2 de Septiembre de 1576
Mi rey de kazcálas, mi rey Arturo.
Me honra escribirle que tales rumores sobre la reina de Sibelia, la reina Padme, son tan reales y verdaderos como vuestra amistad.
Perdonad mi osadía, pero la reina es digna de todas atenciones. Confirmo que su cabello es rojizo como el fuego que no se apaga fácilmente y sus ojos son violetas, dándole un toque místico al rostro a tan delicada joya de castillo. Su pueblo la adora como no te imagináis, aunque como en todo reino, existen altibajos, algunos dicen que la peculiar belleza de la fina dama se debe a un pacto con el mismo satanás, alegan que es bruja y la reina no niega ni fomenta los rumores, tampoco toma represarías con nadie.
Es una dama única.
Os recomiendo que visitéis Sibelia para conocer a la reina.
¡Larga vida a vos, larga vida a mi rey!
Tu fiel súbdito y amigo, Lord Cecil, embajador real de kazcálas.