Sus ojos azules se enfocaron en su tío, cual caía desmayado sobre el césped, sabía que todo había acabado pero que ahora, ella era la portadora de la llave de aquel poder, que llevaría el peso de la corona como la Reina de los siete Aquelarres, la Reina de las Sombras pero no estaba feliz por haber encerrado aquellos demonios, por primera vez se sentía sola, no podía sentir a los ancestros o viejos espíritus, todo lo que conocía y amaba, lo había perdido aquella noche de Samhain o como los humanos le decían: el día de las brujas, Halloween.
En la mañana siguiente, los Aquelarres estaban ya por partir, y aunque saliera a despedirse, no sabía que procedía ahora, si ellos iban a jurar lealtad ante ella hora que era la “Reina” o algo parecido, pero no, la trataron normal, pero agradecían la manera en que había tomado cartas en el asunto y como no había dejado que todo se arruinara.
—Morgana —dijo Robert, buscando su atención — anoche, solamente es el momento en cuando nuestra magia es más fuerte, sino tambien el único momento en que los seres supernaturales pueden caminar al lado de los humanos, sin miedo… Trato de cambiar esto, y espero que puedas colaborar con el proyecto del nuevo mundo
Robert le ofreció su mano, como despedida tras su invitación, ahora que era una hechicera independiente, en busca de su propia identidad en el mundo no sabía si estaba preparada para lo que creía que era el plan de Robert: la gran revelación de la magia al mundo, quitar la venda o levantar el velo que ocultaba a todas las criaturas supernaturales que se ocultaban, tratando de mantener una vida humana.
Realmente no tenía ganas de decir alguna respuesta clara, solamente que lo pensaría. Antes de ingresar nuevamente a su casa, observo a su tío Joffrey, esposado, ni siquiera se atrevió a decir algo, solo bajo un poco la mirada y tomo rumbo a su habitación.
Sabía que los Van Kirk necesitaban un nuevo líder, no sabía si su padre tomaría las riendas que dejo su hermano, o si su abuelo regresaría de su retiro, solo sabía que Alaric era muy joven y ella, a pesar de que había derrotado a su tío con el favor de los ancestros, ya no estaba ligada a ellos, asi que solo le interesaba ir a la tienda de Marcos a comprar unas donas.