CAPÍTULO 12

—¿Está libre este sitio?

—Sí, de hecho, casi toda la fila lo está—no sabía qué hacía allí, así que Álex siguió dándole vueltas a los hielos de su vaso.

—Los vas a marear con tanta vuelta…—había ido muy decidido para hablar con ella y ahora no sabía cómo sacarle conversación—¿Me parece o estás enojada con alguien? Aparte de mí, por supuesto.

—Algo de eso hay…—dejó el vaso sobre la mesa y se frotó las manos.

—¿Qué pasó? ¿Por qué pelearon?—la muchacha seguía cabizbaja y René estaba deseando que lo mirara para ver de nuevo ese brillo distinto en sus ojos que ahora sabía que llevaba su nombre.

—Por mi culpa…como siempre—suspiró y echó la cabeza hacia atrás.

—¿Creés que podés arreglarlo?—sólo podía mirar sus labios de perfil, se moría de ganas por conocer su sabor.

—Bea está enfadada conmigo, y yo lo estoy con ella y con Noe—confesó al fin.

—No puede ser tan grave, ustedes tres se quieren mucho… No pueden distanciarse por una estúpida discusión.

—Ya… Eso es verdad.

—¿Por qué no buscás a Bea y hablás con ella? Después podés hacer lo mismo con Noe—sugirió—Álex, es un día importante para Toni y para Bea, no sería justo que quedara en un recuerdo amargo por un malentendido entre ustedes.

—Creo que tienes razón…—al fin volvió la cabeza y lo miró a los ojos.

—Yo siempre la tengo—le dedicó una de sus sonrisas haciendo que su corazón latiera desbocado.

—¡Sigues siendo un creído!—Álex se levantó—¡Ni siquiera sé por qué sigo hablando contigo!—se alejó de él para ir en busca de su amiga.

—Creído y todo, pero ahora sé que te morís por mí, flaca—murmuró pasa sí mismo.

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La muchacha se quedó a unos metros de su amiga, Bea la vio y se acercó a ella.

—¿Pasa algo Álex?

—Sí, quiero pedirte perdón… Yo nunca te he ocultado nada, te lo juro—sentía como temblaba su menudo cuerpo por los nervios—Esa conversación no significó nada, aunque Noe crea que sí. Lamento mucho que te sientas mal por mi culpa.

—Da igual Álex, eso ya se me pasará… En cuanto a lo otro…

—No hay ningún lo otro ¿Vale? Olvídalo por favor—en eso Álex no pensaba ceder.

—Sí Álex, sí que lo hay. Y no porque esta noche Noe lo confirmara. Yo llevo sospechándolo mucho tiempo y por lo poco que he visto hoy, se nota que te gusta René ¡No has dejado de mirarlo de reojo! Y cuando os chocasteis antes en el restaurante, te pusiste roja como un tomate y saliste fuera. Incluso ahora, él se ha sentado contigo un momento y tú te has ido ¿Por qué huyes de él si no es por eso?

—Ya no me agrada su compañía.

—¡Serás mentirosa!—Bea se echó a reír—Por supuesto que no sólo te agrada, huyes de él porque es el que ha plantado la semillita en tu corazoncito muerto y esas semillas al fin germinaron… No tiene nada de malo, cariño—le acarició la mejilla—René es un gran hombre, sólo tienes que darle una oportunidad…

—Que no Bea, que a mí ni me gusta, ni siento nada por nadie ¿Entendido? Yo ya he aclarado lo que tenía que aclarar contigo, sigue disfrutando de la fiesta y no vuelvas a sacar este absurdo tema.

Después de hablar con su amiga, buscó a Noe, con ella todo fue más sencillo y terminaron dándose un abrazo al que también se sumó Juanmi.

Un poco más tarde, las tres amigas se fueron a bailar y con el paso del tiempo, el resto de féminas se les unieron. Álex se dio cuenta que Jésica, una de las primas de Bea, le había echado el ojo a René. Aunque en el fondo le gustaría arrancarle todos y cada uno de sus pelos rubios oxigenados, tuvo una idea.

—¿Te gusta ese chico?—se atrevió a preguntarle.

—¿Cuál? ¿El bombón alto, moreno y con barbita?—Álex asintió—La verdad es que es bastante guapo… ¿Lo conoces?

—Un poco…—fingió sonreír—¿Quieres que te lo presente?

—¿Harías eso por mí?—la joven dio un saltito por la emoción.

—Por supuesto, ven—la agarró de la mano y fueron hacia donde estaba él—René, te presento a Jésica—el muchacho se quedó algo sorprendido al ver como Álex le estaba presentado a una chica.

—Mucho gusto—la saludó sin quitarle ojo a Álex.

—Encantada René—los ojos de Jésica brillaban por haber conseguido conocer a alguien como él—¿De qué os conocéis vosotros?

—Estuvimos casados hace años, pero no salió bien—le explicó ella.

—¿Y tenéis tan buen rollo como para presentarle otras mujeres a tu ex marido?

—Claro, nosotros somos muy civilizados ¿A qué sí, René?—él era incapaz de hablar—Bueno, yo os dejo que os conozcáis mejor… Trátala bien, es prima de Bea—y tal como había llegado, se fue en busca del resto de las chicas a seguir disfrutando de la noche.

Más tarde Juanmi fue a buscarla para bailar con ella, la veía más animada, pero eso era debido al alcohol que invadía su organismo. Cuando ambos se cansaron, volvieron al reservado junto a los demás, y Álex fue hasta la barra a pedir algo para beber, allí se encontró con Jésica, sola.