Cap 46
- No se asuste – dijo Tom – igual no tiene opción.
- ¿Y en que consiste la coronación? – preguntó Ela e instintivamente agarró a Ricchi de la mano.
Ricchi apretó la mano de la chica.
- No sé – dijo Tom, movió el cigarrillo entre los dedos y de repente lo tiró al piso. – Dicen que es la primera vez que van a nombrar a una reina. Algunos viejos "crimson" escribieron un "estatuto sagrado". Allí están los detalles de la ceremonia.
- ¡Pero deme alguna idea! – Ela estaba desesperada.
- No tengo ninguna, señorita Dickens. Lo único que puedo decir que no será fácil. Para subir al trono tiene que pasar las pruebas. Son tres. Y tenga en cuenta que hay algunos "crimson" que no le desearán suerte. No quieren que aparezca una reina en el trono. Es una simple lucha por el poder.
Ela asustada tapó la boca.
Ricchi abrazó a la chica de la cintura.
- ¿Podemos empezar a movernos? - dijo el chico. - Tenemos poco tiempo, ¿verdad?
- Si – dijo Tom – vamos al palacio.
- ¿Qué? – pregunto Ricchi.
- Al palacio - repitió el hombre.
- ¿Y dónde es esto? – dijo Ela. – No me acuerdo de ningún lugar en esta ciudad que podría asemejarse a un palacio.
Tom sonrió.
- Está bien escondido.
- ¿Dónde?
- En el cementerio.
- ¿Dónde?
- Usted me escuchó bien...abajo del cementerio.
"Es una ciudad de locos" – pensó Ricchi – "me gustaría despertarme y saber que todo ese horror solo estaba soñando".
Ricchi suspiró y miró a Ela.
- Vamos allá.
Tom subió a su auto. Ricchi y Ela al suyo. Ela otra vez se sentó atrás y tomo la mano de su padre. El cuerpo de Jerome ya era de color gris oscuro.
Arrancaron los autos. Ex policía iba adelante guiando a Ricchi.
El día se hizo gris. Las nubes color plomo encerraron el sol.
Por el camino Ricchi estaba observando a Ela por el retrovisor. Ella estaba mirando por la ventana. Sin nada de emociones en la cara. Se le pasó el susto. Estaba resignada. Solo tenía una mirada vacía. Ninguno de los dos sabía que pasará en las próximas horas.
En un rato llegaron al cementerio.
"Otra vez este espantoso lugar" – pensó Ricchi y paró el auto tras Tom.
Salieron de los autos.
- ¿Mi padre? – dijo Ela a Tom.
- No se preocupe. Nos encargamos. Lo van a congelar hasta que consigamos el elixir.
Dame la llave del auto – dijo a Ricchi.
Ela froto las manos por los hombros. Parecía que le dio frio solo al escuchar del congelador.
Caminaron hasta la entrada.
Al lado de una de las puertas estaba sentado un mendigo. Los miró con interés a los tres, se detuvo un rato en Ela y estiró la mano a Tom pidiendo limosna.
Sin detenerse Tom le tiró a la palma las llaves de los autos. El mendigo se levantó rápido, asintió la cabeza en un gesto de obediencia y se fue a los vehículos.
Tom y los chicos entraron al cementerio.
El lugar se veía muy tétrico por la iluminación que llegaba del cielo gris. Las tumbas, las cruces y las criptas guardaban silencio y secretos escondidos.
Ricchi se acordó la vez pasada que estuvo acá. Como durmió en un sepulcro. Se acordó cuando vio a Ela en la tumba.
Caminaron hasta el medio del cementerio.
- Llegamos - dijo Tom y se detuvo en frente de una cripta muy vieja. Era de dos puertas. En el techo tenía escultura de un ángel sentado que los miraba con sus ojos tapados de moho.
El hombre abrió la puerta adelante de Ela.
- Bienvenida al palacio de los "crimson".
Ela lo miró con resignación e hizo un paso adentro.
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Editado: 27.09.2019