La Reina de la Magia

Magia Oscura

Henry lucía bien. Era un joven delgado, pelirrojo, cabello corto y vestía el uniforme deportivo de la escuela. Nadie sospechaba que ese joven sería Melissa, la chica que faltó a clases ese día…

—¿Por qué habrá faltado Melissa? —preguntó Libby a Tania, pero ella estaba muy ocupada con sus anotaciones que no le respondió.

—Karen… —Catherine se acercó al lugar de la chica.

Carol y Libby pusieron atención.

—Quisiera hablar contigo… —dijo, un poco apenada.

Karen no le respondió.

—Quiero pedirte una disculpa por lo de ese día, lo lamento. Somos amigas y no me gustaría que termináramos así.

—Ah… ahora te disculpas —por fin habló.

—Perdón, Karen. Tienes razón, tal vez voy perdiendo con Melissa, pero estoy dispuesta a luchar por Arturo…

—Bien, no es necesario que me digas todo eso.

—¿Todo bien ahora?

—Sí, sin rencores.

Las dos se abrazaron. Carol y Libby estaban felices al ver que sus amigas se volvían a hablar. Tania ni siquiera estaba enterada de la situación.

 

Por otro lado, Mariela y Roxanna observaban a Henry…

—¿Ese de ahí es Melissa? No lo puedo creer.

—Mi magia es efectiva. Como podrás ver, ya no tiene manera de acercarse a Arturo.

—Yo veo que está sentada a su lado. Están más juntos que antes… —reclamó Mariela— Hasta me excluyeron de ese grupito, ahora ya son amigos de Luis y de… Melissa versión chico.

—Arturo no es gay, así que solo serán amigos y de ahí no pasará —remarcó—. Aunque… si puedes alejarlos, estaría perfecto. Después de todo, tú eres una chica.

—Eso es lo que haré.

Hubo un descanso.

 

—Justo cuando hablé con Melissa para que me ayudara a conquistar a Libby, no viene a clases…

Henry y Arturo pusieron atención a ese comentario. «¡Es cierto!»

—Creí que llegaría a la segunda clase, como siempre se le hace tarde… —dijo Arturo— ¿Por qué habrá faltado?

«¡Por fin! Ya se acordó de mí» Pensó Henry, muy alegre.

—Por cierto, Arturo, ¿te gustaría que te incluyéramos en nuestra salida? —preguntó Luis— La idea original era que nosotros tres salíamos y Melissa tenía que irse repentinamente, pero si vienes tú, puede que sea mucho más fácil para ambos.

Henry se sorprendió a escuchar todo esto y estuvo muy atento para ver la respuesta de Arturo…

—Una cita doble es muy apresurada, ¿no crees?

—Solo será una salida ‘entre amigos’, yo estaré con Libby y tú estarás con Melissa. Es una excelente idea, ¿no crees, Henry?

El mencionado se sonrojó rápidamente, pero tenía que contestar de la forma más natural posible…

—Sí… sí… es buena idea.

—Por cierto, ¿a ti te gusta alguien?

—¿Qué? —se exaltó por esa pregunta— Espera… —trató de calmarse— …a ti, a ti te gusta…

Arturo y Luis estaban atentos a la pregunta.

—A ti… ¿te gusta Melissa?

—Ahora que la mencionas, te pareces un poco a ella.

El comentario de Luis hizo que la respuesta a esa pregunta se fuera por completo, ya que ambos pusieron atención a su apariencia.

—Es verdad… pareces Rudy, pero más grande y pelirrojo —dijo Arturo.

—¡Chicos! Los he estado buscando por todas partes —llegó Mariela.

—¿Quién eres tú? —preguntó Luis.

—Soy la mejor amiga de Arturo, idiota —se acercó al mencionado—. Deja de juntarte con ese… Henry, ¿no sabes que es un ladrón?

—¿Un ladrón? —preguntaron todos sorprendidos, incluyendo a Henry.

—Tiene mala reputación en la escuela, por eso nadie le habla. Si te juntas con él van a creer que eres igual.

—Mariela, ¿Cómo puedes decir eso? Yo no creo que sea un ladrón —Arturo se puso enfrente de Henry, como para defenderlo.

—Roxanna dijo que no es de confianza, si quieres pregúntale a ella, seguramente si le creerás.

—¿Y qué se ha robado? ¿Por qué lo acusan así?

—Ah… eh… se ha robado… ah…

—Ni siquiera tienes nada que decir, parece que te lo estás inventando.

La chica se molestó. Eso de alejarlos le iba a costar trabajo…

—No puedes estar celosa de un chico, ¿o sí? —dijo Luis, de repente.

—¿Celosa? —la chica se sorprendió— ¡Tú no te metas! ¡Regrésate a tu país!

—¿Celosa? —Arturo también estaba sorprendido.

—A ella le gustas… ¿no lo habías notado?

Mariela, Arturo y Henry quedaron completamente sorprendidos. La joven estaba muy roja de la vergüenza…




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