La reina del inframundo.

3. Nuetros sueños.

Cuando llegamos a la casa veo en la ventana a Liam. Bajamos y vamos caminando sale y me abraza.

-tia papa…

Llora y lo abrazó, camino para adentro.

-mi niño nada te va pasar solo tenemos que cuidarte este mes. Luego serás libre.

-Mila pero un mes…

-Franco esta casa está totalmente blindada y nadie de la familia sabe dónde está, así que mientras esté aquí nada le pasará. O piensas algo diferente.

-no tu eres muy buena. Gracias por ayudar a mi chico.

-Solo les pido que se amén y cuiden ese amor no tengo problema.

-tía pero papá…

-Tu papá y yo arreglamos nuestros problemas. En algún momento va entender. Ustedes sean felices. Voy a mi habitación. Franco por favor tu teléfono y nada a tu familia.

-Bien.

Camino veo mi jardín y mis flores. Me imagino que mi bebé correría por el pasto y Gabriel tras de él. Entró rápido a mi habitación y me dejó caer en el suelo. Me duele haber discutido con él. Pero su hijo merece ser feliz.

Pasan los minutos cuando respiro siento el golpe. Pero él me entrenó para no sentir.

Tocan la puerta, me limpio mis lágrimas. Respiro profundamente para que nadie me escuche mal.

-Vamos a comer.

-Ya bajo.

Entró al baño y me tomó una ducha rápida para intentar limpiar mis ojos. Mi casa es hermosa, bajo y veo a Franco en la cocina y mi grillo coloca la mesa.

-Ya mañana llega el personal.

-¿de quién es la casa?

-de… mia hijo, tu tío Gabriel la compró para nosotros.

-¿nosotros?

-tu tío era mi esposo eso nadie lo sabe.

-pero eres su hermana.

-Es una historia larga y fea. Pero ellos me adoptaron cuando salvé la vida de tu abuelito y tu papá. Tenían 12 años.

-Ya entiendo. Pero nunca vi fotos de su boda.

Lo tomó de la mano y lo llevó a mi estudio en ese lugar tengo todos mis recuerdos. Le muestro nuestra imagen del registro Civil. Sacó la pequeña caja de nuestros anillos, nuestra acta de matrimonio.

-No hubo fiesta.

-Ve la edad que tenía. Nadie lo supo. Comimos en un local de comida rápida y brindamos con jugó. Teníamos una misión. A ti si te conté pero eras un bebé.

-Ya entiendo.

Le sonrió guardó todo y vamos a comer todo fue delicioso y tengo que salir voy hablar con papá y tomaré la dirección de nuestra empresa.

-chicos se quedan en casa. Cualquier cosa que necesiten me informan. Por favor.

-Garcia Mila.

-no agradezcas cuida a mi niño.

Salgo para tomar la motocicleta y miro el auto de Gabriel y los recuerdos vienen a mi mente. Tomó las llaves de un mustang 1969 y salgo. Cuando llegué con mi papá todo estaba calmado. Le cuento casi todo. El me mira y sólo sonríe.

-Siempre colocando la calma en sus vidas. Cuida a mi nieto y busquemos que mi hijo entienda. Ve a dormir ya el lunes te presentas en la empresa.

El fin de semana se fue volando y fui a mi departamento el domingo por la tarde para ver si tenía ropa adecuada para la dirección. Pero decidí usar un vestido que me regaló Gabriel hace mucho.

Tomó el auto y llegó al edificio. Es un lugar pequeño en comparación con la instalación de manufacturera. Camino y me abren la puerta.

-bienvenida señorita a industries gama. ¿En que le podemos ayudar?

-Buenos días. Voy a la oficina del director general por favor.

-todavía no llega. ¿Tiene cita?

-si

Camina y me muestra un elevador.

-en el tercer piso. Allá lo puede esperar.

-Gracias. ¿Cómo te llamas?

-soy Santiago.

-Mila un gusto y gracias.

Camino y subo a mi futura oficina, no hay nadie. Camino y miro por la ventana, no hay nada que me recuerde a nosotros. Regresé a la sala de espera para esperar a mi administrador. Informó a papá de donde estoy y me dice que está feliz. Me desea suerte.

-eres la nueva verdad.

Levantó la cara y me encuentro con unos ojos azules y su piel tan blanca.

-si

-que bueno que llegas temprano, tenemos mucho trabajo y se le ocurre a mi Secretaría enfermarse. Andando vamos quiero que me ayudes con los informes y veas mi agenda.

Me entrega una tableta, comienzo a ver el día de hoy nada fuera de la Oficina y marcado con rojo mi asistencia.

-señor solo citas internas y marcado con rojo la administradora.

-Bien, atenta llega la dueña.

Comenzamos a trabajar y le ayudó con su trabajo y ponemos en orden la información llegan sus citas y lo dejó. Me siento en el lugar de la secretaría. Llega una mujer buscando a Carlo.

-le podrías decir a Carlo que estoy aquí.

-El señor Barroso está en una reunión ¿a quien anunció?

-eres tonta…

-tal vez, pero la adivinación no es uno de mis talentos. Y le informe que esta ocupado.

-no sabes quien soy. Alejandra Vela.

Es la heredera de un empresario corrupto, que se la vive de fiesta en fiesta.

-Bien señorita Vela le diré al señor Barroso que usted vino a buscarlo. Ahora está ocupado.

Se ve molesta y grita pero suena el intercomunicador y me dice llame a seguridad.

-me informa que la acompañe a la salida.

-que no sea poco hombre que venga a decirme el.

-Me podría hacer el favor de irse.

Ella pretende golpearme para pasar y la detengo de un brazo y la llevó hasta la salida. El día continuó igual y pido comida para los dos ya es tarde.

Cuando salen los últimos clientes me mira cansado. Se peina su cabello negro.

-gracias de verdad tienes muchas capacidades.

Sacó la bolsa de comida y se la doy.

-No tienes por qué agradecer, al contrario soy yo la que te tiene que agradecer tu entrega al trabajo y tu compromiso. Soy la cita que todavía no llega. Mila Silver.

Se sorprende, sus ojos son de miedo.

-podemos comer, me imagino que tienes hambre.

-pero…

Tomó la bolsa y camino a la sala de juntas y colocó sus contenedores. Los mira y sonríe.



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Editado: 14.12.2024

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