-FLASHBLACK-
Él y yo permanecíamos corriendo por el bosque, lo único que podía escuchar era el sonido de los pájaros y su agradable risa, él era lo único que había tenido desde que nací, o eso creía. El me había enseñado todo lo que sabía, gracias a él encontramos nuestro camino en el cielo, aunque pertenecíamos ahí, permanecíamos en la tierra. Sabíamos que nuestro propósito era cuidar a los humanos, o bueno, ese era el propósito de él...
En un momento mi sonrisa desapareció para que luego apareciera una mueca de tristeza, él se acercó y me abrazo.
-Tranquila hermanita, luego estarás feliz cuando Dios te reciba en sus cielos divinos. –Comento.
-Otro Flashblack-
Estábamos todos en una pose militar, había al menos 3 filas de ángeles por el lugar, los principiantes, los ángeles, y los arcángeles. Incline mi mirada para poder encontrarlo a él. Lo vi en la fila de Arcángeles, empecé a mirarlo de pies a cabeza, él tenía todo para ser perfecto, sus alas eran divinas y aún más grandes que los ángeles, en cambio yo...
Mire sobre mi hombro para ver cómo eran mis alas, eran pequeñas, yo no tenía una armadura dorada como él, simplemente una túnica blanca con un broche de oro. Él tenía el trabajo de ayudar a los humanos y defenderlos de todo mal, mientras que yo... Simplemente tendría que ver en que podría ayudar.
-Otro Flashblack-
Había escuchado que un grupo de demonios amenazaba un pueblo pequeño de la tierra, mi hermano estaba en aquella misión de derrotarlos, así que me escabullí de los cielos para ir detrás de él.
No pudieron encontrarlos, así que tuvieron que retirarse, mi hermano había olvidado su espada en una zona de aquel pueblo así que la tome, poco después encontré a aquellos demonios y me enfrente a ellos, pude derrotarlos y salir ilesa. Me había gustado aquella sensación, pero sabía que ese no era mi trabajo, y que probablemente recibiría un leve castigo por desobedecer órdenes mi superior.
-Otro Flashblack-
Decidí no volver al cielo por un tiempo, aunque tenía el permiso de quedarme cierto tiempo en la tierra. Mi hermano se enojó conmigo cuando supo que tome su espada, le dije que la había perdido, cosa que era mentira, en realidad la había escondido, no podía creer que ahora estaba pecando.
Fui a una iglesia mundana y rece por el pecado que había cometido, escuche la voz de Dios resonar en mis oídos, diciendo que me perdonaba pero que no lo hiciera de nuevo.
-Otro Flashblack-
Dios vio mi potencial así que me asigno la tarea de ir con los arcángeles a sus misiones. En una de esas misiones conocí a Bel, el hombre que robo mi corazón, al principio lo vi como una escoria andante pero luego de pasar más tiempo con él. No se me estaba permitido hablar o interactuar con este tipo de personas, pero igual lo hice.
-FIN DEL FLASHBLACK-
Me levante un poco mareada, mi vista se aclaró y pude ver a Bill a unos metros de mí. El rubio se mantenía afuera de la habitación con los brazos cruzados, yo estaba en aquella habitación con notas en la pared.
-Al fin despiertas. –Comenta Bill. –Tu amiguito te trajo anoche. –El rubio frunció el ceño. –Bien hecho, lo encontraste. –Sonrió.
-¿Qué paso anoche? –Cerré mis ojos por un momento y luego los abrí.
-Ah... Tomaste unas cuantas copas y te emborrachaste, respondí a algunas de tus preguntas y luego te quedaste dormida. –Sonrió.
-¿Por qué no entras, muchacho? –Dijo Bill con una sonrisa maliciosa.
El rubio miro la habitación por un momento poniendo uno de sus pies delante de la puerta y luego atravesándola, vi como apretó su mandíbula por un momento y luego sonrió acercando se a mí, Bill frunció el ceño.
-Iré a bajo, tengo que ver la tienda por un momento, luego volveré. –Fulmino al rubio por un momento y luego Bill se marchó.
-Oye, preciosa. –Dijo con un tono cálido. –Iré a “Hans Bar” esta noche con un amigo, puedes venir si quieres, puede que recuerdes algo ahí...
-Está bien... Iré. –Le sonreí.
-De acuerdo, te recogeré a las 11 pm. –Puso su mano en mi mejilla y la acaricio por un momento contemplando mis ojos.
Dio media vuelta y se dirigió a la puerta de la habitación para luego desaparecer por el pasillo.
Escuche como el viento me susurro: << Eres lo mejor que me ha pasado. >>
-FLASHBLACK-
Él y yo bailábamos al ritmo de la música en medio del bosque, me hizo girar sobre mis talones y acercar su cuerpo al mío, él y yo sonreímos por tenernos el uno al otro. Puso una flor en mi cabello y luego me dio un pequeño beso. Acerco su boca a mi oído y me susurro.
-Eres lo mejor que me ha pasado...
-FIN DEL FLASHBLACK-
Sentí como mi piel se erizaba, segundos después apareció Bill con dos refrescos en sus manos, miro la habitación un poco desconcertado.
-¿Y tú amiguito? –Se acercó dándome el refresco.
-Se fue hace unos segundos.
-No lo vi, acabo de estar en el pasillo y estaba vacío...
Tome un poco de mi refresco mientras pensaba, la única salida era por aquel pasillo y ya. ¿Cómo pudo haberse ido? Sin que Bill se diera cuenta.
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Editado: 11.01.2022