22 de Septiembre de 1576
Hermosa y bondadosa reina Padme.
Ruego vuestro perdón si os he ofendido con mis palabras escritas, la intención no fue maliciosa y posiblemente se debía al vino mi poca claridad, mas no retracto los sentimientos que os profese a vos. Esos sentimientos son genuinos y juro por Dios nuestro señor que mis sentimientos son nobles y nunca cambiaran, desearía que vos me corresponda pero eso depende de vos.
Padme, os amo como nunca ha amado a nadie y con solo mirarla todos los días en la corte me basta para seguir respirando cada día, mi vida se ha vuelto de vos, si vos me pedís morir mañana, tenéis por seguro que yo mismo me quitaré la vida si así lo deseáis vos.
Tu fiel admirador. Un hombre que te ama.
Rey Arturo de Kazcálas