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Los «otros» sospechosos
Para entrada la mañana, aún no había una respuesta de Jake. Un extraño presentimiento me envolvía, teniendo en cuenta que su desconexión pareció demasiado abrupta para lo que estaba acostumbrado a ser, como si se hubiera visto obligado a cortar la comunicación antes de lo que él hubiese previsto. Me había asegurado que llevaba ventaja en cuanto a sus perseguidores y eso era lo único que ahora me mantenía tranquila, de algún modo. Quería pensar que era así y que solo estaba siendo precavido, de cualquier manera, yo debía continuar adelante con la investigación. Así que una vez me hube desocupado volví a la lista de llamadas y marqué el siguiente número: «95042».
No tuve suerte, la llamada se desvió al momento a la contestadora automática y la voz de un hombre se proyectó segundos más tarde: «Has llamado al teléfono de —Alan— la persona con la que intenta comunicarse no está disponible en este momento, pero será informada de su llamada a través de un mensaje de texto». Tras marcar una segunda vez, volvía a lo mismo, por lo que decliné de la tarea, aunque no había sido del todo un desperdicio pues ahora al menos sabía que quien fuese, se llamaba Alan y habló con Hannah el día de la desaparición, una llamada considerablemente extensa con respecto a las demás.
Max [8:55 a.m.]:
He llamado al segundo número.
Pertenece a un tal Alan.
Max [8:57 a.m.]:
Espero que estés bien :(
Tras eso salí del motel camino a reunirme con Thomas, que a primeras horas de la mañana me había indicado donde vernos para hablar por fin del asunto de Phil y el allanamiento que cometió en compañía de Cleo. No me lo dijo, pero suponía que ella también estaría presente. Transcurrió un día y una noche desde el ataque del enmascarado, todo seguía estando en una especie de tensión compleja; admitía sentirme asustada de salir a la calle y suponía que era mucho peor para Jessy, que según lo que me contó Richy, estaba bastante afectada, aunque aseguró que no debía preocuparme de nada, que él estaba haciéndose cargo y que yo no debía perder el rumbo, que siguiera adelante con la investigación pues tenía el presentimiento de que cada día estaba más cerca de encontrar a Hannah. Tardé poco menos de quince minutos en llegar hasta el café y, tal como lo esperaba, ambos ya estaban ahí; tomé asiento antes de que alguno de los dos dijera algo, aunque me alivió que al menos parecieran arrepentidos de lo que habían hecho y sobre todo de cómo lo habían hecho.
Miré a Cleo, pero no me sostuvo la mirada por mucho tiempo, apenada quizá y me era inevitable no sentirme herida porque creía que confiaba en mí de la manera en que yo confiaba en ella. Ambos estaban bebiendo café y habían pedido uno para mí, que por fortuna continuaba caliente. Lo bebí mientras esperaba que hablaran, un tanto cansada por la noche en vela que terminaba de pasar.
—Ayer estuvimos con Phil y aclaramos todo —dijo Thomas, siendo el primero en hablar—. Gracias por avisarnos.
—No hay tiempo para más dramas —dije.
—Te lo queríamos contar mucho antes —dijo Cleo—, siento que te hayas enterado de esta manera.
—Sí, ahora queremos contártelo todo.
Negué, soltando un suspiro.
—Espero que hayan tenido una buena razón —dije al cabo de unos segundos.
Hubo un lapso breve de absoluto silencio, Thomas miró primero a Cleo y esta asintió como dándole la aprobación para que comenzara con la explicación. Aun así, se tomó unos cuantos segundos de más, quizá aclarando las ideas; aguardé paciente, porque quería saber qué cosa había averiguado y que los llevó incluso a planear un allanamiento sin siquiera meditar las consecuencias. Sobre todo qué tan importante era para justificar el secretismo conmigo, sobre todo conmigo.
—En su momento, la policía encontró una caja de cerillas al lado del cuerpo en el bosque —dijo Thomas, acercándose más y bajando la voz—. La caja de cerillas era del bar Aurora.
—¿Estás hablando en serio? —pregunté casi ahogada.
—Bueno, espera un poco. Falta alguien más —dijo Thomas y tras eso levantó la mirada tras de mí.
El espasmo que sentí cuando vi a Richy acercarse fue inexplicable, casi podía jurar que de pronto me encontraba mareada y terriblemente confundida con la situación. Lo seguí con la mirada hasta que tomó asiento junto a nosotros y él apenas me miró durante unos cuantos segundos, tan avergonzado como antes lo estuvieron Cleo y Thomas. Así que pronto comprendí que también él me había mentido y estaba al tanto de todas las andanzas suyas, había conspirado todo aquello tras mis espaldas y me sentí mucho más ofendida que en el caso de Cleo, porque Richy era Richy. De pronto me di cuenta que podía haber un sinnúmero de cosas que nadie me decía, que quizá esperaban que las averiguara por mi cuenta y volví a tener las mismas dudas de los primeros días, ¿qué razones tenían para hacer tales cosas? ¿Cuántas más me estaban ocultando? Y la cosa era si lo hacían porque no confiaban en mí o porque les preocupaba la información a la que Jake pudiera tener acceso siendo yo su medio.
Irónicamente, hasta ahora Jessy y Dan parecían ser las únicas personas que se mostraron transparentes conmigo en todo momento. Porque incluso Jake se quedaba callado en muchas ocasiones, aun cuando el conocimiento sólo conseguiría acercarme más a descubrir dónde estaba Hannah.