Durante el trayecto no paraba de reír por la situación, era más que evidente que cuando llegara a casa tendría una tremenda reprimenda por mi padre. Él pensaría que Lucas sería aquel chico con el que mi padre cree que follo y por el cual sus condones se desaparecen.
Siendo sincera... No entiendo por qué Nathalie robaba los condones de mi padre, vamos, es cuestión de lógica que en algún momento se daría cuenta de que sus condones estaban desapareciendo.
No tenía idea a cuál cine me llevaría Lucas dado que tomo otra dirección contraria para ir al cine más barato de la ciudad, no exigiría demasiado debido a la poca información que sabía de él, vivía en el lado pobre de la ciudad, supuse que iríamos ahí. En fin, realmente no me importaba ir ahí, normalmente voy ahí cuando no quiero encontrarme con algunos de los "sin vidas propias".
Nos detenemos en una luz roja. Bumblebee también se estaciona al lado de nosotros.
—Oye preciosa, ¿cómo te llamas?—Escucho una voz ronca proveniente de Bumblebee.
Giro mi cabeza encontrándome con lo típico de siempre, un chico rubio de ojos verdes, con una sonrisa arrogante y un pendejo igual como su copiloto.
—No es de tu incumbencia—habla Lucas para luego acelerar a tan velocidad que tuve que agarrarme fuerte de su cintura porque creía que en cualquier momento nos íbamos a estrellar y ahí si valía madres.
Llegamos al centro comercial más prestigioso de la ciudad, me sorprendí de que estuviéramos aquí, pensé que conocía otro cine más barato que no supiera por qué si era así, iría hasta sin él, no me importaba en lo absoluto estar entre" los pobres" como llamaba Nathalie a las personas que fueron menos afortunadas que nosotras. Lo juro, con el dinero que comprabas los boletos de entrada aquí, podías hacer una fiesta con Beyoncé y te sobraría dinero.
Sé que le dije que él pagaría todo y hasta estaba considerando la oferta de Dani de que fuéramos a comer un Helado, pero... Suerte que traía dinero conmigo y la tarjeta de "emergencia" que me había dado mi padre.
Bajamos hacia el estacionamiento, fuimos directo hacia el área donde podías estacionar las motos.
Cuando me baje mis piernas temblaron un poco debido a que íbamos a alta velocidad que logre sentir más fuerte el rugir de la moto por todo mi cuerpo, me quite el casco recordado que había olvidado algo... Mi abrigo.
¡Carajos! Ahora iba a morirme de frío en el cine, y no quería pedirle a Lucas su abrigo porque parecería una princesita en apuros.
Lucas toma el casco de mis manos y lo pone encima de la moto - ¿Nos vamos? – pregunta a lo que pestañeo varias veces y lo miro a la cara.
—Dime, ¿por qué aceleraste cuando ese chico pregunto mi nombre?—pregunto ya que su reacción fue muy confusa para mí.
—Porque es un Idiota—dice empezando a caminar hacia el elevador.
Empiezo a seguirlo también dándome cuenta de que es un poco más alto que yo y por ende cuando él da un paso son tres míos, desventaja de ser una pitufienana—Entiendo, pero, ¿había razón para que aceleraras así? Y por favor camina un poco lento, estoy casi corriendo.
Él detiene su andar y camina un poco más lento—Lo siento, fue un impulso, Lamento si te asuste o algo—dice dándole al botón para entrar al elevador.
—Está bien—respondo mientras arreglo un poco mi vestido.
Llegamos al tercer nivel cuyo nivel solo estaba ocupado por el cine más lujoso de todo Londres, Cine mega Club Max 3 si venías a este cine eras catalogado como un riquillo de cuna, he venido aquí muchas veces, ya sea sola, con Daniel o con mi padre a quien le hacía gastar un dineral en dulces, palomitas y batidas. Aquí vendían de todo, hasta de la cuestión aquella si querías también... Al menos eso creo.
Caminamos hacías boleterías y mientras Lucas respondía el saludo de la chica yo prestaba atención a la cartelera.
La que llamo mi atención fue Maléfica Reina del mal, uh eso suena interesante.
— ¿Cuál vamos a ver?—me pregunta.
Lo miro y respondo—Maléfica.
Él se gira y pide dos boletos para ver Maléfica, la chica le da los boletos y entramos a la inmensidad del cine. Caminamos hacia donde vendían las palomitas, nachos, refresco y las golosinas.
Respiro hondo, Evangeline ¿qué cojones acabas de hacer? ¿Ir con un chico que sabes que su condición económica no es como la tuya y vienés y lo pones en estos aprietos?, de seguro el chico debe de estar gastando todos sus ahorros que los tenía para qué sabe qué cosa y ahora lo está gastando en algo insignificante como esto, cuando más bien debieron de ir a un parque a comer ya sea churros, perro caliente o un helado.
Pero ya no hay vuelta atrás.
Nos paramos para ver las opciones, había una pequeña fila, por suerte.
— ¿Y qué quieres comer?—dice y me mira.
Trago saliva y lo que veo un poco más barato es el agua... si, el agua... Agua... Agua... Agua.
Solo costaba unos, vente euros—Solamente quiero agua, no es que tenga mucha habré que digamos, solamente tengo un poquito de sed.
Él aún seguía mirándome lo que me ponía más nerviosa y si me ponía nerviosa era probable que le daría una cachetada por ponerme nerviosa— ¿Qué?—digo mirándolo esta vez.
— ¿Segura que no quieres algo?—dice.
—Sí.
—De acuerdo—dice y camina hacia la fila, me quedo en el mismo lugar, lo esperaría aquí.
Llevo mis brazos hacia la parte baja de mi espalda mientras muevo mi pie derecho de un lado a otro.
No pasan más de dos minutos cuando dos tipos aparecen en mi campo de visión—Hola nena— levanto la mirada y me encuentro con un chico de cabello negro, ojos cafés, tenía un pircing en la boca.
Genial ya viene este a molestar—Desaparece—digo con mala cara.
—Mmm... chica ruda—dice mordiendo su labio inferior.
El chico con el que anda, el cual tiene un cierto parecido a el habla—Me gustan rudas, difíciles de conquistar—Dice mirándome de arriba abajo con una mirada lujuriosa—Para darles bien duro...—sonríe mostrando sus dientes los cuales eran muy perfectos.
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Editado: 06.09.2020