La redención

Capítulo 28

 Viajaron en silencio y al llegar a la mansión fue Antoniette quien  expresó en voz alta el horror al ver el estado de las mujeres cuando entraron.

-¡Oh santo cielo! ¡¿Qué sucedió criatura?!

-Por favor prepara habitaciones para ellas, y un baño caliente y lo que necesiten. Bart, busca al médico – ordenó Cole y su amigo asintió, mientras Antoniette  iba a buscar a Nelly para que la ayudara a preparar todo. Regresó inmediatamente e incluso trajo algo de su propia ropa para Abigail.

- No se nos ocurrió traer ropa…- dijo Beatriz agradecida al ser consciente de la ropa rota y del abrigo de Cole manchado con sangre que cubría a su hija.

-No se preocupen, yo me encargaré de todo – dijo la francesa y  con su decisión habitual las llevó escaleras arribas y antes se giró hacia su jefe- Yo las cuido, no se preocupe.

Y así fue, se encargó de que las mujeres se dieran un baño caliente y cambiaran sus ropas. También las acompañó cuando llegó el médico  y una vez que  el galeno aseguró que más allá de los moretones, estaban bien, se encargó de acomodarlas en sus habitaciones.

-Una habitación es suficiente- protestó Beatriz Owen cuando  le dieron a cada una un cuarto de huéspedes.

-Abigail está en la habitación de al lado, no se preocupe, pero es mejor que tengan cada una su espacio  esta noche. Quiero decir, esa muchacha tiende a hacerse la fuerte si hay alguien cerca, creo que quizás esta noche necesite un momento a solas para  dar rienda a sus emociones si lo necesita. ¿No le parece? Discúlpeme si soy muy entrometida.

-No, tiene usted razón, tampoco quiero que ella se preocupe por mí, esta noche. Ya pasó por mucho.

-Entonces descanse, señora. Es lo que aconsejó el médico.

-Llámame Beatriz, por favor.- pidió.

-Trataré – respondió Antoniette y luego fue a ver a Abigail.

-¿Mi madre? – preguntó al verla entrar.

-Está bien, también escuchaste lo que dijo el médico, y la viste hace poco. Ahora  tienes que dormir, pequeña.

-Pero…

-Sin peros. Vamos a dormir – dijo la mujer y cuando la muchacha se acostó, se sentó junto a ella y le empezó a cantar suavemente en francés, hasta que Abigail cerró sus ojos. Entonces se retiró.

La joven durmió  un par de horas pero luego se despertó gritando atormentada por pesadillas. Su madre la escuchó desde la habitación de al lado y corrió a socorrerla, pero al llegar a la puerta se encontró con Cole que también llegaba corriendo. Era obvio que no había dormido, sino que había estado vigilando por si Abigail necesitaba algo. El hombre se mostró cohibido, ella lo ignoró y entró a la habitación, se acercó a la cama de Aby mientras él la seguía en silencio y esperaba  guardando distancia.

-Sólo fue un sueño ¿Estás bien, hija? – preguntó la mujer acercándose a ella y acunándola.

- Sí, estoy bien – dijo aún turbada. Luego se separó de su madre y vio a la alta figura que las observaba – Cole…- musitó.

Beatriz le dio una palmaditas cariñosas en la mano y se puso en pie.

-Voy a buscar un té para Abigail, ¿puede cuidarla? – preguntó y él asintió- Apenas la mujer atravesó la puerta, corrió hacia ella que le extendió la mano para llamarlo a su lado.

-¿De verdad estás bien?

-Sí. Sólo fue un sueño. Estás aquí.-  dijo ella y Cole le acarició la frente como si así pudiera despejar su mente de los malos recuerdos.

-No dejaré que nada te pase. Vuelve a dormir- prometió sosteniéndole la mano.

-No te vayas, no te vuelvas a ir…- musitó ella acomodándose de nuevo para dormir y sin soltarle la mano.

-No me iré, Aby, duerme.- insistió y se quedó a su lado hasta que la joven volvió a caer en un profundo sueño.




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