24
Alianza
De entre todas las cosas que esperaba que sucedieran, que Lily se apareciera en la puerta de mi habitación en el motel de la señora Walters, fue la que más me tomó desprevenida. Sobre todo porque nos habíamos cruzado esa mañana en el hospital y seguía pareciendo que esperaba estrangularme cuando tuviera la oportunidad y no es que fuera pesimista, pero no quería creer que estaba ahí justo por eso. Casi me quedé petrificada una vez abrí, después de escuchar que tocaba, incluso me pareció mejor que fuese el mismísimo hombre sin cara el que estuviera de pie ahí cuando abriera la puerta. Pero Lily, eso sí era para preocuparse.
—Hola —fue lo primero que dijo ella.
—Tiene que ser una broma —dije yo negando.
—Necesito tu ayuda.
—Olvídalo.
No, ni siquiera de broma. La indignación me vino al momento, que estuviera ahí ya era descarado de su parte, ahora que viniera para decirme que necesitaba mi ayuda, eso sobrepasaba cualquier límite de decencia humana después de todo lo que había hecho y dicho en mi contra. Hice el ademán de cerrar la puerta, pero fue mucho más rápida y consiguió retenerla antes de que llevara a cabo mi cometido.
—¿Podrías escuchar antes de qué trata? —preguntó y me dio la impresión de que estaba preocupaba, de cualquier forma, continué sosteniendo la puerta.
—Eres bastante maleducada, eh.
Lily soltó una exhalación que parecía más un bufido.
—Créeme, no te pediría ayuda si lo pudiera solucionar de otra manera —dijo y se tomó una breve pausa, para después agregar—: Pero solo lo puedo hacer contigo.
—Alguien como tú siempre significa problemas.
Aquello pareció ofenderla, haciendo que se apartara de la puerta por fin. Aun así, no la cerré sino que continué ahí mirándola. Lily solo necesitó un momento, ahora luciendo ella indignada.
—¿Yo te causo problemas? ¡No eres la víctima, Max! —exclamó iracunda—. ¡Lo es mi hermana, a la que buscamos! ¡Son mis amigos los que están siendo amenazados! ¡Y es mi vida la que está en peligro!
—¡Al igual que la mía, Lily! ¿Crees que estar aquí no tiene repercusiones para mí? ¡Destrozaste mi reputación!
—¿No lo podemos dejar atrás? ¿No te basta con que hayas ganado? Has convertido a mis amigos en tus amigos. Yo soy la mala para todos. La mentirosa. La traidora.
Se le llenaron los ojos de lágrimas y daba la impresión de estar siendo sincera. Medité por un momento que tan contraproducente podría ser para mí el acceder a ayudarla, en lo que sea que necesitase y, aunque no llegué a una conclusión precisa, estaba sintiéndome un poco mal por ella y por lo afectada que se veía; se limpió la cara rápido para que no notara que una lágrima se le escapaba de los ojos. Solté una maldición al tiempo en que negaba. Lo único que esperaba era no arrepentirme después.
—Bien, será un alto al fuego temporal —dije al cabo de un minuto.
—Bien, bueno —suspiró, dando un paso más cerca de la puerta—. Se trata de Jake.
De Jake. La sola mención la sentí como un golpe directo al estómago y me vi obligada a dejar que Lily entrara en la habitación, cerrando la puerta. Pese a que la vi ojear el espacio, no fue muy insidiosa y pronto volvió a mirarme. No dije nada y esperé a que fuese ella quién tomara la iniciativa de hablar; estaba ya nerviosa para ese punto, ambas lo estábamos.
Terminó por aclararse la garganta.
—Cuando publiqué el vídeo sobre Jake y tú, justo después él me contó algo.
—¿Puedo saber de qué iba? —pregunté sopesando la situación.
—Jake me contó de qué forma estaba relacionada con Hannah —dijo, dejándome sin palabra alguna—, pero no me lo supo demostrar. Entonces saqué el vídeo y le puse un plazo para que me demostrara que lo que decía era cierto.
—¿Sabes que no tenemos tiempo para eso?
—Tampoco sé qué más hacer. Pero pienso que es lo único por lo que vale la pena meter tiempo —sacudió la cabeza, suspirando—. Jake me ha enviado un enlace. Simplemente con las palabras «Max es la llave». No pude abrirlo, porque falta parte del enlace. Bueno, y todo eso tiene que ver contigo.
—¿Es lo que te ha escrito?
—Sí, eso. Como Jake me dijo que tú eras la clave, pensaba que tendrías la otra parte del enlace.
Caminé hacía el escritorio, donde reposaba mi computadora. Lily vino tras de mí, ubicándose lo suficiente cerca; fui directo a los mensajes que tenía con Jake y, para mi propia sorpresa, había uno suyo. No se trataba, al parecer, de un mensaje convencional sino que era la parte del enlace que Lily mencionaba. Lo que más me tomó desprevenida era el hecho de no haber recibido una notificación y que tampoco apareciera la hora en la que fue puesto ahí. Trataba de entender todo, desde el hecho que Lily mencionara que le había escrito y por lo que suponía, debió haber sido esa misma tarde, hasta aquello de haberle mencionado la relación que lo unía a Hannah. «Max es la llave». Tenía que estarme jodiendo y comprendí lo que pasaba, debía tratarse de sus perseguidores y su advertencia de tener que desaparecer pronto. Un vacío se me instauró en el estómago, pero no podía hacer nada más que tratar de mostrarme serena sobre todo porque Lily seguía ahí, esperando a que yo pudiera resolverlo.