- 
-- ¿Que quieres decir con todo esto?.--

Amily sirvió vino para él y Blaz lo aceptó. tomó un poco mientras la escuchaba decirle sus razones. se sorprendió de su voz tranquila y su sonrisa leve parecía genuina.

-- Ruego al cielo por el perdón de su majestad y poder encontrarlo en otra vida donde pueda amarme tanto como yo a usted.-- 
-- ¿por qué me pides perdón?.--

Se quedó callada un momento pero luego le contestó.

-- por no haberlo entendido antes, su majestad. Organicé esta cena para despedirme de usted siendo la última que compartamos antes de irme al palacio de casa. allí estaré hasta mi embarazo y luego de eso, firmaré el divorcio como usted lo desea.--

Blaz se sintió aliviado de que lo entendiera, pero las intenciones de Amily iban mucho más allá de eso. 
había tomado la decisión de su vida días antes. ordenó a su sirvienta conseguir veneno para el rey, un veneno que matara lentamente como si fuese una enfermedad y que doliera tanto como un corazón roto. 
sosteniendo el veneno en su mano, le dijo a su sirvienta.

-- Prefiero matarlo con mis propias manos a verlo en brazos de otra, mucho menos la corona que me pertenece. al menos muerto, el mundo me recordará como la única y legítima esposa del Rey Blaz.--