La reina del cementerio

Capitulo 28

Cap 28

Ricchi trató de levantarse. La cabeza era frágil como cascara de huevo. La nuca estaba pegajosa de sangre. El chico se sentó en una silla.

Padre de Ela estaba sentado en la cama al lado de su hija. Le miraba a la cara.

La madre evitaba mirar a Ela, a Ricchi, al marido y a todo el mundo. Solo observaba la decoración de cortinas que cubrían la ventana. La mujer estaba nerviosa, cada rato acomodaba su pañuelo negro.

Ricchi apretó fuerte la sien tratando de calmar el dolor de cabeza.

- ¿Por qué ustedes no me creen? ¿No ven que Ela no está muerta?

Jerome lo miró como a un loco.

- ¿Parece estar viva? – dijo él - te digo una cosa chico. ¡Mejor cierra la boca antes que te tire por la ventana! Ya aguanté bastante tus locuras. Tuve mucha paciencia, pero ya se me agotó. Secuestraste el cuerpo de nuestra hija y estás jugando con él. Estas muy mal de la cabeza. Mira, hasta le cambiaste la ropa.

Ricchi miró a Ela. Se acordó el momento cuando Ela probó este jean y la blusa. Como se reía ella mirando al espejo.

Una angustia le apretó fuerte el pecho de Ricchi.

Él deseaba que Ela se levantara, abriera los ojos y que se terminara esta pesadilla que ellos dos estaban pasando.

"¿Sera que los padres de Ela tienen razón? ¿Y que yo estaba alucinando? ¿Y qué saqué el cuerpo del sepulcro?" - pensó el chico. "Pero no puede ser. Todo lo que pasamos juntos fue real. Tan real como la vida misma. Como el dolor físico. Como el amor verdadero. Y yo la amo a esta chica. No aguanto estar sin ella. No puedo verla así. Saber que se está muriendo. Voy a luchar. Y ahora la clave es - elixir".

- Escúchenme - dijo Ricchi - Solo les pido que hagan último intento. No cometan el error de matarla. Yo la amo igual que ustedes. Estos días pasamos juntos con ella. Ela está viva.

Jerome lo miró con mucha lastima.

Rascó la barba.

Sacó el celular.

Marcó el número.

La mujer le clavó al chico una mirada de odio.

Esperando que le atienden la llamada Jerome otra vez observó a su hija. Parece que quería aprovechar de verla una vez más hasta perderla para siempre.

Los ojos del hombre brillaban de lágrimas.

Miró la cara de la chica muerta.

Tocó la mano del cadáver que era su hija.

De repente soltó la mano de Ela y se levantó de un salto.  El celular se cayó al piso.

Muy sorprendido el hombre miró a Ricchi.

- ¿Por qué esta tan fría? - pregunto el hombre.

Ricchi suspiró.

- Porque no está muerta. Solo necesita un tratamiento para poder levantarse.

Jerome se sentía perdido. No sabía en que creer.

La madre se Ela lo miró sorprendida al marido.

Padre de Ela estiró la mano y toco la cara de la chica.

- Está helada. ¿Que le paso?

- Le puedo contar - dijo Ricchi, - pero mejor que lo haga la doctora.

- ¿Que doctora?

- La mujer que puede resucitar a su hija.

Ricchi sacó su celular. Empezó a marcar el número.

La madre de Ela se acercó al hombre.

- ¿Qué te pasa Jerome? ¿Porque haces caso a este loco?

- Cálmate Mary, solo quiero entender que esta pasando. Hay algo que no me cierra.

- Tengo que llamar a un abogado - dijo Ricchi - tenemos poco tiempo.

En el piso "se despertó" el celular de Jerome.

"¿Hola? Hola Jerome, ¿hola?" - se escuchaba la voz de Herbert.

 




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