La Reina de los Diamantes

Epilogo

— ¡En verdad pagaría por ver esa escena en vivo! —decía Axel en medio de un ataque de risa. —Imagino los periódicos de mañana: “Estrella de Hollywood recibe un K.O de su esposa por deficiencia conyugal”.

Eric enarcó una ceja. —¿Es en serio? No creo que vendas un solo ejemplar con eso.

Axel se encogió de hombros. —Bueno, el título aún está en fase de creación.

—No te esfuerces demasiado. Seguro terminarías preso antes de que tu brillante nota amarillista viera la luz del sol —bromeó una chica de atuendo gótico y cabello negro con mechas lila sentada justo detrás de Eric.

Todos rieron en la habitación, exceptuando Ariana.

—Realmente no veo que tiene de divertido —dijo ella con los brazos cruzados.

—Lo que pasa es que eres muy aguafiestas —se quejó Axel. —Deberías aprender a relajarte un poco.

—Y tu deberías apresurarte a madurar —dijo Tavo finalmente.

—¡Genial! Otro aguafiestas.

—Y a todo esto, ¿por qué no has querido cambiar con Alana? —preguntó la chica de pronto. —Bien podría haberte cubierto el tiempo necesario y volver a cambiar mañana tranquilamente.

Si, esa hubiera sido lo mejor que hubiera podido hacer, se dijo Ariana. Sin embargo, también existía la posibilidad de que Austin se diera cuenta del cambio en cualquier momento y así todo el plan se hubiera desbaratado.

Aunque quizás no hubiera sido algo muy grave. El peor escenario posible era un secuestro perfectamente organizado dejando a una impostora para asegurarse de dejar secas las cuentas de los Allen.

Ariana suspiró. —No lo creo Alina, además ya les dije la razón por la que es mejor dejarlo así por algún tiempo.

—Sí, ya nos dijiste que fue para salvar tú “pequeño secreto”, pero ¿no crees que ya has ido al extremo?

—Axel, considero que, en tiempos desesperados, medidas desesperadas.

—Yo solo tengo una pregunta —dijo Eric que ahora estaba detrás de Tavo sentado frete a la batería. — ¿Crees que es posible permanecer atrapada en esta vida secreta ahora que te casaste? Lo quieras o no, llegará el día en el que tengas que contarle todo a tu esposo.

—Cierto. Después de todo podría hacerte demasiadas preguntas cuando tengas que ausentarte de la casa por las noches—dijo Axel en medio de una risita.

—Todo el asunto lo tengo controlado. Claro, a excepción de sorpresitas como esta. Por tanto, Austin no tiene porque involucrase en nada, además, ¿olvidan que es Ariana Allen la “esposa” de Austin Lawrence? Ni Mery ni Elle tienen porque involucrarse en el asunto.

— ¿Y qué piensas hacer si descubre todo algún día? —dijo un chico de jeans y camisa negra detrás del teclado.

—No tiene por qué descubrir nada Gabael. Ya les dije, las tres somos personas totalmente diferentes. Ahora mejor aprovechemos a calentar un poco nuestros motores.

—De acuerdo —respondieron todos.

—Un-dos-tres—guio Eric con las baquetas y empezó a golpear los platillos.

Instrumental




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