La Reina De Los Demonios

Acampando.

 

 

Tan solo eran las 7 pm y la oscuridad de la noche rodeaba el bosque. Hacia frio, pero era soportable. Mia me presto un par de prendas, por suerte me quedaron. Mia me guía por el camino oscuro de la noche, al parecer ella conoce esta zona del bosque. Para en seco y analiza el lugar. Un bonito rio está enfrente de nosotras, el sonido que emite me da tranquilidad. Mia suelta sus cosas y se voltea hacia mí.

-Este es un buen lugar, aquí acamparemos. –Dice con una sonrisa.

-Excelente. Deberíamos aprovechar la luz de la luna para explorar lugares.

-¿Estas segura?

-Sí, o ¿Acaso tienes miedo?

Se rio nerviosa un momento e hizo un movimiento con su cabeza.

-Claro que no tengo miedo. –Me dio una linterna y empezó a caminar. – ¡Vamos! –Me indico con su cabeza.

Le sonreí y empecé a caminar junto a ella.

 

La luz de la luna iluminaba algunos lugares del bosque. En el transcurso del camino me sentía tranquila. Mia me indicaba con su mano, el lugar donde la gente viene a cazar a menudo, el lugar donde es mejor acampar, y la mejor zona para pescar.

-¿Qué edad tienes, Mia? –Me adelante un poco en el camino.

-Tengo 17 años. Hace unos meses los cumplí...

-Tu padre debe ser muy sobreprotector contigo, o ¿Me equivoco?

-No te equivocas... Él es así... Siempre lo ha sido... Incluso cuando mi madre seguía viva. Aunque ya estoy mayor para que me trate como una niña pequeña.

-Aun te ve como su pequeña bebé, seguro no quiere que nada malo te pase...

-Sí, pero no me gusto... Ya estoy harta de su comportamiento.

-Debes de alegrarte. –Le di una sonrisa. –Mírame, yo no sé si tengo familia, no sé si tengo a alguien esperándome en algún lugar, o quizás alguien que me quiera. Pero tu si... Y debes de estar feliz por ello.

-Es cierto... Pero el problema real es mi madrastra... Quiero deshacerme de ella...

-Luego encontraremos la manera de hacer eso...

 

Dejamos de hablar para continuar concentrándonos en el camino. No sabía si nos adentrábamos más al bosque o salíamos de él. Voces se escucharon a unos metros. Unas luces no estaban tan lejos.

Había una casa cerca del lugar y al parecer estaba habitada. Pudimos ver que aquella casa estaba junto a una carretera. Mia permanecía tranquila como si no le importara. Aun lado de la casa se podía ver dos columpios, los cuales permanecían niños jugando y balanceándose en él.

Mia camino en dirección a esa casa y yo la seguí. Al parecer ya había venido antes a este lugar.

 

-Aquí viven unos amigos de mi madre. –Comento Mia. –Hoy es sábado y supongo que están viendo el partido.

 

Seguimos avanzando cada vez más, rodeamos la casa para ir al patio trasero, en donde estaba al menos 20 personas viendo un partido de futbol. La casa era bonita por fuera. Transmitía alegría y tranquilidad. Mia fue a saludar a unas cuantas personas mientras yo iba hacia el columpio donde estaban los niños.

Había un chico de al menos 16 años el cual le ponía cuidado a los niños pequeños de que nada les pasara. Al verme, el chico frunció el ceño y se acercó a mí.

 

-Buenas noches... ¿Desea algo? –Dijo un poco hostil.

-Buenas noches, no, gracias. Solo estoy esperando a una amiga. –Le conteste amablemente.

-¿Qué hacen aquí tan tarde? Parte del bosque se pone peligroso a estas horas.

-Es que-... –Mia apareció interrumpiendo la pequeña conversación.

-Harry... Ya veo que conociste a... Mi amiga.

-Mia, ¿Qué haces aquí? Sabes que es peligroso andar por el bosque, y mucho más de noche.

-Tranquilo, en la zona en la que estamos es segura... Si me disculpas iremos a ver algo que está cerca de aquí...

Mia tomo mi mano, jalándola levemente para guiarme por el lugar. Vi por última vez al chico, el cual me fulminaba con su cara y tenía sus puños un poco apretados. Pasamos nuevamente por el jardín trasero de la casa y le dije a Mia.

-El partido queda 2-0 ganando el equipo al que ellos están apoyando. –Señale.

-Yo creo que quedara 0-0. Dudo que ganen.

Sonrió y siguió guiándome por el lugar. No tan lejos pude visualizar unos tubos un poco grandes. Al acercarnos pude ver que estaban oxidados, pero que eran realmente grandes. Mia escalo hasta subirse a uno de ellos y me tendió la mano para que yo también subiera. Al estar arriba ella soltó mi mano y pateo un poco él tubo para verificar que estuviera estable y pudiera con nuestro peso.

-Esto era un antiguo acueducto. –Me comento. –Ahora no sirve... Y crearon uno nuevo, pero este no lo quitaron y ha permanecido aquí mucho tiempo... oxidándose poco a poco hasta que se derrumbe por completo.

-Y eso. –Señale con mi dedo. – ¿Esas vías aún se utilizan?

Se volteó para ver lo que señalaba y me dijo.

-No, esas vías del tren se dejaron de utilizar. Curiosamente esas vías llevan a uno de los pueblos a los que quieres ir. Creo que lleva a Satford.

 

Visualice bien el camino. Algo me decía que tenía que ir a ese lugar... a Satford.

Algo en mí, me decía que tenía que utilizar esa ruta para ir a Satford. Que probablemente encontraría respuestas a mis preguntas.

Deje a un lado estos pensamientos para concentrarme más en Mia. Ella empezó a caminar por encima del acueducto, yo la seguía sin decir nada. Luego de unos minutos, Mia se acostó en el acueducto, mirando las estrellas. Yo miraba el bolso bandolera para ver si podía encontrar más cosas. Mi mano toco algo frio y metálico, lo agarre rápidamente y lo saque del bolso. Pude ver que eran un par de llaves.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.