Lyra
Era un día normal, sin demasiados problemas más que los elfos de siempre que me quieren hacer enfadar o los trols que se pasan a nuestra parte del arroyo y me toca echarlos para que no creen disturbios.
Me levanto temprano como siempre y me voy al Claro de la Noche Eterna, es un sitio no solo ancestral y neutro de conflictos donde todos sabemos que los elfos que tienen romances prohibido se encuentran, pero al ser un espacio neutro no se pueden castigar ni mucho menos reprochar nada. Voy allí porque tengo una reunión con los ancianos del reino y con los demás guardianes, el del viento que muchas veces se creen que lo saben todo y son unos pedantes que dan angustia y el clan del agua, este es menos pedante, es como más relajado, como su elemento, deja que las cosas fluyan.
Realmente no me acuerdo como se llaman y no es que me parezca importante, creo que el guardián del viento se llamaba Celum o algo así y el del agua Dexar o Quexar por ahí.
Cuando llegué estaba el sabio de las runas, un elfo misterioso, que se cree que es el más antiguo y que es uno de los primeros de nuestra especie, es decir, que sería de la generación del despertar y tendría más o menos unos 8 o 10 mil años de antigüedad.
Es un elfo misterioso, su poder es más o menos desconocido, se cree que conoce el futuro, pero nunca se sabe con certeza ya que es misterioso y reservado, lo que sí está claro es que conoce todas las runas, las prohibidas, las antiguas, las extintas y las más poderosas y es capaz de encerrar a todo un aquelarre con solo sus runas, es alguien al que preferimos tener de aliado en vez de enemigo.
A parte de él estaban los cuatro sabios de cada clan y el sabio del reino antiguo.
-A ver de qué va esta reunión y porque estamos todos convocados - dije exasperada de tener que compartir espacio con los demás elfos.
-Eres una elfa demasiado impaciente, espera a que los sabios nos digan porque nos han convocado - me dijo el guardián del viento, su tono superior me enferma.
-Caelum, Lyra, ya basta, os hemos reunido para que sepáis que se han descubierto restos de magia de Egiras y que eso supone no solo un peligro para el clan del fuego sino para todos los habitantes de los clanes.
Cuando dijo eso me quedé helada, Egiras era un elfo renegado y rencoroso que había provocado la gran guerra, debería estar muerto después de no obtener energía de la fuente.
Los elfos de fuego tenemos todos una fuente de poder que está ubicada en el centro del núcleo del volcán más antiguo de nuestro territorio, cuando se quita el núcleo de un elfo de fuego este se debilita y suele ser el peor de los finales, de hecho, es una de las razones por la cual nosotros no cometemos delitos capitales, es la peor muerte para uno de los nuestros.
Sinceramente no se si es una leyenda urbana que se creó para asustar a los niños de mi clan y que no se enamoraran de una persona de fuera y al final quitaran su núcleo de la fuente del reino, dejando de lado a sus familias y creencias, pero es algo que sinceramente no quiero descubrir.
-¿¡¡Como que Egiras está vivo!!!??? - exclamé, puede que demasiado alto.
-Tranquilízate, guardiana del fuego, la leyenda que hay en tu aldea es falsa en gran medida, si bien es cierto que los poderes se debilitan y las fuerzas no son las mismas no se mueren los elfos por quitar su núcleo de la fuente.
-Ya, pero es imposible que un elfo renegado pueda vivir tanto tiempo, ¿no? - el guardián del agua creo que estaba más asustado incluso que yo.
-Es poco probable que muriera, no solo porque nadie sabe dónde está su cuerpo si no porque no es la primera vez que se encuentran rastros de su magia antigua.
-Si bien eso es cierto Caelum, sí que es la primera vez después de la gran guerra que se encuentran registros de su magia antigua tan cerca de nuestros terrenos, aunque la distancia todavía no es peligrosa para nosotros ni para el reino sí que es cierto que hay que poner no solo guardias adicionales si no que hay que reforzar las protecciones ancestrales de los clanes y guardar en los sitios sagrados en los que solo podéis entrar vosotros los elementos sagrados ya que son el corazón de los ciudadanos de los clanes y el corazón de vuestros territorios. - La serenidad del Sabio de las Runas me pone los pelos de punta.
-¿Eso quiere decir que vamos a sufrir otro ataque por parte de Egiras?- la pregunta que soltó el de viento es lo que todos nos estábamos preguntando.
-No es algo cierto, pero no se descarta que haya un próximo ataque.
Después de eso nadie pregunto nada más y cada uno se fue a su clan para deliberar que soluciones tomaríamos para solucionar los problemas.
Como guardiana del clan lo que tengo que hacer es lo que sea mejor para los ciudadanos a los que protejo y por lo tanto hice un anuncio en el que comunico que la llama de la vida dejara de estar en la plaza de la ciudad y estará en su sitio sagrado en el cual solo puede entrar el guardián.
"Queridos ciudadanos, por una situación preocupante para la seguridad no solo de la ciudad y de los ciudadanos sino además de nuestra querida llama sagrada, esta será devuelta a su lugar sagrado y dejará de permanecer en un sitio público por lo que en caso de necesitar algo de la llama sagrada las peticiones tendrán que ser realizadas a la guardiana del fuego y se revisará si la petición se puede o no cumplir.