La Reina de los Diamantes

Capítulo 4

Capítulo 4

Austin enterró la cabeza en la almohada y se esforzó por ignorar el timbre de su teléfono que sonaba como por décima vez esa mañana. Estaba seguro de que era Max informándole sobre el paradero de algún otro intento de publicidad gratuita. En la doceava decidió responder al fin.

—Más vale que…

—¡Austin! —gritó Ariana desde el otro lado de la línea telefónica. —¿Me puedes decir a qué estás jugando?

—¿Ariana? —respondió Austin con voz atontada. —Estoy soñando, ¿verdad?

—Pues si no arreglas esto para final del día, haré de tú vida una pesadilla —le advirtió Ariana profundamente disgustada.

—¿De qué rayos estás hablando? —preguntó Austin al tiempo que se levantaba de la cama.

—No te hagas el que no sabe. La noticia de nuestra boda está por todas partes.

—¿Qué? —replicó él con incredulidad. Ariana siguió hablando, pero él se alejó del teléfono para buscar el control remoto y encender la televisión.

A pocos días de que Austin Lawrence y Ariana Allen fueran descubiertos juntos ante las cámaras, el secreto ha dejado de ser secreto. El día de hoy han anunciado oficialmente su compromiso…

Austin quedó petrificado.

Según fuentes, la pareja se conoció hace alrededor de cuatro años por un amigo en común, siendo hasta hace tres años que la relación entre ellos llegó a formalizarse, sin embargo, se vieron obligados a mantenerlo en las sombras por el temor de poner en riesgo el ascenso de la carrera de la joven empresaria…

—¿Cómo ha pasado esto? Se suponía que…

—Hasta el momento, mi único sospechoso eres tú —le cortó Ariana.

—¿Yo? —repitió Austin. —¿Te has vuelto loca?

—Tú vives del escándalo. Y este escándalo te daría para un par de años. ¡Es más! Empiezo a creer que fuiste contratado para hacer esto. Los espías industriales pueden tener más de un uso.

Austin no podía creerlo. ¿Cómo se atrevía a acusarlo de algo como eso?

—No puedo creer que hables en serio. ¿Espionaje? ¿Qué se supone que ganaría con eso?

—Unos cuantos millones de dólares, seguro. Mi cabeza vale mucho más de lo que te puedes imaginar.

—¡Pues la mía también vale mucho más de lo que te puedas imaginar! Mejor dime, ¿por qué soy el único sospechoso? Tú también pudiste hacer esto para ganar publicidad para tú empresa —le recordó Austin igual de disgustado.

—¿Eso no tiene ningún sentido? —exclamó Ariana furiosa.

—Pues tampoco tiene ningún sentido el acusarme de ser un espía.

—Y si no fuimos nosotros, entonces ¿quién pudo ser?

Austin soltó un suspiró. —Esto tiene que venir de uno de los que estaban en esa sala además de nosotros. Puede que…

—Bob Carvajal —soltó Ariana de repente.

—¿Quién?

—Bob es el tipo que no dejaba de acusarte de ser un playboy durante la entrevista—le recordó Ariana. —¡Diablos! ¿Cómo no lo vi venir? Hace dos años inventó un escándalo parecido entre uno de los miembros de Tem-Pest y Elle Davidson. Seguramente quiso repetir su éxito en ventas.

—Cielos. Y yo que pensé que no te interesabas en la farándula —le dijo Austin ya con un tono más relajado y casi divertido. —Pienso que ese debe ser su estilo. Inventar chismes sobre parejas que son como el agua y el aceite. Dime, ¿qué pueden tener en común un amante del rock y una escritora?

—Tenemos que encargarnos de esto pronto —Ariana ignoró la pregunta de Austin.

—Seguro. ¿Qué sugieres?

—Hay que hablar personalmente. ¿Dónde estás?

— ¿Piensas pasar por mí? Me halagas.

—Sin bromas Austin. ¿Dónde estás?

— En mi cuarto de baño.

—Debemos reunirnos en un lugar neutral.

—Lástima. Y yo que iba a esperarte con la botella de champagne que guardo para ocasiones especiales.




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