Encuentro con el anti héroe

Entre la multitud se encontraba un asesino a sueldo muy peculiar, se trataba de Ansel, quién se asombraba de la gran cantidad de personas que se encontraban reunidas en aquel desfile.

—Hay muchos tipos sospechosos aquí, será mejor que me cuide las espaldas, hoy en día mis enemigos le ponen un precio más alto a mi cabeza.—exclamó Ansel mal humorado.

Mientras tanto, un grupo de hombres e encontraban cerca de él y comenzaron a observarlo con desconfianza.

—Miren, ese tipo se ve raro.

—Tienes razón ¿por que diablos se viste así? Parece un asesino a sueldo o el jefe de un grupo de motociclistas.

—¿Será un super héroe?

—O tal vez es un villano y viene a echar todo esto a perder.—se dijeron unos a otros con molestia.

—¿Que hacemos? ¿Lo atrapamos?

Ansel se percató del cuchicheo y las miradas afiladas y se sintió incomodo.

—¿Que tanto están mirando esos idiotas? ¿A las están hablando de mí?—se preguntó Ansel furioso.

—Oigan chicos, creo que nos esta mirando con odio.—dijo uno de los hombres que sospechaban de él.

—¿Qué? Volteen hacía otro lado, que tal si es peligroso.

—Nike tiene razón, finge que te hablan por teléfono, nosotros haremos otra cosa.

—Mejor vamos de aquí, esta cubierto por ese traje de pies a cabeza, quizás si es un nuevo haré y hará su debut en el desfile.

Ansel meneó la cabeza y decidió marcharse de ese lugar, pero de pronto alguien disparó a sus pies haciéndolo brincar, se trataba de unos franco tiradores.

—¿Que demonios fue eso?—preguntó Ansel mirando hacía arriba.

Los disparos prosiguieron, eso no había sido un accidente, lo querían muerto.

—¡Carajo! ¿Que diablos quieren?

De pronto, se escuchó que una camioneta aceleraba y estos comenzaron a disparar sin piedad y más camionetas se les unieron.

—Pues no me van a atrapar.—se dijo Ansel así mismo mientras corría a toda prisa para helar a esos hombres de la multitud.

—Procuren darle en la cabeza, no queremos ninguna distracción cuando el cuervo aparezca, elimínelo y regresen en su búsqueda, recuerden que ella es nuestro principal objetivo.—dijo un hombre con el rostro cubierto por un pasa montañas.

Aunque Ansel trató de no llamar la atención, fue inevitable y Elizabeth se percató de lo sucedido.

—¿Que esta pasando?esos fueron disparos ¿a quién diablos están persiguiendo?—se preguntó Elizabeth preocupada.

—¡Están muy equivocados si piensan que lograrán ponerme las manos encima!—exclamó Ansel furioso y entonces agarró la tapa de una cloaca y la lanzó con fuerza como si fuera un frisbee y se los arrojó a sus perseguidores causándoles un gran choque.

—¡Ahhhhh!

—¡recuerden que él no es nuestro objetivo! ¡Vamos por la chica! ¡Si interviene mátenlo!—gritó su líder a voz en cuello.

—¿Que fue lo que dijo?—se preguntó Ansel extrañado.—¿dijeron que su objetivo es el cuervo entrometido? Ojalá esa tonta no apares….

—¿Necesitas mi ayuda?—le preguntó Elizabeth aterrizando de golpe causando un ligero temblor.

—¿Que haces aquí idiota?—le preguntó Ansel regañandola.

—Oye, dulcifica tu voz, vi que estaban a punto de patearte el trasero y vine a ayudarte.

¡No es a mí al que quieren! ¡Es a ti!

—¿Qué?

—¡Muévete!—Ansel la cubrió de un impacto de bala, recibiendo el disparo por ella.

—¡Ahhh! ¿Estás bien?—le preguntó Elizabeth preocupada, trataba de ver donde le habían disparado.

—No eres la única a prueba de fuego.—le dijo Ansel con voz grabe.

—No puede ser…es verdad ¡increíble!—exclamó aliviada.

—Andando, no descansarán hasta que los detengamos.

—¿Hablas de hacer equipo nuevamente? Eso me gusta, les daremos una paliza.—expresó Elizabeth sonriendo.

—Me gusta tu ímpetu cuervo, ya sabes que hacer.

—¡Si!

Elizabeth y Ansel se pusieron contra espalda y fueron rodeados al instante y la verdadera pelea comenzó.

—¡Oye tu! Solo queremos a la chica, lárgate de una vez y dejemos esta persecución absurda, mis hombres no irán tras de ti.

—Lo siento mastodonte, pero eso no sería muy caballeroso de mi parte, voy a tener que rechazar tu oferta.

—Entonces mueran los dos…—declaró el líder criminal dándoles una advertencia.

—Mira, es considerado jaja.—exclamó Elizabeth soltando una risita.

—¡Dipsaren!—gritó el enmascarado a voz en cuello y nuestros héroes fueron embestidos por un sin fin de disparos a quema ropa.

—¡Ya estoy arto de esto! Tengo una cita más tarde y debo conseguir un estúpido traje, así que terminemos con esto.—dijo Ansel mientras ambos se cubrían de los disparos con sus brazos.

—Jajaja, pues no creo que llegues a esa cita entero jajaja.

—¡Cuidado! —gritó Elizabeth al ver que los hombres del enmascarado dirigían una especia de un cañón en dirección a ellos, el cual lanzó un gran disparo y Elizabeth sujetó el brazo de Ansel con rapidez y lo llevó a las alturas librando de esa masacre.

—¡Ay! ¡Que demonios! Se me olvidaba que puedes volar.—exclamó Ansel lleno de adrenalina.

—¿Soy genial verdad? Jejeje.

—Estás llena de sorpresas, me deberías enseñar un par de trucos después.

—¡Carajo! ¡Están volando!

—¡Dejen de verlos como unos idiotas y dispárenles ya!

—¡Si señor!

—Ay ya empezaron jo…—Elizabeth lo interrumpió enérgica.

—¡Tengo una idea! Ya se como deshacernos de esos tontos.

—Dime cual es el plan, ya estoy harto de esos simios.

—¡Muy bien! ¡Aquí vamos!

Elizabeth y Ansel Calderon en picada desde los cielos y de un solo golpe destruyeron los tanques y los autos donde sus enemigos se movían, dejándolos inservibles.

—¿Que creen que hacen?—gritó el enmascarado lleno de frustración al ver que su equipo estaba completamente destruido.

—Los aplastamos ¿que más?—le respondió Elizabeth acudiéndose el polvo.

Mientras tanto, Ansel había desmayado a golpes a la mayoría de sus hombres y los afortunados que no recibieron una prueba de sus puños huyeron de él.