La Reina de Inglaterra

24. ¿Te gusto?

 

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Me quede sorprendida al verlo ahí parado frente a mí, ¿qué hacía aquí? ¿Qué quería?

Suspire — Brad... ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres? — preguntó seriamente.

Él sonríe abiertamente — Vine a saludarte, a saber, cómo estás. — él trata de entrar a mi habitación, pero se lo impido.

— En ese caso debiste haberme escrito, no venir a mi casa a esta ahora así que te vas de aquí de una vez ¿de acuerdo? — digo mirándolo con mala cara.

— Si pude, Pero no es lo mismo, quería verte en persona...

— Si claro.

— Vamos déjame entrar... — dice con una sonrisa "sexi" — no te arrepentirás...

Lo observo por unos segundos, sus ojos están rojos, su respiración pesada y huele a alcohol puro.

Suspire...

Este tipo estaba drogado. Y todos sabemos que sucede cuando un hombre está drogado y bebido.

— ¿Este drogado cierto? — preguntó mirándolo sería.

— Noup... ¿Qué te hace pensar en eso? — habla empezando a rastrear las palabras.

— Hueles a alcohol, tus ojos están rojos... — digo — estás hasta la medula con alcohol... Me sorprende que aun puedas sostenerte en pie en las escaleras...

— No estoy ebrio Evangeline... Ya te dije solo quería verte así que ¡déjame entrar maldita puta! — grita tan fuerte que Casi me deja sorda de un lado.

Pongo una mano en su cabeza y lo empujó hacia atrás cayendo encima de los arbustos que están cerca de la pared de mi ventana. Lo escucho quejarse de dolor llevándose una mano en la cabeza.

— Ten cuidado a quien le llamas puta imbécil — digo entre dientes mirándolo con odio cierro mi ventana y le pongo seguro, luego corro la cortina y me acuesto de nuevo en mi cama acomodando me para seguir viendo televisión.

Lo escucho gritarme un sin número de palabras que prefiero no decirlas para luego escuchar la voz de mi padre gritándole que se fuera de su jardín si no llamaría a la policía.

Me reí por eso, sería divertido, levantaría cargos y enseñaría los vídeos que tengo en mi posesión en donde sale violando a unas cuantas chicas con su querido amigo Trevoll. Duraría un buen tiempo en la cárcel y ya sería dos menos en mi lista de venganza.

Hay que divertido es ver el mundo arder...

~*~

Desperté al otro día muy feliz y contenta por todo lo que paso anoche.

Baje los escalones aun con mi pijama y un moño mal echo en mi cabeza, entre a la cocina y vi a mi padre molesto con una taza de café sentado en una de las sillas.

— Buenos días, padre — lo saludo dándole un beso en la mejilla sonriendo. Hoy por fin estábamos solos en la cocina y eso me ponía aún más feliz, un momento a solas con mi padre sin las perras arpías.

— Hoy amaneciste muy feliz... — comenta mi padre mirando mis movimientos muy atentamente — ¿A qué se debe eso?

Lo miro mientras sirvo algo de cereal en un tazón, su cabello negro todo desordenado, sus ojos azules oscuros apagados sin brillo... Sin vida antes cuando mamá estaba aún con vida sus ojos siempre estaban llenos de vida, y brillantes, sus enormes ojeras por falta de sueño y estrés, ahora tiene más arruga que antes... Esa arpía le estaba succionando la vida y él aún no se daba cuenta.

— Un mm bueno... Cosas de la vida — respondo.

— ¿Quién era ese que vino anoche a decir todas esas mierdas? — pregunta y su enojo era evidente.

— Un amigo que vino todo borracho y drogado a querer acostarse conmigo y yo lo empuje para que se largara... — contesto.

— ¿Así que ese imbécil viene a mi casa todo drogado y alcoholizado a mi casa para a costearse con mi hija? — pregunta.

— Así es — contesto sentándome al lado de él — pero se lo impedí... Aparte me llamo puta para que lo dejara entrar, y luego todas esas cosas cuando lo empuje...

— Esa es mi chica. — dice dándome unas palmadas en el hombro — debiste haberle roto la cara.

— Ah... Tengo algo mejor que eso — contestó parándome de la silla empezando a caminar hacia la salida de la cocina.

— ¿Y qué es? — preguntó mi padre.

— Ya lo verás... — digo subiendo los escalones para ir a mi habitación con el desayuno en mano.

~*~

Estaba sentada en la sala de mi casa comiendo palomitas viendo Piratas del Caribe cuando veo a Nathalie bajar los escalones y luego abrir la puerta.

¿Cuándo tocaron la puerta?

— Adelante chicos, pasen — la veo decir cuando Trevoll entra seguido por Evan, Maria, Lisa y finalmente Brad.

Ruedo los ojos y sigo viendo mi película, ellos me saludan y yo le devuelvo el saludo sin despegar la vista del televisor.

Por el rabillo del ojo los veo seguir hacia el patio, después de una hora y media veo a Brad acercarse a mí.

Oh mierda... Aquí vamos.

— Hola — es lo primero que dice cuando se sienta a mi lado.

No respondo y sigo viendo la película.

— Oye... Lo que paso ayer... Estuvo mal. — comienza hablando a la vez que se acerca a mí, me alejo de él y sigo comiendo mis palomitas ignorándolo.

— Sé que me pase y mucho al venir así alcoholizado y drogado. Y decir todas esas cosas que no estuvieron bien decirlas.

— ¿Tú crees? — digo viéndolo por primera vez a la cara.

— Lo siento mucho... — dice mirándome suplicante — ¿qué puedo hacer para que me perdones?

Irte de mi vista perro — Un mm no volverlo hacer ¿de acuerdo? — digo.




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