La reina cuervo (libro 1)

La justicia tiene nombre.

 

Había pasado un mes desde el atentado contra la cuidad de Nueva York por parte de uno de los mensajeros de Anferne, la ciudad seguía recuperándose de lo sucedido reconstruyendo los edificios afectados por las explosiones y una estatua en honor de la reina cuervo fue levantada en medio de la ciudad.

—Mira eso, debe ser impresionante ver a esa heroína en persona, se ve muy imponente.—dijo Bady mientras contemplaba la estatua.

—Si, jeje, debe ser todo un espectáculo.—exclamó Aris con nerviosismo.

—Pues no la tendré en persona, pero si en mi celular jaja, mira todas las fotos inéditas que puedes conseguir de ella en internet.

—Papá ¿de donde sacaste esto?

—Ya te dije que de internet ¿de donde más? Y no solo están ahí, también las encuentras en las revistas, los periódicos, mira.—su padre le enseña los puestos callejeros donde la reina cuervo aparece en primera plana.

—Es verdad…

—Mañana la ciudad hará un desfile en su honor.

—¿Que? ¿Y por que no estaba enterado de nada?

—Ultimamente te la pasas en las nubes, cambiando de tema, quería preguntarte algo ¿por que te tocas tanto el cachete?

—¿Que? No hago eso ¿de que hablas?

—Hace un segundo lo hiciste.

—Ya te dije que no papá…(es el cachete donde Elizabeth lo besó)

—Si te duele la muela deberías dejar de comer tanto dulce, vamos a comprar lo que nos hace falta.

—Si…

—Ahora que lo pienso, Elizabeth se ha hecho más fuerte, ese día cuando se paró en medio de esa gran multitud y habló con tanta seguridad, me sentí orgulloso de ella, se veía tan fuerte y poderosa que no me extraña que la gente la admire, pero estoy seguro de que nadie la admira más que yo.—se dijo Aris en sus adentros.

—Oye, me sorprende que quieras comparte ropa nueva, normal mente no te gusta venir a las tiendas.—le dijo Bady extrañado.

—Creo que ya me gusta jeje.

—Si, es lo que veo, ah, antes de que se me olvide, toma, es un adelanto de tu salario.

—¡Gracias papá! Lo necesitaba.

—¿Y para que quieres el dinero?

—Quiero comprar un regalo.—exclamó Aris sonriente.

—Ah, si ya me imagino.

—¿Te molesta si me adelanto? Quisiera compare algo.

—Sin problema hijo, yo aun tengo cosas que comprar ¿te veo en una hora?

—Si, esta bien, cuídate papá.

Aris se fue en busca de su regalo especial para Elizabeth, pues el señor Ming había organizado una fiesta para mañana después del desfile.

—Solo espero que no le rompa el corazón.—se dijo Bady mientras veía a Aris irse emocionado.

Por otro lado…

—Hace mucho que no tenía un día así de tranquilo, solo para mí…se siente tan bien. —exclamó Elizabeth relajada.

—Es verdad, últimamente pasan cosas muy extrañas, lo de hace un mes realmente me asustó.

—Si, fue terrible…

—¿Te enteraste? Mañana harán un desfile en honor a esa chica, no sé por que carajo lo hacen.

—Mikea.—Elizabeth se quedó perpleja después de escucharla.

—Todo es su culpa, mi mejor amigo tiene un yeso en la pierna y la ciudad es atacada por cuba de esa mujer.

—No digas eso, ella pone todo fue empeño para protegerla.

—No me digas que tu también la admiras ¿enserio? No es tan increíble.

—¿Podemos hablar de otra cosa?

—Si, no quiero amargar mi día hablando de ella ¿como esta Aris?

—¿Aris? Bueno, él esta bien, estudiando mucho.

—No me vayas a juzgar, pero ¿no crees que es muy lindo?

—Si, es un gran amigo.

—Deberías invitarme a dormir a tu casa.—dijo Mikea sonriendo.

—¿De verdad?

—¡Si! Podemos ver películas he invitar a los chicos.

—Si, sería divertido.—expresó Elizabeth con una sonrisa.

—Por supuesto ¿por que no lo hacemos esta noche? Es más, deja le aviso a mi mamá que no llegaré a dormir, me quedé contigo.

—¿Qué? ¿Hoy? Bueno.

—¿Tienes algo que hacer?

—No, pero…

—Pues ya está, acabo de enviarle mensaje a todos en el grupo.

—¿A todos?

—Si.

—Eres demasiado decidida. —exclamó Elizabeth soltando un suspiro.

—Debes prestarme una pijama sexy y comprar muchas golosinas.

—Solo las golosinas.

—jajaja, ok.

—¿Por que me metí en esto? Eso significa que Sam también estará ahí, la necesidad de verlo me obliga a seguirle el juego a Mikea, quiero pasar más tiempo cn él, aunque se me vallan las palabras cuando lo tengo enfrente.—se dijo Elizabeth así misma cuando de pronto, la voz golpeada de Mikea, la trajo de regreso a la tierra.

—Ay no, que fastidio.

—¿Que pasa?

—¿Que hace Jane aquí?

—¿Donde está?—preguntó Elizabeth mirando a todos lados.

—Viene para acá.—respondió Mikea con una expresión de fastidio.

—No puede ser, miren nada más a quienes me vine a encontrar, a la guarra pelirroja y a la resbalosa.—les dijo Jane mirándolas de arriba a bajo de manera despectiva.

—¿Que dijiste?—Mikea estaba a la defensiva y se puso de pie de golpe.

—¿Este lugar no es demasiado sofisticado para un par de simios como ustedes?

—¿Cual es tu problema rubia estúpida?

—Tranquila Mikea, solo ignórala.—exclamó Elizabeth tratando de tranquilizarla.

—Tienes razón, pierdo mi tiempo al querer dialogar con esta descerebrada.

—Ven, vamos a otro lado.—le dijo Elizabeth tomándola del brazo.

Al momento de darle la espalda, Jane empujó a Elizabeth.

—¡Oye idiota! ¿Cual es tu problema?—Mikea ya no aguantaba más y quería golpearla.

—Jajaja, yo no tengo la culpa de que tu novia no sepa caminar bien jajaja.

—Maldición, tengo que respirar y tranquilizarme, tengo unas ganas de golpearla que…—pensó Elizabeth apretando los puños.

—¿Que es lo que quieres Jane?—le preguntó Elizabeth con voz firme.

—No te soporto, deja de insinuártele a Sam, ¿no te das cuenta de que no le gustas?



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En el texto hay: romance, accion, heroes vs anti heroes

Editado: 02.08.2024

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