Orión
No me atrevo a mirar a Hades, no entiendo por qué está molesto, solo hice lo que él hizo a Perséfone, de una manera diferente, por supuesto
Mi plan solo era convencerla, no secuestrarla. Aunque quisiera, no podría. Ella es muy fuerte y poderosa que yo.
Creí que él lo entendería, pero me delató, ahora no sé cómo haré para que Flora me perdoné.
—¿Por qué? —le pregunto —. ¿Por qué hiciste eso? —esta vez le miro directamente.
A pesar de sus ojos vendados por una sombra negra, la dirección de su rostro esta frente a mí con una postura imponente.
—Te olvidas a quien tienes a frente de ti. Cuida esa lengua sino quieres que te la corte.
Me quedo en silencio y dejo de mirarlo, debo hacerlo cuando me habla de esa manera fría. Sin embargo, necesito que me comprenda.
—Quería convencerla de quedarse conmigo. Aqui—le cuento mi plan —Tu también hiciste lo mismo con Perséfone.
—Y tuve consecuencias por hacer eso — Señala sus ojos — ¿La amas?
Lo pienso un buen rato
—No sé si lo que siento es amor, es solo que no puedo alejarme de ella. Quiero estar a su lado.
Al principio creí que era por culpa de este cuerpo, los cuerpos humanos son como un almacén de recuerdos, por eso estaba seguro que cuando estaba cerca de ella era por este cuerpo. No me sentía cómodo con este sentimiento porque lo sentí y lo viví hace miles de años antes de convertirme en una constelación.
Esa es la verdad, nunca fui humano, soy Orión antiguo cazador gigante, pero esta nueva vida que me dio Hades y el cuerpo que me dio el supuesto amigo de Flora, ahora me llamo Rengel.
—¿Esa joven te ama a ti?
—No —respondo con seguridad —. Ella aún sueña con un tal Kalel, pero nos besamos ¿Significa algo?
Hades suspira y apoya su mano a mi hombro.
—Debes preguntarselo a ella. Recuerda que tu misión en la tierra es encontrar a mi hija, por eso te estás haciéndote pasar como un cazarrecompensas.
—Cumpliré mi deber, pero primero debo ir con Flora a ayudar con algunos asuntos.
—Esa jovencita te está distrayendo, no me decepciones o te regreso aquí para siempre.
—Ella quiere buscar a su hermana que está en el reino Esmeralda, tengo la sospecha que ella puede ser tu hija. ¿No me puedes dar una pista sobre ella? Es como buscar una aguja en un pajar.
Niega varias veces.
—Antes que naciera mi hija me quitaron los ojos y Perséfone nunca llegó a verla por qué quedó inconsciente después de dar a luz, sin embargo, mi hija debe haber heredado ambos dones; el mío y la de su madre.
#3889 en Fantasía 
#8809 en Novela romántica 
aventura en un mundo de fantasia clasico, trioamoroso, guerra hechizos criaturas magicas
Editado: 01.11.2025