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Welcome to Duskwood
Después de haber pasado varios días sin conseguir nada de información importante proveniente de la nube de Hannah, se me presentó un nuevo hallazgo. Uno que, con solo echarle un primer vistazo, me pareció que sería de muchísima importancia sobre todo por lo que podía significar. Era un video, menos de quince segundos, de lo que parecía ser una cámara de seguridad dentro de la que yo supuse era la habitación de Hannah. La grabación iniciaba en un espacio de absoluta oscuridad, como si fuese solo activada por movimiento y apuntaba directo a un balcón, donde había una silla vacía; la hora de grabación era de la una de la madrugada, aunque no estaba fechado. Ni personas ni animales visibles, pero aun así se debió activar porque algo pasó cerca de ahí.
Envié el video a Jake, quién seguía sin conectarse desde nuestra última conversación. Los mensajes que antes le había enviado seguían sin leerse.
La pregunta que más eco me hizo fue ¿por qué Hannah colocaría una cámara de ese tipo y en esa dirección? Misma que me pareció tenía relación con lo que le había dicho al doctor Ulrich Barret, sobre que había alguien siguiéndola. Podría tratarse de una manera de protegerse o de recolectar evidencia que sostuviera lo que estaba declarando, sobre todo por el escepticismo que mostraba el hombre en cuanto a las sospechas de Hannah. De cualquier forma, aparentemente no había nadie en el video y pese a que seguí hurgando por unas cuantas horas más, no conseguí las otras partes de esa grabación o algunas nuevas. Bien podía ser porque olvidó subirlas o porque no encontró nada sospechoso diferente a lo que se mostraba en esta. Podía inferir lo desesperada que estaba Hannah por demostrar que no se equivocaba, que en el bosque sí había algo a lo qué temer. Y bien sabía yo ahora que era cierto, al menos la parte que relacionaba al secuestrador con el bosque, que debía esconderse allí o que al menos eso le permitía vigilarnos a todos y, al mismo tiempo, manteniéndose protegido.
Iban dando las seis de la tarde cuando tocaron la puerta de la habitación, que tras echar un vistazo por el pestillo me di cuenta que se trataba de Jessy. Le había dedicado el día completo a terminar mi esquema del caso y a seguir buscando más pistas por mi lado que ni siquiera pasé por el taller, así que supuse que esa era la razón por la que estaba ahí. Cerré la computadora antes de abrir la puerta. Una vez no hubo nada más que la una frente a la otra y después del saludo, Jessy sonrió y me dio la impresión que quería proponerme algo, así que terminé invitándola a entrar.
—Ya terminé de trabajar —dijo, manteniendo la sonrisa—. ¿Y qué estabas haciendo ahora?
—Trataba de repasar nuestro caso —respondí, señalando en esquema en la pared.
Jessy se tomó el tiempo para ojearlo, casi sorprendida por lo mucho que había avanzado hasta entonces, aunque eso no la persuadió de su objetivo y apenas unos minutos después volvió hacía mí.
—Bueno, vine porque tengo una sorpresita para ti. Le pedí a Richy que me prestara su coche y me dejara salir más temprano y ha sido tan amable de hacerlo, así que debemos aprovechar su buena voluntad.
—¿Richy dejando que alguien tenga una sorpresa?
—¡Max! —negó riéndose—. Anda, vamos. No puedo decirte mucho más que eso. Así que colócate un abrigo y salimos.
No me opuse a su proposición, aunque no tenía idea a dónde quería ir. Sobre todo porque necesitaba despejar la mente durante un rato y también para pasar por algo diferente de comer. Me hice con mi teléfono, llaves y un abrigo nada más; El auto que le pertenecía a Richy estaba estacionado frente al motel de la señora Walters con quien nos cruzamos cuando salíamos, aunque poca atención prestó. Ya me había dado cuenta que lo que Cleo y Jessy decían sobre ella era cierto, parecía ocupada en cualquier cosa diferente a Alfie, quién pasaba largo rato jugando solo o en compañía Gray, que era bastante amable conmigo por suerte. Jessy condujo largo tramo en silencio, de vez en cuando la pillaba mirándome con la misma sonrisa de antes y con el ánimo intacto, después de un rato comprendí que íbamos saliendo de Duskwood y el bosque comenzaba a ser todo lo que se veía. El día había sido relativamente tranquilo, teniendo en cuenta los últimos que pasaron y desee que terminara de tal modo. La idea de ir alejándonos de Duskwood, aunque bien sabía que no era definitivo, me hizo sentir mal de alguna forma y eso me tomó por sorpresa. Porque había pensado mucho en el momento en que me marchara y consideré la posibilidad de huir un sinnúmero de veces, pero ahora, justo ahora, quería que Jessy diera vuelta y que la pesadumbre que sentía desapareciera.
Comprendí que estaba arraigándose demasiado a mí el caso, el pueblo y el grupo también. La realidad no eran mis ideas sino lo que me rodeaba y eso era Duskwood, una Hannah desaparecida y todo aquello que ahora conocía. No podía renunciar a eso, porque me conformaba también, para bien o para mal.
—Ya estamos llegando. ¡Parece que aún no lo adivinas! —dijo Jessy y después de una breve pausa agregó—: Me pregunto cómo seguirán las cosas ahora con Lily.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, algunas consecuencias deben haber para ella —se encogió de hombros—. No podemos olvidar una acción así. Pienso que al menos debería disculparse contigo.
No respondí, sobre todo porque el auto terminó deteniéndose y Jessy me dijo que nos bajáramos, que habíamos llegado. Me llevó hasta un letrero grande en el que estaba escrito el «Welcome To Duskwood: Historic Forest Area». Había también una ilustración de una balsa en medio de un lago.