—Gretta no es buen momento para decir eso.
—Estas de suerte —indicó Gretta, mostrando un cuchillo pequeño— traje esto conmigo, contiene veneno en la punta.
—Hay que pensar un plan.
El Dragón nos vio, tiró una carcacha de hielo, provocando congelar medio bosque. Empezaba a hacer frío y si no pensábamos algo cuanto antes moriríamos congeladas. Vimos una cabaña, corrimos hacia ella e hicimos un conjuro para protegernos del frío, prendimos la chimenea. Logramos ver cómo el humo de la chimenea lo alejó un poco de la casa y entendimos que el fuego era su debilidad. Con toda nuestra magia hicimos una bola de fuego con ayuda de la chimenea, el dragón cada vez se hacía más chico hasta que desapareció, en su lugar dejó una piedra brillante enterrada en la nieve que cayó de unos metros de altura.
—Freya, ¡la piedra Zafiro!
—Si pero todavía no cantes victoria, me acuerdo haber leído en el libro de mamá sobre la destrucción de la piedra zafiro —pasando hoja por hoja el diario de los hechizos—, acá repite conmigo.
<<Adolebitque>> dijimos, que significa quemar en latín, la piedra se puso de un color rojo, la colocamos dentro de la olla en la chimenea y fue tomando un color verde como lo indicaba el libro de hechizos, perdiendo su poder. Nos aparecimos en el castillo, las brujas gritaban atormentadas por el dolor en su piel, ellas también se volvían de un color verdes, con la luz del sol quedaban hechas polvo.
—¿Qué hicieron? mataron a mi dragón, ahora estan matando a mis brujas.
—¿Freya por qué no se encuentra en el mismo estado que las demás? —preguntó Gretta.
—Porque nos olvidamos de destruir la piedra por completo. Vos destruila, yo la distraigo.
Todos estos años buscando a mi mamá cuando ella la tenía cautiva, y también se había llevado a Killian <<¿por qué hiciste todo esto?>>.
—Me quitaron lo que más quería y en navidad, cazadores, como tu padre Nicolas, mataron a mi familia, quedé huérfana por culpa de tus ancestros y ahora todo el reino y el pueblo las pagará —tirándome al suelo con su magia, riendo desconsoladamente.
La bruja hizo aparecer a Killian en su momento más débil con marcas en sus muñecas, descalzo.
—No le hagas nada a ella, mátame a mi.
—Mejor ¿por qué no matarlos a ambos? —rio—. Eres hija de Nicolás y mereces la muerte.
—No —dijo Killian y la empujó desviando la magia del hechizo hacia otro lado.
—¡Bruja! ya te vencí —Verbena se dio vuelta sin ver venir su muerte.
Vi a Gretta escondida haciéndome señas, mostrándome su cuchillo envenenado. No era suficiente con destruir la piedra, el cuchillo envenenado debía tocar su corazón. Cuando la bruja Verbena se acercó para matarme, Gretta tiró el cuchillo hacia mí, logrando clavarlo en el corazón de la bruja; sus labios comenzaron a tornar azules, sus ojos negros.
—Mi amor —corrió hacia mi, haciéndome sentir segura—. Ven rápido, tu madre.
Corrimos junto con Gretta hacia los calabozos donde se encontraba mi madre, casi dos siglos sin verla. Estaba descalza, con esposas, ropa sucia, parecia frágil.
—Freya —dijo —sabía que lo lograrías, jamás dudé, ni por un segundo de ti mi niña.
—¿Mamá? —acercándome para liberarla y abrazarla con todas mis fuerzas, con lágrimas en los ojos.
Desde ahí la alegría en el reino y el espíritu navideño volvieron a aparecer. Mis papás estaban felices, Killian y yo como reyes. Jamás hubiera creído estar así, tan feliz y llena de paz, cazadora de toda criatura que tuviera magia negra. Nadie merecía sufrir todo lo que había sufrido de chica, así que le prometí al pueblo protección.
—Te amo hija, no quiero que olvides eso. Killian el valor para ofrecer tu vida, muestra tu amor hacia mi hija.
—Hija estoy orgulloso de todo lo que lograste, tu fortaleza nunca la pierdas. Killian no dudo de ti como Rey y esposo para mi hija.
—Gracias Señor y Señora Closs, Freya te amo con mi vida y lo daría todo por ti.
—Esta historia recién comienza —lo besé.
“El amor y la magia de navidad lo puede más que todo, feliz navidad, y que todos sus sueños se cumplan ”.
Fin