3 meses después
El tiempo se fue volando, no se dieron cuenta en que momento pero así había sido. La puerta de la habitación de Anastasia fue abierta para dejar pasar a las sirvientas las cuales llevaban diversos artículos para el aseo de su reina. Una joven se acercó a la ventana para abrir las cortinas dejando entrar los rayos del sol para después acercarse a la cama donde aún dormía Anastasia
—Su majestad, es hora de despertar —susurro aquella joven —. Su majestad
Ella solo la vio moverse antes de verla incorporarse
—Buenos días, su majestad
—Buenos días —abrió las cortinas de la cama —, ¿Donde esta el rey?
—El rey hace rato que bajo al comedor, la estaba esperando pero tenía algunos asuntos que atender
Se cubrió con la bata que su doncella le ofrecía para cubrir su cuerpo
—Su majestad ¿tomará sus alimentos aquí o en el comedor?
—Los tomaré en mis aposentos, no tengo ánimos de salir —se sentó enfrente de la mesa —. ¿Hay algo importante para hoy?
—Solo tiene una audiencia con el ministro de estado —le dijo su doncella mientras ponían la mesa con diferentes platillos —. Me ha comunicado que tiene que tratar un tema importante con usted en privado
—Bien, lo veré después del desayuno
Ella empezó a degustar aquella fruta que jamás había comido por su amago sabor cuando la puerta fue tocada. Su doncella fue a ver de quien se trataba haciendo una referencia cuando pudieron visualizar al rey
—Hola mi reina
—Hola mi rey —sonrió señalando los platillos —, ¿Desayunas conmigo?
—Lo siento mi reina, pero tengo que salir por un asunto importante. Pero quería verte antes de irme
—Lo siento mucho mu rey —miro a las criadas a su alrededor —. Pueden retirarse
Todas ellas hicieron una reverencia antes de salir, cuando estuvieron solos ella se levantó de la silla para acercarse a él
—Andas misteriosa hoy —le rodio la cintura mientras ella enredado sus brazos a su cuello y lo beso —. ¿Algo que quieras contarme?
—Si —sonrió —. Pero tranquilo no es nada malo o al menos no para nosotros
—¿Que es lo que tienes que contarme?
Ella se alejo de él para ir a la mesa y tomar el cuenco se piña y extenderlo hacia el
—¿Piña? Si a ti no te gusta la piña siempre has dicho que es muy amarga
Tomo un pedazo llevando a su boca con una sonrisa al mismo tiempo que ella hacia lo mismo
—Si, tienes razón nunca me ha gustado la piña, pero ahora no puedo dejar de comerla
—¿Entonces? —alzo una ceja y ella sonrió acercándose a él para susurrarle a oído
—Estoy embarazada
Ella se alejo para verlo. Sandro se había quedado mudo ante esa confección y a ella le preocupo
—Sandro ¿Estas bien?
—Has dicho que estas... embarazada
—Si, ¿No te gusta la noticia?
—Por su puesto que si —sonrió y la abrazo —. Pero ahora tengo mas miedo que antes
—¿Miedo? —alzo su cabeza para verlo si separarse de él
—Tengo algo que mostrarte ven conmigo
La tomo de la mano para pasar por la puerta que conectaba a su recamara, al estar adentro bajo el cuadro que se mantenía encima de una cómoda y abrió la caja fuerte sacando de hay aquel sobre para entenderlo hacia ella
—¿Que es esto? —le pregunto
—Las últimas cartas de Cleo
Anastasia rápidamente saco aquellas cartas leyendo aquellas cartas y soltando una lágrimas al descubrir lo decía la primera carta
—Estaba embarazada —sollozo alzando la mirada hacia él, pero solo lo vio asentir —. ¿Por qué? ¿Por qué no dijo nada?
—No lo se, jamás me dijo. Después de que decidió ser reina los dos nos separamos sin decirnos nada más. Pero si ella me lo hubiera dicho hubiera hecho hasta lo imposible por ellos
—Mi hermana, mi sobrino —sollozo —, murieron por mi culpa
—No, Anastasia. Tu no tienes la culpa de esto —la abrazo —, tu menos que nadie tiene la culpa. El único culpable es la persona que Cleo señalando en esta carta
—Pero quien puede ser —miro la carta —, por lo que escribió debe de ser alguien que estaba cerca de ella
—He leído muchas veces esa carta pero no puedo descifrar a quien se refiere
—Antes de que muriera Cleo, me mando una carta donde me citaba para decirme algo importante y que no podía esperar por que muchas vidas estaban en riesgo —alzo la carta —, nunca me imagine que una de esas vidas seria la suya
—Comprendes el riesgo en el que estas ahora —se acercó a ella para posar sus manos en su hombro —, no quiero que te pase nada tampoco a nuestro hijo
—Protegeré a nuestro hijo como he protegido todo este tiempo a Nicolas —le aseguró —. Aun que mi vida dependa de ello
—Y te prometo que también yo los protegeré sin importa nada —beso su cabeza para abrazarla —. Cuidare de ustedes
Ella se abrazo a él con ímpetu demostrando así la necesidad de sentirse protegido por él. ¿Podría darse lujo? No más bien la pregunta era ¿Se merecía eso? El dejar a alguien más cuidar de ella que la protegiera cargando con una parte de su responsabilidad. ¿En verdad merecía eso de él? Algo dentro de ella se negaba a hacer, ya ella sabía lo que había pasado por ser egoísta y solo pensar en ella. Pero por otro lado necesitaba alguien en quien pudiera acompañarla con aquella carga que nunca pido tener. Si, volvería a ser egoísta y dejaría que alguien más le ayudara con su carga
—Tengo que irme —se separo Sandro —, pero vendré lo antes posible
—Ten cuidado, por favor no quiero que te pase nada —sintió el beso casto en sus labios
—Vendré lo antes posible —le volvió a repetir mientras ponían todo en su lugar para luego voltear a verla —. Te quiero
—Yo también
Lo vio salir de aquella habitación y un nudo se le formó en la garganta con las lágrimas que amenazaban por salir
—Todo estará bien —se susurro a si misma —, es momento. Ahora más que nunca necesitarás la ayuda de él. Estas haciendo lo correcto
Se aseguró con la mano en su vientre mientras miraba por la ventana el exterior