La Reina de Inglaterra

6. Condones y amenazas

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Estaciono mi auto fuera de la casa. Me dé monto, saco mis llaves de mi mochila, abro la puerta y voy diretito a la cocina. Tengo mucha hambre, el entrenamiento me dejo hambrienta.

Pero parece que la mala suerte no se me quita, el donante de esperma me esperaba sentado en una de las sillas que hay en la cocina, su expresión es sería, muy sería.

Y a juzgar por qué está levantado de su cómoda cama a estas horas... En la cocina, solo significa una cosa... Que hay problemas y serios.

—Hola—saludo y camino directo al refrigerador. No me importa el problema que tengo ahora, tengo mucha hambre y los problemas no se comen. Al menos eso creo...

—Tenemos que hablar—dice.

—Lose—respondo devorando un mulo. Lo único que encontré fue papa con pollo.

Me siento en unas de las sillas al lado de él y comienzo a comer.

—Fui a la escuela y el director hablo conmigo—dice.

—Mm...—digo con la boca llena.

—Y me dijo que has tenido un comportamiento un tanto... Irrespectuoso. Que tratas mal a tus compañeros...

—Mmm... Entiendo, pensé que sería algo más grave—digo parándome de mi asiento para beber agua—Pensé que al llamarte por partirle la cara a esa estúpida me iba a suspender por unos días.

— ¿Sabes lo que estás diciendo verdad? ¡Claro que te iba a suspender!, pero no lo hizo debido a tus buenas calificaciones y por ser una estudiante de excelencia. Dijo que es la primera vez que pasa algo como esto, por eso no te suspendía, pero si pasa otra vez... Te suspenderá.

>> Espero que no pase otra vez, estas en último año, solo falta como tres meses para que te gradúes. No vengas hacer este tipo de cosas ya que te queda tan poco para graduarte ¿sí?

—Mmm... Ya veo, tendré que seguir repartiendo golpes hasta que me suspendan una o dos semanas, así descanso un poco y tengo tiempo de ver Netflix y putear un poco...—digo mirándolo con malicia.

—Eva...—dice mirándome serio—Esto no es un chiste, es en serio, si te suspenden por tanto tiempo puede dañar tus calificaciones y por favor deja de hablar de esa manera, ¿quieres?

Sonrió— ¿Por qué?, acaso crees que soy Virgen, que soy una Santa paloma que nunca ha roto un plato, que aún sigo siendo una niña...—digo acercándome hasta quedar frente a mi padre.

Veo como su nuez de Adán sube y baja—Sé que ya no eres una niña... P-pero espero que no estés en eso... aún no...

—Y si lo estoy... ¿Hay algún problema?—pregunto—Porque tu hijastra ya está en eso desde los diez años... Yo solo empecé ahora—digo con una sonrisa en la cara.

Él se levanta de su asiento rápidamente— ¡¿Quién es?!—medio grita.

Suelto una carcajada—Papa oso al rescate...—digo riéndome.

—No es gracioso, ¿sabes los problemas que conlleva tener relaciones sexuales?—dice.

Parece alterado, Eso solamente incrementa más mi risa.

—Claro que sí—digo—puedo contraer VIH-SIDA o salir embarazada... y si eso pasa... serias, abuelo.

— ¿Vez?, ese es el problema, no quiero que te contagien de alguna enfermedad o te embaracen.

—No lo harán, usamos condón... De los tuyos—digo riéndome.

Él me mira asombrado— ¡¿Cómo?!—si antes estaba alterado, ahora más...

—UPS...—digo.

—Eso explica por qué mis condones se desaparecen...—dice mirando a un punto fijo concentrado.

—Sip...—digo tratando de calmar mi risa.

Mi padre vuelve a mirarme, esta vez con los ojos entre cerrados—Quiero conocer al chico ese.—dice e inmediatamente dejó de reír.

— ¿Qué?

—Que quiero conocerlo—repite—quiero conocer al chico que se mete a mi casa... Para follarse a mi hija.

Aún sigo muda.

Mierda.

Carajo.

—Bueno... Eso será un problema—digo.

— ¿Por qué?—pregunta.

—Porque aún no quiero que se conozcan, no es algo serio—respondo.

—Ósea, ¿qué nada más follan y ya?—dice.

—Ah... Pues no lo diría así, somos como... Follamigos...

Abre la boca para hablar, pero lo interrumpo antes de que hable— ¿Sabes qué?... Ya me canso esta conversación, ya me voy a dormir... Buenas noches—digo saliendo de la cocina.

Uffff... Eso fue intenso y gracioso.

Subo los escalones riéndome por la situación. En el camino me encuentro a Nathalie.

Trato de ignorarla, pero la estúpida me agarra del brazo para detenerme.

— ¿Qué rayos fue eso?—dice acercándose a mi amenazante.

Yo solo me echó a reír.

—¿De qué hablas?—pregunto inocentemente tratando de no echarme a reír en el intento.

Sé a qué se refiere.

—¿De qué habló? ¡Pues habló del beso que le diste a Trevoll esta mañana!—dice acorralándome contra la pared—Escúchame bien zorra, Trevoll es mi novio, ¿Entendiste? Es Mío...

La empujó y choca con la pared y cae al suelo por el impacto, Me sacudo un poco la ropa mientras le digo—Eso ya losé... Trevoll no me interesa para nada, no es mi tipo... Maldita loca— digo mirándola sentada en el piso.

Me mira sorprendida por lo que hice.

Si cree que voy a dejar que me golpee igual que antes está muy equivocada.

Camino hasta donde esta ella, me agachó y le quito un mechón de la cara—Si vuelves a tocarme así o empujarme o siquiera golpearme... Te irá muy mal pequeña...—digo levantándome comenzando a caminar hacia mi habitación.

Pero antes de entrar me giro, la veo aún sentada en el suelo mirándome.




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