16 de Enero de 1576
Adorada hija, princesa Padme.
No os mentiré, mi estado de salud es crítico y creo que Dios, nuestro señor, pedirá mi presencia en su santa gloria.
Estoy contento y encantado por tu misiva. Os juro que la guardare junto a mi corazón por siempre.
Venid a la corte, Venid a verme que os lo permito y ordeno, pero no lleguéis sola, temo que se encuentre con algún bandido en el camino.
Os espero con ansias, adorada hija. Venid rápido junto a mí para que pueda conoceros en persona y poder partir de este mundo terrenal en paz.
Para mi adorada hija, la princesa Padme.
De tu padre y rey, Edmundo.