La Reina de la Magia

Adiós, Dulce Escuela

Las inscripciones para el concurso estaban por cerrarse…

—Deberías participar… —sugirió Melissa, estando solamente con Arturo.

Las cosas con Christopher se habían aclarado. Él ya no tenía ninguna intención de llevar a cabo su plan, porque como había dicho, necesitaba de la magia de Roxanna. Los alumnos estaban muy interesados.

—¿Participar? ¿Para ser actor?

—Sí, no tiene nada de malo —dijo la chica—. O… ¿tienes pánico escénico?

—No es eso, solo que nunca me imaginé que algo así podría ser mi futuro.

—Solo inténtalo, son muchos los que participan a pesar de que solamente están tomando en cuenta a 5 grupos.

—De acuerdo, pero si gano, no te pongas celosa de las chicas con las que tenga que actuar —advirtió Arturo, en son de broma.

Melissa solamente rio. Arturo se inscribió y la mayoría de los alumnos entraron al concurso. Más tarde, la Alcaldesa daba un mensaje sobre el concurso, comprobando así, las palabras de Christopher. El ganador se daría a conocer el día de la Clausura.

En el salón, había mucha presión…

—¡No puedo creer que haya dejado el trabajo para el último momento!

—¿A qué te refieres con eso, Melissa? ¿No has hecho nada? —preguntó Libby, sorprendida.

—Ya es para pasado mañana —intervino Carol—. Yo tampoco he hecho nada.

Melissa y Carol estaban angustiadas.

—Oigan, chicas, ¿es verdad que Arturo entró al concurso para ser actor? —preguntaba Catherine, más calmada, ya que ella sí había trabajado en su proyecto final.

—¡Sí! Sí entró —respondió Melissa.

—Ya sabemos quién va a ganar —dijo Karen, mirando a Catherine.

—Arturo es muy guapo, estoy segura de que ganara él.

—¿En serio? —preguntó la pelirroja, dejando lo que estaba haciendo.

—¿Qué harás si gana? Va a estar rodeado de muchas chicas lindas —decía Karen.

—¿Por qué dicen eso? Él me quiere a mí.

—Es verdad, pero… no hay que confiarse.

—Oigan, dejen de meter sus malos pensamientos en esto —intervino Libby—. Ustedes están celosas porque no tienen novio.

—Ay, cállate Libby, solo porque sales con un gran heredero juzgas nuestra soltería —dijo Karen.

—¡Eso no tiene nada que ver!

—Chicas, no se estén peleando, ya son los últimos días en los que estaremos juntas —dijo Tania, con una actitud diferente a la que tenía cuando perdió a Ivonne.

—¿Desde cuando eres tan sentimental? —preguntó Carol.

—Es verdad —dijo Catherine—. Nuestro crew está por separarse. Hemos sido amigas desde el primer grado.

Todas se miraron, de repente les entró la nostalgia.

—A pesar de que hubo malos entendidos entre nosotras, nos seguimos apoyando. Somos mejores amigas.

—¡No puedo creer que vayamos a ir a universidades diferentes! —exclamó Karen, al no contener las lágrimas.

—Ustedes han sido mis mejores amigas —decía Carol, sollozando.

—Chicas… —Catherine extendió sus brazos para abrazar a una por cada lado.

Libby y Melissa se miraron, estaban tristes también.

—Las chicas ya se pusieron sentimentales por el cierre de año —notó Víctor—. ¿Qué va a ser de nosotros?

—No voy a llorar, eso te lo aseguro —remarcó Héctor.

—Los tres entramos al concurso, supongo que eso definirá el futuro de uno de nosotros si gana —comentó Arturo.

—Si tú fueras a ganar, Arturo, ¿ya no irías a la universidad?

—Claro que no, me dedicaría al 100% a esa carrera de actuación.

—Yo haría lo mismo —Héctor estuvo de acuerdo.

—¿Alguna de las chicas habrá participado? —preguntaba Víctor.

—Del grupo de Catherine, parece que nadie se apuntó.

La entrega de trabajos finales se llevó a cabo. Todos los del grupo de Melissa aprobaron el año escolar y estaban listos para graduarse. Habían pasado dos semanas, en lo que entregaban las calificaciones, para celebrar a la última generación del Colegio Área 22. Era un día lleno de emociones, tanto buenas como malas. Había tristeza por la separación de los mejores amigos, muchos irían a distintas universidades e incluso viajarían. Había tristeza porque al Colegio Área 22 le quedaban muy pocas horas. Había felicidad por una meta cumplida, ahora estaban por comenzar una nueva etapa. Había felicidad, nervios y entusiasmo por saber quién ganaría el concurso del Recording Studio. Era un día muy importante para Foreverfree City.

En el gran patio, con el escenario montado, estaban llegando los alumnos con sus respectivas familias. Se acomodaban de acuerdo a los asientos asignados, las familias debían estar separadas de los alumnos, quienes vestían sus togas y birretes.

—Muchas felicidades a todos, han logrado terminar la preparatoria —decía Luis a sus amigos—. Y ahora, si no quieren estudiar, estoy solicitando personal para la nueva sucursal.




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