Durante días, René intentó verla, pero nunca estaba en casa, o es lo que el guardameta creía, porque en realidad sí que estaba, pero Álex no quería verlo… Cuando intentó llamarla o escribirle, se dio cuenta que lo tenía bloqueado, eso hizo que se desesperara más.
Había llegado a la feria, uno de los acontecimientos más esperados en Sevilla junto a su Semana Santa. En otro tiempo, René hubiera ido sin pensarlo, siempre terminaba conociendo gente interesante, porque solían visitarla muchas personas de fuera de la ciudad.
En cambio, ahora no le apetecía nada, su cabeza estaba ocupada por dos cosas, en Álex y en que faltaban pocos días para retirarse, y aunque era algo que tenía que hacer, le dolía en el alma.
Toni le estuvo insistiendo días para que fuera a la comida que el club ofrecía en la feria. Sabía que no estaba en su mejor momento personal y quería animarlo, y René, con tal de no tenerlo tras él calentándole la cabeza, terminó aceptando.
Cuando llegaron allí, hacía un calor de mil demonios, típico de la primavera hispalense. Como se trataba de un evento oficial del equipo, todos debían ir debidamente ataviados con el traje oficial del club, el cual era asfixiante. Después del discurso del presidente y de algún que otro directivo más, por fin pudieron disfrutar de unas buenas cervezas para paliar un poco el calor que hacía.
Un rato más tarde, René se puso en pie y pidió un poco de silencio, tenía algo que decir.
—Bueno, ya saben que otra cosa no, pero hablar me encanta y más cuando estamos acá pasándola tan bien. Me gustaría compartir algo con ustedes que hace tiempo decidí, y afortunadamente, voy a poderlo realizar.
—¿De qué estás hablando?—Toni no tenía ni idea de nada.
—Aún recuerdo cuando llegué acá, era un nene loco que disfrutaba un montón atajando bajo el arco. Dejé atrás mi país, Argentina y a mi familia, de la cual nunca me había alejado en la vida, por cumplir un sueño. Como se suele decir, crucé el charco para probar suerte en España y la diosa fortuna hizo que llegara a esta hermosa ciudad y al club más grande de toda Andalucía—todos aplaudieron sus palabras y lo vitorearon—Acá encontré mi sitio, mi hogar y mi familia, tanto en lo profesional como en lo personal, y estaré eternamente agradecido con las personas que le dieron la oportunidad a un pibito que estaba lleno de miedos e ilusiones a partes iguales, haciéndolo un hombre seguro de sí mismo y un arquero medio decente—sus compañeros se reían, pero Toni permanecía serio, sospechaba lo que René estaba a punto de anunciar—Durante años, esta ha sido mi casa o al menos así la considero, y soy un sevillano más, aunque sea de adopción, orgulloso de su equipo. Me fui un tiempo como ya saben, pero como dicen por ahí, uno siempre regresa a donde fue feliz, y eso hice. En cuanto me salió la oportunidad, volví sin importarme nada más. Pero mi regreso esta vez, sí tenía fecha de caducidad…
—¿Qué quieres decir, de Luca?—preguntó su entrenador.
—Quiero decir que, en el momento que finalice la temporada, me retiro de los terrenos de juego como profesional—no pensaba que se le iba a hacer un nudo en la garganta al decirlo públicamente. Un gran ¡Oh! generalizado irrumpió en aquel lugar haciendo que ninguno de los presentes dijera nada. Jamás habrían esperado que René se retirara tan joven—Les doy las gracias a ustedes, tanto los que están acá, como a los que ya no, y a todas y cada una de las personas que me bancaron a lo largo de mi carrera en este gran club… Y ya no tengo nada más para decir, sólo gracias por todo…
Todos se levantaron y lo estuvieron aplaudiendo. Después, uno a uno, pasaron a hablar con él, salvo Toni, que aún no se había pronunciado.
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Rozando ya el anochecer, salieron al exterior, la temperatura ya se había tornado lo suficientemente agradable como para poder estar fuera. Álex pensó que era un buen momento para volver a casa. Algunas de sus compañeras de trabajo la habían convencido para ir un rato a la feria, pero sabía que no duraría mucho, la gente y el calor la agobiaban bastante.
Estaba tomando el aire con un rebujito en la mano cuando los vio. Eran René y Toni, y parecían estar discutiendo. «Debe ser algo grave para que Toni le esté reclamando» Evidentemente no podía escuchar lo que decían, pero por los aspavientos del marido de su amiga, no tenía ninguna duda.
No sabía bien si debía intervenir, llevaba días huyendo de René y si ahora aparecía allí, él no la dejaría ir. Se bebió el rebujito de un trago para tomar valor y fue directamente en busca de ellos.
—¿Se puede saber qué os pasa?
—Mirá vos, si es la mismísima Houdini en persona—su tono burlón le hizo saber a Álex que no estaba de muy buen humor—¿Qué hacés tan lejos de tu fortaleza?
—Eso ahora no importa… ¿Por qué estáis discutiendo?—quiso saber.
—Este…cabrón acaba de anunciar delante de todos que se retira y yo no tenía ni idea Álex. ¿Te lo puedes creer? Nunca me cuenta nada, ni cuando se fue de aquí, ni esto… Y eso que se llena la boca diciendo que soy su mejor amigo—René miró a Álex y ella a él, para después mirar a Toni y el muchacho entendió todo—Tú ya lo sabías ¿A que sí?—la joven no sabía dónde meterse—Por supuesto que sí, eres la persona más importante de su vida…
—Sí, yo le conté. Toni, no es para tanto, no me armes el mismo drama de la vez pasada. No me voy a ir a ningún lado, acá me voy a quedar, con ustedes.