Alma rota, mirada perdida y mente en cualquier lugar. Espero que puedas sanar, que logres salir de ahí. Que de curas milagrosas no he sabido, pero de valentía sí. –Angelica.
Creo firmemente que si eres humano y respiras, te ha pasado esto al menos una vez en tu vida: Sientes tu corazón latir a demasiada prisa, te duele, te duele literalmente. Crees que jamás va a detenerse, que jamás vas a superar eso. Y no, no es un ataque de pánico. ¿Lo has sentido?
He tenido este sueño en el que que me estoy ahogando, intento buscar alguna salida, pero no tengo fuerzas, sé que mi vida depende de levantarme, de elevarme, salir de allí, así que me esfuerzo por salir, hago todo lo posible. Lo intento una y otra vez, con menos fuerzas cada vez, pero no logro salir. Luego despierto.
Hay algo que no he dicho, algo que muero por decir;
Siento últimamente que mi organismo ya no funciona. Mi mente ya no soporta, no es tan fuerte, se que hay una salida pero se siente como si no la hubiera, como en mis sueños. Pero esta vez es real.