La redención de un alma #2 (2025)

CAPÍTULO 14

Al día siguiente, Álex y los chicos esperaban pacientemente a que Toni apareciera.

—Disculpad el retraso—el extremeño venía prácticamente corriendo—Bea llegó un poco tarde y no podía dejar al niño solo.

—Es comprensible—respondió su amiga—¿De verdad que no te meterás en problemas por nuestras entradas?

—Por supuesto que no. Venid, es por aquí—les indicó.

Toni los llevó por otro acceso en donde había muchísima menos gente, allí pasaron por el control de seguridad y le pusieron una pulsera identificativa para hacerles saber a los trabajadores por que zonas podían moverse.

—Esto es una pasada…—David lo observaba todo boquiabierto.

—Vuestros asientos son esos—les señaló Toni—Podéis salir y entrar cuando queráis y el catering y la bebida es ilimitada. Disfrutad del partido y si necesitáis cualquier cosa avisadme, probablemente estaré por ahí abajo, si me dejan.

—Gracias por todo, a los niños les ha hecho mucha ilusión.

—¿Niños? ¿Qué niños?—el muchacho se echó a reír—Te sacan más de dos cabezas Álex, creo que hace mucho que dejaron de serlo.

—Por fin alguien que piensa como nosotros—añadió Pipe. Álex resopló molesta haciéndolos reír a los tres.

—¡Qué despiste, casi lo olvido!—fue tras el mostrador y les dio tres bolsas—Regalito especial para los VIPS.

—¿Qué es?—David abrió su bolsa y sacó la camiseta oficial del equipo—¡Hala! ¿Es para nosotros de verdad?

—Claro que sí, podéis ponérosla si queréis—los animó Toni.

—¿Por qué la que me ha tocado a mí es diferente?—quiso saber Álex mientras abría la camiseta que era de portero y llevaba el dorsal de René.

—No sé… Habrás tenido suerte…—Toni sonrió haciéndose el loco—¿No te la vas a poner?

—¿Pero tú has visto el tamaño de esta camiseta?—la desplegó y la comparó con ella—Yo con esto podría hacerme un saco de dormir.

—Es que de portero no hay talla para elegir, son todas del tamaño de René y digamos que no es un hombre pequeño precisamente…

—Ya… Está bien, me la pondré—se quitó la chaqueta que llevaba y se la puso. Le estaba bastante larga, así que optó por metérsela por dentro del pantalón—¿Contento?

—Te queda bien Álex—si su amigo la viera con su camiseta, se derretiría un poco más por ella.

—¿Te importa hacernos una foto antes de irte?—le pidió Pipe—No tenemos ninguna foto los tres juntos.

—Claro, a ver… ¡Sonreíd!—Toni hizo varias fotos—¿Me puedes enviar una?—le susurró al chico—Es para una cosa.

—Por supuesto—Pipe se la mandó en cuestión de segundos—Ahí tienes.

—Muchas gracias. Yo tengo que irme, nos vemos después.

Mientras bajaba, a Toni se le ocurrió una maldad. Tomó el camino que llevaba directamente al vestuario, ese que tanto echaba de menos. Al llegar, saludó a todos los jugadores y fue a buscar a su amigo.

—¿Qué hacés por acá? ¿Te ganó la nostalgia otra vez?

—Eso siempre… Pero no he venido a eso—su rostro risueño lo delataba.

—¿Qué hiciste Toni? ¿O qué tenés intención de hacer?

—Digamos que te traigo motivación extra…—sonrió abiertamente mientras sacaba el móvil del bolsillo.

—¿Motivación extra?—lo miraba sin entender nada hasta que Toni le mostró la foto que había hecho hacía unos minutos—Álex… ¿Está acá?

—Pues sí… Pero fíjate bien en la foto—le hizo zoom a la imagen.

—Esa es… ¿Mi remera? ¿Lleva puesta mi remera?—René estaba alucinando.

—De nada por la asistencia capitán, ya me lo agradecerás…—ver tan feliz a su mejor amigo le hizo sonreír.

—Pero… ¿Qué hacen acá?—sus ojos brillaban con luz propia.

—Ayer me los encontré en una heladería de aquí, era el cumpleaños de Pipe y se me ocurrió regalarle unas entradas. Están en el VIP—le explicó.

—Lo de los chicos lo entiendo, pero ¿Álex? No le gusta el fútbol.

—Creo que ya se está empezando a familiarizar… A lo mejor si tú haces un buen trabajo dentro y fuera del campo, puedes hacer que le guste.

—Toni, creo que te amo…—abrazó al exfutbolista con efusividad—Gracias por esto, ha sido una linda sorpresa. Y lo de la remera, es algo que yo podía haber hecho y jamás se me ocurrió. Pero igual es un detallazo—volvió a mirar la foto—Se ve hermosa con ella.

—Dirías lo mismo aunque llevara harapos René—bromeó—Me ha costado Dios y ayuda poder conseguirle tu camiseta ¡Le queda enorme! Según Álex, podría hacerse un saco de dormir con ella.

—Ojalá lo hiciera… Así me recordaría cada noche… ¡Me muero por ver cómo le queda en persona!—sintió como el calor recorría su cuerpo sólo de pensarlo.

—¡Oh, el amor!—ambos se rieron—Te dejo que te concentres, nos vemos luego.

—Gracias Toni, sos el mejor.

Durante la espera en el vestuario, René no podía disimular lo contento que estaba. Que Álex estuviera allí tenía que significar algo, la conocía bien, si no hubiera querido ir esa noche, no lo hubiera hecho. Tenía que hablar con ella, aunque sólo fuera un minuto, el tema era lo de menos, necesitaba verla.



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En el texto hay: redención, drama, amor

Editado: 21.09.2025

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