La realidad del amor

Capítulo 3

Ha pasado una semana, Charlie y yo somos más unidos, salimos juntos recorriendo la gran ciudad de México, platicando de nuestras vidas o gustos, me empezó a hablar de su viejo amor

—Sabes, Dayana era una chica hermosa, su cabello claro, el cual era algo que le quedaba increíble, resaltaba su rostro y su sonrisa hermosa solo que era de las mujeres que siguen modas, horrible lo sé, o quería hacerse única y decía que escuchaba música que estaba de moda y que le gustaba mucho, el rock fue algo que empezó a escuchar poco tiempo después, y a mí me gusta así que para que supiera las cosas importantes yo le contaba eso, y era una excusa para estar con ella, me encantaba pero a ella le agradaba pero le hartó así que algunas veces no decía nada, era su forma de decir que me fuera— y yo le conté de Patricia

—Ella también era hermosa, aún recuerdo su cabello oscuro y sus ojos cafés, eran algo hermoso, me ponía loco, no sonreía mucho pero cuando lo hacía era glorioso, posteriormente descubrí que no lo hacía conmigo y solo fue un amor pasajero porque al mes me dejo de llamar la atención, ni siquiera yo sé él porque y todo acabo pero eso si, seguía siendo hermosa a los ojos de cualquier persona pero nunca le hablé, ese fue el factor de mi desinterés por ella, te preguntaras el porqué, te diré que fue su carácter, era muy distinta a lo que yo era, ella era mucho más positiva y sabía decir las cosas en el momento exacto, tal vez eso era su mejor virtud, eso la hacía una gran persona, sin duda, increíble— hubo un silencio incómodo y fuimos a mi casa y le di una bebida chocolatosa ya que me encanta y quería que la probara, estuvimos en mi habitación hasta que anocheciera e irse a casa, en todo ese tiempo hablamos de esas 2 chicas y que ahora no sabemos dónde están o con quien están.

Al despertar, un nuevo día de escuela, mi padre estaba con mi hermano en la sala, lo cual fue raro, nunca están cuando me voy, aún están dormidos, mi padre lleva a mi hermano a la escuela, él con 13 años, 2 años más chico que yo así que mis padres lo sobré protegían y yo les valía cacahuate así que tenía que irme más temprano para llegar a tiempo pero solo me miraron e ignoraron, lo normal, me odian, los odio, así es mi familia, al salir Adam, mi hermano me golpeo con el hombro, pero lo hice nada, al parecer iba muy temprano y yo no les importé me fui solo.

Charlie me esperaba fuera de la escuela desde que nos hicimos amigos.

Al llegar al salón, el profesor nos pidio amar un equipo de tres personas, pero como éramos los inadaptado nadie se nos unió.

En ese momento llego una hermosa chica, su cabello oscuro, sus ojos negros, su sonrisa, me causaba una ternura, se me hizo hermosa solo con verla, algo que no pensaba de una chica desde hace tiempo y el destino la hizo sentarse con nosotros.

Yo me quede callado, sentí algo extraño, se me hacia tan linda que no puede describir mis pensamientos, ella sólo observo y dijo

—Me llamo Lisa— sonrió y continuo.

—No había nadie y ustedes son 2 y yo una así que me uno— parecía un idiota viéndola y admirándola, pero ella continúo hablando.

—Saben cómo seremos compañeros les contaré de mí, me encanta el rock, el de verdad, soy muy fan de esos géneros y sub géneros, por eso toco la guitarra, es algo que me encanta ¿ustedes que les gusta?

Charlie vio mi cara así que iba a hablar, pero lo detuve

—Soy Bruce, bueno yo también soy fan del rock, sólo que yo no toco guitarra, si no piano— Charlie río un poco al decir esa mentira del piano, pero quería conquistarla y tenía que aprender a tocar el piano de verdad, pero Charlie dijo que era momento de trabajar así que hablamos de nuestro trabajo, pero no la dejaba de ver, su cara era de una reina, toda ella era una diosa.

En el descanso Charlie se burló de mí, sobre todo lo que dije, y en un plan muy serio le hablé

—Por ella me comprare un piano y lo tocare, así no será una mentira— pero él me lanzo la mirada de cállate, así que me di la vuelta y la mire, mi corazón latía fuerte, eso era, me había enamorado. Me enamore de ella y tenía que conquistarla a toda costa, y mi mejor amigo me apoyaba, todo iba mejorando, tenía un amigo que era como mi hermano y algo por lo que luchar así que mi vida tomó otro rumbo.

Saliendo de la escuela Charlie y yo fuimos a la tienda de música a buscar un piano

—Sabes que son caros— dijo Charlie

—No me importa, llevo mucho tiempo ahorrando, papá siempre me da dinero, el cual casi no gasto y en verdad mis ahorros son muchos.




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