La Reina con mascara

Epilogo

—Y asi se creó el día de las rosas rojas.

—No tengo palabras, abuelo…

—Es bastante fuerte, seguro que después de esto, no te habré convencido de que te gusten las rosas rojas ¿verdad?

—Pues… no—la joven rio. —¿Pero cómo lo haces para tener esa imaginación?

—¿Quién te ha dicho que esta historia era de mi imaginación?—preguntó mientras se levantaba del sofá.

—Eres escritor, has escrito prácticamente casi todos los libros de esta biblioteca.

—Nunca dije que fueran específicamente de mi imaginación—dijo poniendo el libro en la estantería, junto con los demás.

—¿Estás diciendo que puede que esta historia haya sido real?

—Puede ser, eso depende de lo que creas tú.

—¿Me lo dices en serio? ¿Estás rosas pueden ser las rosas que envuelven a Dama?

—¡Hemos hecho galletas!—gritó un hombre en la planta de arriba.

—¡Y están muy ricas!—gritó una mujer.

—Hay galletas, vamos o nos quedaremos sin.

—¡No evites mi pregunta! ¡Abuelo!—La joven se sentía observada al mirar la maceta y antes de esperar a que algo pasara, se fue corriendo de la biblioteca, la cual estaba en el sotano.




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