Mila
Aria sintió las puntas de esas garras presionar contra su cuello, estaba agotada, adolorida y derrotada.
Intentó revolverse, usar la poca energía que le quedaba para liberarse del agarre de Sofía. En vano. Ya no le quedaban fuerzas para seguir luchando, el dolor que sintió cuando el vínculo de Connor se rompió con su muerte inmovilizó su mente, era demasiado.
Liam, su mano derecha, su mejor amigo, estaba al lado del cuerpo sin vida de Connor.
—Dile adiós— dijo Sofía con voz triunfal.
El rostro de Liam se compuso en una mueca de dolor cuando gritó:
—¡No!— su voz sonó desesperada— ¡No lo hagas! ¿Qué más quieres mujer?
Finas puntas se presionaron con mayor fuerza, listas para hundirse en carne, y deslizarse para cortar.
Sería la última vez que vería a su mejor amigo, la última vez que sentiría los vínculos que la unían a su amado clan...
Un golpe, y ambas cayeron al suelo, el cuerpo de Sofía la aplastó mientras esta daba un chillido de sorpresa. Aria pudo ver de reojo una melena rubia y desordenada, reconoció al instante cuando la dueña habló con estridente voz, llena de rabia:
—¡Estás muerta maldita perra! ¡Nadie puede matarla!
Mila.
La mujer saltó encima de Sofía mientras ella se ponía de pie para enfrentarla, enredó sus piernas alrededor de sus caderas, inmovilizó su cabeza rodeandola con sus brazos. Sus ojos azules brillaban con furia:
—¿Qué esperas?— le dijo resistiendo en su lugar mientras la mujer intentaba desesperadamente quitársela de encima— ¡Corta su yugular! ¡Hazlo Aria!
Lo que más quería era hacerlo, pero iba en contra del código del alfa.
"Un alfa no mata si el enemigo está en obvia desventaja, atrapado por otro"
—El código— la miró a los ojos.
—No me vengas con eso ahora— Mila siseó, Sofía comenzó a dar vueltas gruñendo— termina con ella ¡Hazlo por Connor! ¡Ella es responsable!
Aria se acercó, con sus garras listas, saltó para superar la diferencia de altura, justo en el momento en que Mila forzaba a Sofía a inclinar su cabeza. Lo sintió como si fuera en cámara lenta. El movimiento fue simple, limpio, un profundo desgarramiento que dividió su garganta en dos.
El resuello ahogado del alfa leopardo fue todo lo que escuchó cuando cayó al suelo, aún con Mila encima.
Ésta la soltó y se incorporó, sacudiendo sus manos.
—¡Sofía ha muerto!— se oyó un grito.
Todo el valle se detuvo, pocos leopardos estaban en pie, algunos cayeron de rodillas al ver a su alfa caído.
No tenían necesidad de seguir peleando, o al menos, estaban presos de la conmoción que provocaba perder a su líder.
Aria miró a Mila, aquella mujer, de personalidad rebelde, insolente y audaz, la miró a los ojos.
—¿Regresaste?
Ella volteó la mirada, hacia una mujer de cabello negro y piel morena, Chloe, su pareja, estaba ayudando a Lilian a ponerse de pie.
—No— dijo al volver su atención a ella— volví por unas cosas a mi cabaña, pasé por la tuya y por la de Connor, su transmisor se quedó adentro y pude oír el llamado de ayuda de Shelly.
Desilusión y tristeza aparecieron en su pecho, para ella Mila era una Ice Dagger, le angustiaba mucho saber que ella ya no quería serlo.
Pero Aria sabía que no podía forzarla a quedarse, ni exigir su lealtad.
—Gracias Mila, has salvado mi vida, has salvado al clan.
Una sonrisa se dibujó brevemente en su rostro antes de desvanecerse. La tenue luz del sol naciente iluminó su rostro.
—No llegué a tiempo— murmuró y luego caminó alejándose.
Aria la siguió con la mirada hasta verla detenerse al lado de Liam, al lado de Connor.
"No hay mayor honor para un alfa que saber, que uno de sus protegidos se ha ido defendiendo su hogar, su familia y su vida"
Se acercó a donde yacía, quieto y tranquilo, el olor a sangre se filtró en su nariz, lágrimas amenazaron con salir de sus ojos. Se arrodilló, acarició sus rizos oscuros, su piel fría, no pudo más. Dejó salir su llanto, suave y silencioso, que se coló en su voz cuando dijo:
—Honraremos tu valor y fuerza— colocó su mano en su pecho— nunca te olvidaremos.
Al decir eso, inspiró el aire que le faltaba desde el momento en que vio a esos lobos huir con Jasper y Lauren. Elevó la mirada hacia Liam, sus ojos verdes se hallaban enrojecidos por lo que supo, era un profundo llanto.
—¿Dónde están?— le preguntó al recuperar la fuerza para hablar.
—Están a salvo con los lobos.
—¡¿A salvo?!
—Sofía había hecho un trato con ellos, a cambio de su ayuda ella les daría información del paradero de los niños desaparecidos. Fueron engañados. Y les dije la verdad, ellos prometieron quedarse en su lugar solo con la promesa de poder vengar la muerte de Thomas.
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Editado: 23.09.2018