La reina cuervo (libro 1)

Una reunión casual.

 

Elizabeth se encontraba muy emocionada por la cena con sus amigos, además de que Aris la acompañaría y eso le daba más confianza, mientras ella pensaba en pasar un tiempo tranquilo y divertido, Ansel ya se había decidido a cazarla, estaba comprometido a no perder más tiempo.

—¿Será mucho un vestido? ¿debería llevar algo más relajado? Ay, pero me gusta mucho este vestido…

Mientras Elizabeth se decidía por el vestuario adecuado, Aris ya se encontraba listo para pasar por ella.

—Mira nada más que chico tan arreglado, jeje, te vez muy bien hijo, toma este dinero extra, se un caballero y no dejes que tu chica pague nada. —le dijo Bady con una sonrisa.

—Ya te dije que no es eso, solo somos amigos.

—Todas las parejas comienzan siendo amigos, no te desanimes, solo es cinco años mayor que tu jaja.

—Ay papá… —Aris se sonrojó y su padre lo despidió con una palmada en la espalda.

—¡Animo muchacho! —exclamó Bady mientras sacudía la mano.

—Por Dios que vergüenza, espero que Elizabeth no haya visto nada. —se dijo Aris así mismo mientras se arreglaba el cabello.

Elizabeth por fin estaba lista y ya estaba esperando a Aris en la sala de estar, él tocó el timbre y Elizabeth dibujó una sonrisa en su rostro, ella usaba un vestido rojo casula y unas zapatillas

—¡Aris! Que puntual. —le dijo en forma de alago.

—Si, y eso que vivo algo lejos jejeje.

—Oye ¿crees que me veo muy exagerada?

—¡No! Para nada, siempre te vez bien jejeje. —exclamó Aris apenado.

—Gracias, tu también te vez bien, me gusta tu perfume, huele fresco. —le dijo Elizabeth con amabilidad.

—Te agradezco por haberme invitado, nos hará bien distraernos, hemos estado muy ocupados con los entrenamientos, solo espero caerle bien a tus amigos jeje.

—Por supuesto que sí, te van a mar.

¿Y quién no amaría a Aris? Después de todo era un gran chico, él y Elizabeth se dirigieron a su destino y una vez que estuvieron en el punto de reunión, Mikea y Carlos los saludaron.

—¡Elizabeth por aquí! —exclamó Mikea agitando las manos.

—¿Quién viene con ella? ¿es su hermano? —preguntó Carlos extrañado.

—Cállate, te va a escuchar.

Sam estaba de espaldas hablando con Ben y Andreu y en cuanto escuchó que ella había llegado se dio la vuelta y sonrió.

Llevaba puesto un pantalón negro, una camisa azul marino de maga larga y unos zapatos de una marca lujosa, se veía muy apuesto.

—Hola chicos, me da gusto verlos ¿te sientes mejor? —le preguntó Elizabeth a Carlos al verlo aun con muletas.

—Si, Mikea me trajo, necesitaba respirar aire fresco jeje. —Carlos desvió la mirada hacia Aris y le sonrió.

—Me alegra saber que estas bien, él es… —De pronto, sus compañeros se acercaron a ella y la interrumpieron.

—Wou, Elizabeth, te vez muy bien. —le dijo Ben mirándola de arriba abajo.

—Claro que se ve bien, está usando mi color favorito. —exclamó Carlos con orgullo.

—Gracias, eh, él es Aris, es un gran amigo. —les dijo Elizabeth con una sonrisa.

—Hola que tal. — exclamo Andreu dándole un golpecito en el hombro.

—Que hay amigo, es bueno conocerte, yo soy Sam. —Sam lo saludó con amabilidad.

—Hola, Elizabeth me invitó, espero no haya problema. —exclamó Aris emocionado de estar rodeado de gente cool.

—Ninguno, siéntete cómodo con nosotros.

—¡Hola! Oye eres muy lindo ¿en que año estás? —le preguntó Mikea con una gran sonrisa.

—Pronto pasaré a la preparatoria.

—¿Qué? Espero que la policía no arreste a Elizabeth y la acuse de secuestro jaja. —exclamó Carlos al ver que era mucho más joven que ellos, Aris les había caído muy bien y Mikea no se le despegó en toda la noche.

—Oigan ¿ya decidieron a donde vamos a ir a cenar? Me estoy muriendo de hambre. —declaró Mikea hambrienta.

—¿Qué les gustaría cenar en primer lugar? —les preguntó Carlos mirándolos a los ojos.

—Yo conozco un bufet en la avenida dieciséis, venden de todo y solo hay que pagar la bebida como extra, es muy rico. —propuso Aris quien ya había visitado el lugar varias veces.

—¡Genial! Me gusta la idea, yo voto por el bufet. —exclamó Ben entusiasmado.

— A mi también me agrada la idea ¿vamos ahí? —manifestó Andreu.

—Por supuesto, solo un bufet podrá saciar tu hambre jajaja. —le dijo Sam mientras le daba un golpe en la espalda.

—Ja…ja…ja, muy gracioso, es la maldición de un atleta, siempre tengo hambre jeje.

—Bueno, ya está decidido, iré con Aris a apartar una mesa, vamos. —Mikea agarró a Aris del brazo.

—Yo los alcanzaré en un momento, compraré algo en la farmacia. —les dijo Elizabeth con una sonrisa.

—¿Te sientes bien? —le preguntó Aris extrañado.

—Si, solo necesito ir por algo, vayan con Mikea, no te preocupes.

—¿Segura? Yo…

—Esta bien, yo la acompañaré, también necesito comprar algo. —exclamó Sam y todos se fueron mientras Aris miraba hacia atrás.

—¿Entonces el lugar es rico?

Elizabeth caminaba junto a Sam rumbo a la farmacia, se sentía muy nerviosa, estaba fascinada por su perfume y lo increíblemente apuesto que se veía.

—¿Te duele algo? —le preguntó Sam con un tono pacifico.

—Eh, no, es solo que no estoy acostumbrada a estas zapatillas, debí traerme otros zapatos, ahora necesito unas banditas jeje. —exclamó ella apenada.

—¿Te molestan mucho? Espérame aquí, iré a comprarlas yo.

—¿Qué? No te preocupes, no te quiero molestar.

—Claro que no, no me tardo. —Sam le sonrió y se fue corriendo a la farmacia más cercana.

—Ay no que vergüenza…. ¿Qué va a pensar de mí? ¿Por qué traje estos zapatos? Me están punzando los pies…

Elizabeth esperó unos minutos sentada en una banca cuando Sam regresó con una bolsa en las manos.

—Listo, espero haber comprado todo lo necesario.



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En el texto hay: romance, accion, heroes vs anti heroes

Editado: 01.05.2024

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