Beatriz iba hacia la cocina cuando Se encontró con Antoniette que salía a su encuentro en camisón y bata.
-Señora Owen, ¿necesita algo?
-Iba a preparar un té para Abigail, acaba de despertar por las pesadillas.
-Ya se lo hago, y uno para usted también.
-No es necesario. Vaya a dormir, es muy tarde.
-No se preocupe, no dormía, estaba despierta por si alguien necesitaba algo, ha sido un día muy difícil para todos, ¿cómo podría dormirme? Vamos, venga conmigo.- dijo y la llevó con ella. Le sirvió un té y se ofreció a llevar el de Aby.
-Antoniette, por favor pídale al Sr. Bayley que venga a hablar conmigo.
-Lo haré. Es un buen hombre, puede no parecerlo, pero lo es.- sentenció la francesa antes de subir con la bandeja.
Cuando llegó a la habitación, Aby estaba dormida y Cole se mantenía vigilante a su lado, aunque se volteó sorprendido al escuchar que alguien entraba.
-Traje el té- dijo la sirvienta.
-Está dormida- susurró él.
-Yo la cuido, usted baje. La señora Owen lo está esperando- le informó Y Cole hizo una mueca desganada, besó a Abigail en la frente y se puso de pie.
-Cuídala.
-Mejor preocúpese por usted mismo, yo me ocuparé de ella.- lo aconsejó.
Cole bajó las escaleras como si fuera al cadalso, en aquel momento Beatriz Owen le daba más miedo que cualquier otra persona.
La mujer estaba sentada con la taza humeante de té delante suyo, era obvio que estaba pensando en algo más. El joven carraspeó para no sobresaltarla y luego se acercó a ella, pensó que lo mejor era ser directo.
-Le pido perdón por todo lo que sucedió, sé que mis palabras no alcanzan y que por mi culpa usted y Abigail salieron dañadas, no me lo voy a perdonar nunca….
-Cuando ella se quemó y arrestaron a su padre, durante muchas noches se despertó gritando en medio de pesadillas, todo lo que no podía expresar despierta la atormentaba en sueños. Seguramente pasará lo mismo esta vez- dijo la mujer y él bajó la mirada.
-Lo siento, lo siento mucho más de lo que pueda expresar con palabras. La alejé de mí para que nada le pasara, intenté protegerla. Sé que no soy adecuado para ella, pero…
-Siéntese – lo interrumpió Beatriz Owen y él obedeció inmediatamente.
-Señora Owen…
-La ama- dijo ella y no era pregunta, era una aseveración, casi como si se lo dijera a ella misma.
-Sí- reafirmó él.
-La ama más que a sí mismo.
-Siento no haberla protegido.
-Protéjala ahora – dijo la mujer y él la miró incrédulo- Protéjala desde ahora en adelante, hágase responsable de las pesadillas y no deje que nada le vuelva a pasar jamás.
-¿Puedo quedarme a su lado?- preguntó temeroso.
-No- dijo ella y lo miró fijamente- Cásese con ella.
-Creí que me odiaba – dijo Cole casi sin pensar.
-Los vi a ambos, no importa lo que yo pienso, Sr. Bayley. Sé lo que vi, aún en las peores circunstancias mi hija lo ama, no va a sentir eso por otro, no va a cambiar. Y usted, la ama de la misma manera, la protegería aún a costa de su vida. Sufre si ella sufre y es feliz si Abigail lo es. Seguramente debe haber hombres mejores y más adecuados para mi hija, pero ahora entiendo que nadie la va a amar como la ama. Eso tendrá que bastar- dijo ella y Cole tomó las manos de la mujer entre las suyas ,conmovido, acababan de darle el regalo más grande de toda su vida.
-Gracias – susurró- gracias.- Y la madre de Aby asintió levemente con la cabeza.
Abigail despertó cuando apenas amanecía, iba a levantarse pero notó que algo se lo impedía, sorprendida notó que Cole estaba sentado junto al lecho y se había dormido apoyando medio cuerpo sobre la cama.
Casi temiendo que se desvaneciera o que entrara su madre o alguien se lo llevara de su lado, le acarició el cabello oscuro. Él abrió los ojos.
-¿Estás despierta?
-¿Qué haces aquí, Cole?
- Me quedé por si volvías a tener pesadillas y quería verte cuando despertaras.