ﻬ Capítulo XIII ﻬ

La mañana del sábado, una semana después del encuentro con Kim Yugyeom, alrededor de las diez de la mañana, Jungkook permanecía acostado, boca abajo, con el cabello hecho un lío y con su mejor amigo sobre la espalda, o sea, Changsu. El cuerpo de Jeon estaba cubierto por una manta de la cintura hacia abajo y en la parte libre permanecía el can que mantenía cálido el cuerpo de su dueño debido a su abundante cabello. El invierno realmente estaba siendo demasiado frío, sobre todo en las noches donde las vidrios su ponían blancos antes la falta de calor térmico.

La verdad es que ninguno tenía pensado despertar aún, su cuerpo no les pedía estar despiertos así que ¿por qué contradecirlo? No había nada que se interpusiera entre sus planes, o eso pensaba hasta que la puerta fue abierta con rapidez y un emocionado Jin entró con el fin de levantar aquellos cuerpos perezosos.

— ¡Jungkookie, despierta!— Comenzó a picotear los costados del cuerpo del menor, el cual comenzaba a removerse y no fue hasta que su pezón fue rozado que se levantó de un brinco.

,— ¿Q-qué pasa? Quiero dormir...— Murmuró el menor adormilado, volviendo a caer entre los brazos de Morfeo pero su primo le detuvo y Jeon renegó. — ¡Es sábado!

— ¡Yugyeom vino a verte!

Eso fue suficiente para que Jeon echara a reírse como si hubieran contado el mejor chiste.

—Deberías de buscar mejores excusas, hyung. — Jeon se recostó, enrollando su cuerpo con el gran cobertor y Changsu tomando su lugar sobre las piernas del menor.

—No es excusa, él en serio vino, está acá abajo. — Cuando Jungkook no detectó ningún tono de broma en la voz del mayor, se sentó sobre la cama y talló sus ojos, queriendo despertar de aquel asombro.

—Debes estar bromeando.

—De hecho no, resulta que es un primo de Namjoon que acaba de llegar de Estados Unidos y lo trajo sin saber que era el mismo chico que te cortejó en el centro comercial.

— ¡Rayos!— Gritó el menor, sorprendido a su primo de lo rápido que se puso de pie. — Ayúdame a vestir hyung, no puedo bajar así.

— ¿Qué pasa aquí? ¿Acabas de decir que quieres verte bien para un chico que no conoces y del cual no quieres tomarlo en serio?— El mayor sonrió divertido por las acciones de Jeon. —Creí que no te interesaba. — Las mejillas del más joven tomaron un color carmesí, evidenciando que había quedado descubierto.

—E-es sólo que... Que no puedo bajar así en pijama, hyung. — Trató de defenderse Jungkook, comenzando a ponerse un poco nervioso. — Si es familiar de Namjoon hyung entonces debe ser de fiar, ¡podemos ser amigos!— Se sentó en la cama, jugando con sus manos. —Y su voz es linda.

— ¡Por dios!— Jin emitió emocionado, riendo ante aquella confesión. —Jungkookie, te sientes atraído por Yugyeom.

— ¡No! Nos acabamos de conocer, bueno, ni siquiera lo conozco. — Murmuró en voz baja, rascando su cabello. —Pero sería bueno si lo conozco ¿no es así?

—Lo que tú decidas está bien, yo te apoyaré. — Murmuró el mayor con una sonrisa, contagiando al otro para después darse un abrazo. —Entonces vamos a cambiarte.

Con la ayuda de Jin y su experiencia en vestimenta para hacer quedar embobado a algún chico, vistió a Jungkook de forma distinta pero sin perder su esencia; el menor vestía un pantalón de mezclilla azul tenue, que tenía rasgada levemente la zona que daba con los muslos, le colocó una playera blanca y encima un jersey del mismo color pero con detalles rojos que resaltaban.

—Oye hyung, esta no es mi ropa ¿verdad?— Murmuró Jungkook, sintiendo la tela del pantalón que estaba rasgada.

—Sí lo es, sólo que no te la habías puesto porque apenas iba a dártela; cuando fuimos a la tienda lo compré para ti. — Respondió Jin con una amplia sonrisa, sin dejar de dedicarse por completo al peinado del menor, quería darle una vista diferente pues siempre lo llevaba hacia el frente. Jungkook no supo qué decir, sabía de antemano que la ropa era distinta a la que usaba seguidamente pero no tenía idea de que fuera a verse bien con aquel conjunto.

— ¿La ropa que compra mamá para mí se ve mal?

—No, para nada. — El mayor rió ante la pregunta aquella pues era algo que Jeon jamás le había preguntado directamente a él. —Pero los pantalones negros y las camisas de vestir ya debes dejarlo, y usar algo de alguien de tu edad no estaría mal.