14 de Febrero de 1576
La joven princesa se presentó en el salón de la corte, con vestido azul, muy modesto para su rango, guardó silencio cuando observó a Lord Enrique leer el pergamino, mientras que Carmen y su marido tenían tatuada una sonrisa que significaba nada bueno.
Hoy, 12 de Febrero de 1576, yo, su rey por elección de Dios, en mis últimos momentos de vida decreto lo siguiente para que sea cumplido al pie de la letra, y todo aquel que cuestione, dude o niegue su obediencia será acusado de alta traición.
Hoy, en presencia de mi esposa, la reina Anabel; mis consejeros y mis dos hijas menores, Lucia e Isabel, decreto que cuando deje este mundo terrenal la que sucederá mi trono será mi segunda hija, la princesa Padme.
Sin más, os deseo larga y próspera vida a la futura reina Padme.