— Princesa Cheelai, soy la Gran archiduquesa Yuli, como sé que recién viene integrándose a la vida de la realeza, si usted lo desea puedo enseñarle los modales de la corte. Y no se preocupe por usar esa ropa tan vulgar, puedo pasarle algunos conjuntos míos, deberemos mandar a arreglarlos, ya que soy más delgada y alta que usted
— De entrada, no soy princesa, soy LA REINA — puntualizó — si necesito saber algo veré quien es más idóneo para ayudarme de la corte. Y por último si quiero ropa adecuada a mis nuevas funciones se los pediré al costurero real, que según me dicen puede tenerme un guardarropa nuevo en un día. Así que puede guardase su ropa usada — cruzó los brazos agresivamente.
La otra no pensó que la recién llegada le respondiera así, por un segundo pareció que iba a gritarle, luego se calmó y sonrió de manera dulce, aunque sus ojos no habían perdido la rabia de hacía un segundo.
— No quise molestarle, solo quería serle de utilidad.
— Más ayuda quien no estorba — susurró — fue un gusto Arquiduquesa.
— Soy la Gran Archiduquesa, fue un placer su majestad.
Al salir Yuli miró al joven musculoso, le sonrió y le guiñó un par de veces un ojo, por suerte Cheelai no se dio cuenta. Broly parpadeó y miró al viejo que sonrió nervioso.
Luego los demás dignatarios del lugar se acercaron a conversar y presentarse con la gobernante, Lemo y Broly se apartaron, conversando entre ellos para no aburrirse.
— Esa tipa no me gusta, muy prima de Cheelai será, pero es muy pesada, le dará problemas.
— También es torpe, algo le cayó al ojo, parpadeó mucho cuando se iba.
— Sí, eso debe haberle pasado.
Después el sayayin sólo movía la cabeza y asentía a cada comentario que hacia el hombre mayor sobre quien conversaba con su amiga. En la cena, Yuli se sentó al lado de Broly y trató de conversar con él, pero Cheelai, apenas vio las intenciones de su prima, ordenó cambiar los puestos, la Gran Archiduquesa quedó sentada al lado de Lemo.
Todos en el lugar se miraron nerviosos al ver lo celosa que se puso la Reina, y susurraban algo sobre el general. Por fin cuando todo terminó los tres se fueron a dormir, durante la madrugada todos despertaron con el estruendo de un proyectil que golpeó cerca del palacio.
Apareció el General Lailo, impecablemente vestido, como si no hubiera estado durmiendo.
— La cúpula protectora contuvo la mayoría de las bombas, su majestad debe ir a la sala de guerra y activar el arma principal para detener el ataque y demostrar que puede hacerla funcionar.
— ¿Quién nos ataca? ¿Freezer?
— Son los rebeldes, por favor alteza, debe acompañarme inmediatamente.
Broly, al ver que pasaba salió volando a derrumbar las naves, mientras Lemo fue con Cheelai, ya que no podía hacer nada para ayudar.
En la sala de guerra, se abrió un cubículo especial donde la muchacha vio un espacio con forma de manos.
— Por favor, su majestad, póngalas allí.
Ella sin entender mucho lo hizo, en ese momento un rayo salió y congeló una de las naves
— ¿Qué diablos pasó?
— Activó el arma principal, solo los descendientes directos de la familia real puede hacerla funcionar. Esos quieren hacerse con el control del gobierno derrocando al gobierno provisorio, con la excusa que no hay nadie de la línea real, pero ahora no podrán hacer nada contra usted.
En el cielo Broly seguía luchando, trataba de controlar su poder, pero cuando se dio cuenta que no había humanos dentro, perdió el control, por esto muchos escombros cayeron en varios sectores del lugar. Cuando por fin recuperó su conciencia, sintió que el ki de Cheelai había bajado mucho, así que se dirigió hacía allí.
Al llegar vio a Lemo que estaba fuera de una habitación con expresión complicada.
— Ella fue herida por un pedazo de una nave, pero no es grave — fue lo primero que le dijo el anciano al sayayin para tranquilizarlo.
— Lo siento yo... soy un bruto.
— No te preocupes, solo fue un accidente.
— Que se repite siempre que estoy cerca, debí morir en Vampa.
Broly quiso entrar, pero al abrirse la puerta, el General salió con gesto molesto.
— Necesito hablar con usted.
— Quiero ver...
— Venga.
Luego de la conversación que sostuvieron los hombres, Lemo vio a Broly tenso, pensativo.
— Que te dijo ese estirado
— Nada importante, voy a estar allí.
— ¿No quieres entrar?
— Prefiero que esté tranquila mientras duerme — se alejó volando.
— Qué diablos le habrá metido en la cabeza ese tipo.
Toda la noche el sayayin se quedó volando en la punta de una torre, ni el viento ni el frío parecían hacerle mella, a pesar que tenía el torso descubierto, a la mañana siguiente, por fin Cheelai despertó.
— Que bueno que está bien su Majestad — masculló la prima — sino nadie más podría usar el arma principal si vuelven a atacarnos.
— Tú también puedes usarla, "querida prima".
— Solo los descendientes directos pueden. Como serás la nueva gobernante deberías aprender todo sobre tus poderes y las leyes de TU PUEBLO, la dejo para que descanse su alteza.
Al salir miró al cielo y vio al joven allí, se acercó lo más que pudo y espero que la mirará, cuando lo hizo ella lo llamó con la mano.
— La Reina está bien, puedes ir a verla si quieres.
— Gracias, pero me quedaré aquí — lo vio tan triste que se le partió el corazón a la Gran Archiduquesa.
— La quieres mucho ¿Verdad? — cuando él asintió, sus ojos se llenaron de ternura, para ponerse nuevamente duros al segundo — es mejor que te vayas sino sufrirás mucho.
Él quedó mirando a la mujer alejarse rápidamente. La Reina apenas pudo moverse bien, hizo llevar a Broly a su presencia.
— No estés así — dijo al verlo cabizbajo, muy pensativo — no fue tu culpa.
— Ambos sabemos que sí, debo alejarme de ti, así nadie te volvera a hacer daño.