Era de noche. Los sueños de la gente suelen traer recuerdos…
—¿No te sientes emocionada? Andrew estará aquí dentro de 2 días.
—Estoy muy feliz, Esmeralda —decía Irene a su mejor amiga del colegio.
Habían pasado 7 años desde que Andrew se fue a estudiar a su país natal. Irene no era la misma chica de la secundaria, ya iba a terminar la universidad y era toda una mujer.
—No puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido.
—Cambiando de tema, no quisiera arruinar tu felicidad, pero… han estado pasando cosas muy extrañas —decía Esmeralda.
—¿Cosas extrañas?
—Bueno… tal vez estoy exagerando. ¿Recuerdas que Arthur también dejó Foreverfree City hace exactamente 7 años?
—Sí, tal vez él se encuentre en Inglaterra también.
—Pero es muy raro, ¿Por qué Andrew dice que no lo ha visto? Es ilógico estar en el mismo país en el que está tu mejor amigo y no contactarlo.
—Puede que estén en diferentes ciudades y sea complicado que se vean.
—Entonces… ¿él también va a regresar?
—Sí. ¡Es lo más seguro!
Irene despertó. Miró la habitación oscura y a su pareja durmiendo a lado. Se levantó de la cama y caminó hacia la vitrina donde estaba el cofre. Lo abrió y miró esa joya color rojo.
En el Mundo de la Magia.
—Esto es peor de lo que pensé.
Decía una chica de cabello azul claro, largo y amarrado de una coleta. Tenía un listón blanco que rodeaba su cabeza y hacia un moño a lo alto. Sus ojos eran azules como su cabello y su apariencia era la de una chica normal. Veía lo que pasaba en el Mundo Real a través de un cristal.
—Un hada inexperta, un niño que cree saberlo todo y encima involucra a un humano. ¡Esto es imperdonable! Y creo saber quién tiene la culpa…
¡RAINBOW!
Con ese grito, todos los habitantes del Mundo de la Magia se sorprendieron, si la chica de la Lluvia estaba molesta era porque su pequeña hada se había metido en graves problemas.
Rainbow apareció…
—¡Betsy! ¡Cuánto tiempo sin verte! Ya no me has llamado para misiones… seguramente estás saliendo con Mark o algo así…
—No vengas a hacerte el amable conmigo. ¿Por qué le dijiste a ese niño que podía revelar sus poderes mágicos?
—¿Cuál niño?
Betsy mostró el cristal.
—Ahora un humano sabe que los hijos de Andrew tienen magia. ¿En qué estabas pensando?
—¡No es mi culpa! ¡Yo le dije que debía guardar el secreto!
—Bueno... no podemos hacer nada desde aquí. Lo más importante es evitar que Meredith consiga la Joya Misteriosa.
—Es una de las brujas más poderosas que tiene la Reina Ámbar. ¡No creí que fuera ella la que estuviera en el Mundo Real!
—Así es. Y por eso, te voy a asignar una importante misión —dijo Betsy, muy seria.
Rainbow guardó silencio y se puso firme.
—Vas a ser el compañero de Melissa y le ayudarás a desarrollar sus poderes mágicos.
—Pero… Rudy tiene talento para la magia, deberíamos confiar en que él derrotará a Meredith.
—No pongas excusas. Ve y cumple con la misión que te acabo de asignar.
Sin muchas ganas, Rainbow tuvo que obedecer. Después de todo, Betsy Rainbow era su dueña, la chica del Mundo de la Magia que controla la Lluvia en el Mundo Real.
Al día siguiente. Melissa iba corriendo hacia su salón…
—¡No puedo creer que siempre se me haga tarde!
Estaba a punto de llegar cuando… Rainbow se le apareció enfrente.
—¡Hola! Soy tu nuevo…
No terminó la frase porque los dos habían chocado. Melissa mantuvo el equilibrio y por eso no cayó, mientras que Rainbow solo flotaba en el aire.
—¡AAHHH! —gritó al ver al ser mágico.
—¡No grites! Vas a llamar la atención de la gente —sugirió el hada.
Como estaban afuera del salón, el maestro abrió la puerta y salió a ver qué estaba pasando…
—¡Guarde silencio! No interrumpa mi clase —dijo.
Melissa estaba un poco nerviosa sin saber qué decir, Rainbow había logrado esconderse detrás de ella a tiempo.
—Señorita, ¿usted también va en mi clase?
—Sí… sí…
—¿Y por qué llega hasta ahora? Ya tenemos 10 minutos de haber comenzado.
—Tuve… tuve un contratiempo…
—Esto se verá reflejado en sus calificaciones —dijo al darse la vuelta, entró al salón y cerró la puerta.