La redención de un alma #2 (2025)

CAPÍTULO 34

—¡Feliz cumpleaños Álex!—todos sus amigos la instaron a soplar las velas de su vigésimo noveno aniversario de nacimiento.

Era lo último que le apetecía después de la noche de llanto y tortura que había pasado. No podía dejar de pensar en René, en todo lo ocurrido el día anterior, en la forma en que la miró cuando le pidió una oportunidad que ella le negó rompiéndole el corazón a él, y condenándose a sí misma.

Había escuchado su canción favorita varias veces a lo largo de la madrugada y podía comprender por qué le gustaba tanto. Era un tema que pegaba mucho con su personalidad, canalla, sincero y romántico, así como René siempre se había mostrado con ella.

—¡Tita, la tarta!—fue Lola la que llamó su atención para traerla de vuelta.

—Perdón, estaba pensando en otra cosa…—sopló sin ganas, con un nudo en la garganta que casi le impedía hablar—Voy a por platos, ahora vengo.

Álex se refugió en su cocina para lavarse la cara y tratar de que no se le notara lo distraída que estaba. Escuchó que alguien se acercaba, y se puso a buscar los platos.

—Álex… ¿Qué pasa?—Bea apoyó una mano en el hombro de su amiga.

—Nada… Ya sabes que a mí las fechas señaladas me ponen un poco tonta…

—No trates de engañarme, algo te pasa…—la rubia la analizó de arriba abajo en busca de alguna pista que pudiera ayudarla—¿Dónde te metiste ayer? Te llamé varias veces y no me respondiste ni una.

—Salí del turno de noche y estuve todo el día durmiendo—se excusó.

—Pues, para haber pasado todo el día durmiendo, tienes cara de no haber pegado ojo.

—¿Vas a seguir interrogándome o podemos volver ya con los demás?—gruñó sin querer—Lo siento, perdóname Bea, es que no estoy a lo que tengo que estar… ¿Me perdonas?

—No importa…—se alejó de ella—Volvamos con el resto—las dos amigas salieron juntas, pero Bea supo que estaba pasando algo muy malo con Álex, y estaba muy segura que tenía algo que ver con René.

Álex repartió la tarta entre sus invitados, los amigos de siempre con sus hijos junto a sus sobrinos, su familia.

—¿Va a venir René, tita?—Lola preguntó desde su más tierna inocencia sin saber el daño que le estaba haciendo.

—No corazón, no podía venir—respondió lo más cercano a la realidad que pudo.

—Jo… Con las ganas que tenía de verlo… Pero bueno, seguro que viene pronto.

—Claro… Toma tu pedazo de tarta, ve con cuidado—no quería mentirle a la niña, pero en ese momento no estaba para dar explicaciones.

Después de un rato de charla y risas para casi todos, Juanmi tomó la palabra.

—Bueno, yo tengo algo para la cumpleañera de parte de todos nosotros, pero para poder averiguar de qué se trata, hay que salir fuera.

—Juanmi… ¿Qué has hecho?—lo miró fijamente hasta hacerlo reír.

—¿Yo? Nada malo, pelirroja… ¿No quieres saber lo que es?

—Sea lo que sea, te agradezco a ti y a todos por estar siempre conmigo, aguantándome, apoyándome, en lo bueno y en lo malo. Sé que no lo digo nunca… ¡Ya sabéis como soy! Pero os quiero mucho, sois la familia que la vida me ha dado, y me siento muy afortunada por teneros…—un ¡Oh! generalizado invadió aquel salón, no estaban acostumbrados a que Álex expresara sus sentimientos públicamente—Ahora sí, quiero saber qué es lo que tramas amigo mío.

Todos salieron siguiendo a Juanmi calle abajo sin entender nada, hasta que se detuvieron por orden suya.

—Antes de verlo, tienes que cerrar los ojos pelirroja.

—¿Por qué?

—Porque así son las sorpresas, si no ¿Qué gracia tiene?—aquellas palabras de Juanmi le recordó a las de René el día anterior.

—Vale, está bien—Álex cerró los ojos y se dejó guiar unos metros más.

—¿Preparada?—ella asintió impaciente—Una…dos…y…tres. Espero que te guste.

Cuando abrió los ojos, se encontró con su coche tal y como lo recordaba antes del accidente, parecía como si no le hubiera ocurrido nada, porque, según lo que le habían dicho, el coche había quedado destrozado.

—Pero… ¿Y esto?—se echó las manos a la cabeza, no se lo podía creer.

—No sabíamos qué regalarte, así que a todos nos pareció buena idea intentar arreglarte el coche, sabemos que te hace mucha falta—explicó Pipe.

—¿Puedes definir…todos?—esa pregunta iba para Juanmi, y él supo a lo que se refería.

—A todos los que estamos aquí, nadie más—Álex se tranquilizó al saber que esta vez, René no tenía nada que ver.

—Todos aportamos nuestro granito de arena, en mayor o menor medida—le hizo saber Toni.

—Gracias…a todos, os habéis pasado un montón, no teníais por qué…—sonrió, pero su sonrisa nunca llegó hasta sus ojos—De verdad que no os merezco…

Todos fueron a abrazarla y Álex lo agradecía muchísimo, en un momento como el que estaba atravesando, lo necesitaba más que nunca.

Volvieron a casa y siguieron con la sobremesa nocturna, todos hablaban entre ellos, pero Álex no participaba en ninguna conversación. Sólo se limitaba a observar a las personas que estaban a su alrededor.



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En el texto hay: redención, drama, amor

Editado: 21.09.2025

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