La redención de un alma #2 (2025)

CAPÍTULO 4

—Jaime, ya te he dicho que no me gusta que hagas estas cosas y menos en público. Somos amigos ¡Recuérdalo!—a veces los arrebatos del chico la incomodaban muchísimo.

—Pues la otra noche, no te escuché quejarte ni una sola vez.

—La otra noche, era la otra noche, y hoy es hoy. Son contextos muy…diferentes.

—No puedes pretender que tú y yo nos acostemos y que después tenga que actuar como si no fuéramos nada Álex.

—Es que no somos nada, Jaime. No sé cuántas veces te lo tengo que decir. Yo siempre he sido muy sincera contigo, y si ese es el problema, no te preocupes, no volveremos a hacerlo—Lola corrió por la banda hizo un par de regates y metió otro gol—¡Vamos Lola! ¡Esa es mi niña!—le aplaudió.

—Álex yo te quiero, disfruto mucho contigo y diría que tú tampoco te lo pasas mal conmigo… ¿Por qué no podemos tan sólo intentarlo?—le pidió tomándola de la mano.

—Tú sabes cómo es mi vida, no tengo tiempo para estar en una relación y tampoco es lo que quiero.

—Ya lo sé, pero me gustaría mucho que fuéramos pareja en todos los sentidos, no sólo en la cama muy de vez en cuando.

—Puedes buscar eso en otra persona Jaime, alguien que sí te corresponda y te haga feliz—se lo decía de corazón, lo apreciaba mucho.

—Pero no serías tú…—se lamentó.

—Sería alguien mucho mejor que yo—afirmó—Y ahora disfrutemos del partidazo que se está marcando Lola. Verás tú que alegría se va a llevar su padre cuando sepa que es la mejor de su equipo.

El partido terminó 1-4 a favor del conjunto visitante, pero el resultado era lo de menos, lo verdaderamente importante era que todos se divirtieran haciendo deporte y conociendo a niños de su edad. Posteriormente, Jaime se despidió de ellas alegando que tenía cosas que hacer, cuando lo único que quería era estar solo después del enésimo rechazo de Álex.

Jaime y ella comenzaron una amistad cuando regresó a Coria. Una amistad empujada sutilmente por Juanmi, el primo del joven. Era consciente de que a él le gustaba Álex y no dudó en ayudarlo.

Cuando el mundo de la muchacha se hizo trizas, Jaime no dudó y aprovechó la ocasión para estar con ella, con un poco de suerte se daría cuenta de que lo necesitaba y terminaría enamorada de él, pero las cosas no salieron como esperaba.

Aunque era cierto que a veces habían tenido sexo, esto sólo ocurría cuando la soledad la embriagaba haciendo que fuera insoportable o simplemente para dejar de pensar en todo lo que le hacía daño, buscando algo de afecto.

Casi siempre que se daban estas circunstancias, terminaba en la cama de Jaime. Al día siguiente le pedía perdón avergonzada y arrepentida, pero llevaba años cayendo en el mismo error una y otra vez.

Ya en su casa, Álex fue a bañar a la pequeña antes de llevársela a sus padres. Le llenó la bañera con agua caliente y la dejaba un rato que jugara y disfrutara bajo su supervisión.

—Oye tita ¿Te puedo preguntar una cosa?

—Sabes que sí—siempre que Lola le quería hacer una pregunta, se temía lo peor.

—¿Tú me quieres?

—Pues claro que te quiero y mucho. Que no se te olvide nunca.

—¿Y a Miki?

—También.

—¿Y a Manu?

—A todos Lola, os quiero muchísimo a los tres.

—Ya, pero ¿A quién quieres más? ¿A Manu, a Miki o a mí?—la pequeña esperaba una respuesta mientras la atravesaba con sus ojitos oscuros.

—Para mí, los tres sois iguales, no quiero a uno más que a otro—no sabía de dónde sacaba esas preguntas.

—Yo pensaba que me querías más a mí…—añadió un poco triste.

—¡Ay, mi Lola! Yo te adoro, corazón ¿Es que no lo sabes?—acarició su pelo mojado.

—¡Pero yo llegué antes! ¡A mí me tienes que querer más!

—Lola, escúchame… Precisamente por eso, tú llegaste la primera y has sido la que más amor se ha llevado por parte de todos nosotros. Ellos dos vinieron después y también merecen lo mismo que tú tienes ¿O qué hacemos? ¿Les decimos que no los queremos? Pobrecitos… ¿A ti te hubiera gustado que te hubiéramos dicho eso?

—No…—hizo un puchero.

—¿Entiendes entonces que tenemos amor de sobra para todos? ¿Y que sois igual de importantes?—no sabía ya ni lo que estaba diciendo, pero parecía que funcionaba.

—Bueno…sí—la pequeña se resignó.

—Terminemos de bañarte que tengo que llevarte a tu casa antes de mediodía—cuando tuvo lista a la niña, salieron de casa y fueron dando un paseo hasta la de Noe y Juanmi.

—¡Ya estáis aquí! ¡Qué bien!—la muchacha abrazó a su hija al recibirla—¿Cómo ha ido el partido?

—Ganamos 1-4 mami ¡Y yo metí dos goles!—le contó Lola.

—Si es que mi niña es una campeona—la besó en la mejilla—¿Y te lo has pasado bien?

—Sí mami, muy bien. Ojalá podáis venir a verme al siguiente…

—Ya veremos tesoro... Ve a saludar a papá y se lo cuentas también—Lola fue en busca de su padre mientras las dos amigas se quedaron solas—¿Cómo se ha portado hoy?



#2169 en Novela romántica
#78 en Joven Adulto

En el texto hay: redención, drama, amor

Editado: 21.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.